Capítulo 16: Discusiones

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BEN

Salgo de la casa de mi amiga con una sonrisa de oreja a oreja, por primera vez siento que la suerte está de mi lado. No a cualquiera le pasa que la mejor amiga de tu mejor amiga sea la chica que te has llevado recordando por meses y preguntándote cómo lograr ubicarla. ¡Gracias Dios!

Conduzco más rápido de lo normal pero siempre con cuidado y llego a mi casa en pocos minutos, April vive bastante cerca de mí. No saludo a nadie cuando llego y subo a mi habitación casi corriendo, tomo el computador y como todo un acosador desde mi Facebook busco en los amigos de April a ver si encuentro a la rubia. No tardo en hacerlo y me quedo con cara de idiota mirando las fofos, no tardo en enviarle una solicitud de amistad y casi salto por la ventana cuando la aceptó en menos de cinco minutos.

—¿Qué miras con esa cara de estúpido? —mi amorosa hermana entra a mi pieza y no me di cuenta hasta ahora, espero que no haya visto todas mis expresiones.

—¿Te importa?

—No, la verdad no. Papá quiere hablar contigo.

—¿Volvió del viaje? —ella asiente—. Ya decía yo que la felicidad no podía durar para siempre.

—No le faltes el respeto y no lo hagas esperar.

—¿No te aburre ser el perrito faldero de papá? ¿Hacer todo lo que él diga aunque no quieras?

—¿Tú no te aburres de ser el de mamá?

—Mamá jamás me ha obligado a hacer nada que no quiero, a diferencia de él, respeta las decisiones de sus hijos.

—Si respeta las decisiones de sus hijos dime, ¿por qué nunca aceptó mi relación con John?

—¿John? Debes estar bromeando, mamá nunca te lo prohibió solo te dijo que te cuidaras, todos conocen la reputación de Ford y ella solo estaba preocupada de que no salieras lastimada y eso fue justo lo que hiciste.

—¡Eso es una mentira! Ella lo único que hace es preocuparse por ti, como si no tuviera más hijos; eres el favorito y no puedes negarlo.

—¿Te has puesto a pensar en que tal vez soy el favorito porque soy el único de los cuatro que la trata con el respeto que se merece? ¿El único hijo que no es tan mierda como para tratarla como si fuera una basura? Mamá es la única razón por la que está familia sigue en pie y el día en que no esté te arrepentirás de no haber aprovechado el cariño que tenía para entregarte.

Sé que mi comentario le duele porque se queda en silencio, luego da media vuelta para salir.

—No hagas esperar a papá.

—La verdad duele ¿no?

Suelta un pequeño grito de frustración y sale hecha una furia de la habitación; salgo con lentitud al escritorio de mi papá, no tengo ningún apuro en escuchar algún sermón de algo que no hice.

Saludo a mamá cuando paso por su lado y me regaña por andar descalzo, otra vez. Los padres nunca entenderán lo maravilloso que es andar sin zapatos por la casa.

Llego al escritorio y entro sin golpear, creo que soy el único en la casa que nunca lo hace, y la verdad es que no me importa mucho.

—¿Alguna vez aprenderás a golpear la puerta? —dice papá con cara de pocos amigos, despegando la vista del computador.

—¿Alguna vez tocarás tú la de mi habitación?

—No estoy para tus juegos, Benjamin. Llamó el director de tu universidad, dijo que estaba preocupado por ti; tus notas han bajado este semestre.

—No sé por qué estás tan empeñado en hacerme ver como un inútil. Las notas no miden la inteligencia y aun así soy uno de los mejores de mi generación, con las mejores notas.

—Eso no justifica que las hayas bajado.

—¡Soy humano! —exploto—, tengo derecho equivocarme, es preferible que lo haga ahora, a que cuando esté atendiendo a un paciente o en medio de una cirugía. Si crees que es tan fácil ¿por qué no lo estudias tú?

—Baja el tono de voz, no dejo de ser tu padre.

—¿De verdad? Se supone que un padre, apoya a sus hijos, no los tira para abajo cada vez que puede.

—En esto tiene la culpa tu madre, te mal crío al darte todo en el gusto; no te enseñó nada.

—¡Oh! ¿Y tú lo hiciste? Culpas a mamá porque según tú no me educó bien pero si tanto pides respeto por ser mi padre, debería ser responsabilidad de los dos. Cuando te conviene soy tu hijo y no sé si lo recuerdes pero en mi infancia no pasaste casi ningún momento conmigo.

—¿Ahora llorarás porque te faltó amor en tu infancia?

—Amor tuve suficiente, con el de mamá me bastó porque era mil veces mejor del que tu algún día podrías llegar a dar; para ti, todos son marionetas que quieres utilizar a tu antojo y te molesta tanto que yo me niegue a hacer lo que quieres que intentas hacerme ver como un inútil cuando sabes que siempre fui más aplicado y buen alumno que mis hermanos y he hecho todo sin tu ayuda.

—¿Estás diciendo que tus hermanos no merecen lo que tienen porque yo se los regalé?

—No, no estoy diciendo eso. Sé que ellos se esforzaron mucho para llegar a ser quienes son, pero siempre tuvieron tu apoyo —sé que no debería hacerlo pero lo apunto con el dedo—. ¿Sabes lo difícil que es hacer algo cuando el que se supone es tu padre y debe apoyarte lo único que hace es menospreciarte? No tienes una idea lo mierda que me sentí durante muchos años, sentía que no era lo suficiente bueno como para que te sintieras orgulloso de mí, pero con el tiempo comprendí que claro que era todo lo contrario y ya no me interesa tu aprobación. Hago las cosas por mí, y la única persona que me importa que esté orgullosa de mí es mamá.

—¡No te permito que me hables así! —grita furioso y la puerta se abre de golpe.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunta molesta mi mamá.

—¡Sal de aquí, Isabella! Ya suficiente tengo con tu hijo.

—¡No! El que se va de aquí soy yo. Lo siento, mamá.

Salgo lo más rápido que puedo mientras él me sigue gritando quién sabe qué cosas, me encierro en mi habitación; tomo los nuevos guantes de boxeo y comienzo a golpear la bolsa con una fuerza jamás antes vista, es cierto que cuando uno se enoja hace bien golpear cosas; esta bolsa me ha salvado de hacer muchas tonterías.

Tomo una ducha para ver si en algo me ayudaba y luego me acuesto con el computador, casi me atraganto al ver que tenía un mensaje de la rubia en mi bandeja de entrada de hace veinte minutos.

Kate: ¿Estás?

Ben: Ahora sí.

K: ¿Estás ocupado?

B: No, ¿qué pasa?

K: Necesito hablar con alguien y no sé con quién más hacerlo.

B: Soy bueno escuchando o leyendo en este caso.

K: ¿Crees que podamos vernos en algún lugar? ¿Ahora? April está dormida. Son solo unos minutos, no te ocuparé mucho tiempo.

B: Paso por ti en veinte minutos. Puede que también necesite alguien que me escuche.

K: También soy buena en eso. Nos vemos en veinte.

Cierro el computador de golpe y me visto con la primera ropa que encuentro, puede que mis últimas horas hayan sido una mierda pero por nada del mundo rechazaría una invitación a hablar de esa chica. 

Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora