Capítulo 63: Ayúdame a olvidar

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BEN

No sé qué fue lo que pasó mientras no estuvo pero mi mente se está imaginando demasiadas cosas. Descarto que algo le pasó a Mía porque vi a una enfermera intentar tranquilizar a Sarah antes de que esta última entrara corriendo y gritando a la que supongo era su habitación. Luego busqué mi teléfono para llamar a Kate y preguntarle si seguía aquí pero no fue necesario ya que se estrelló contra mí y sin siquiera levantar la mirada se aferró a mí como si su vida dependiera de eso, me pregunto si me reconoció o habría abrazado a cualquier desconocido en su desesperación.

Me sorprendió mucho que estuviera llorando, son contadas las veces en que la he visto así desde que la conozco y cuando empecé a preguntarle qué pasaba solo podía hablar entre hipidos, diciendo que alguien sigue arruinando nuestras vidas pero no sé quién pueda ser. Quiero decir, no creo que sea su ex novio porque desde nuestro último enfrentamiento no ha aparecido.

Mi novia pierde la consciencia y por suerte estaba yo ahí para afirmarla y pedirle ayuda a alguien. Una enfermera me ayuda a ponerla en una camilla y le toma los signos vitales para ver que todo está en orden. Tiene la presión un poco baja pero se me hace la idea de que se enteró de algo malo que la descompensó y además de la falta de azúcar porque por más que lo intenté, no quiso comer nada desde que llegué a la sala de espera.

Sigo a su lado, tomándola de la mano cuando comienza a despertar y a mirar hacia todos lados como si estuviera un poco desorientada. Me regala una leve sonrisa aunque sé que no es del todo real, quiero preguntarle qué le pasó pero no voy a presionarla, no ahora.

—Gabriel —dice con voz débil y por un momento pienso que me está confundiendo con el idiota ese. No sé si sentirme ofendido o preocupado y ella parece notarlo porque aclara—. Fue Gabriel quien lo hizo.

Boto todo el aire que había retenido hace un segundo.

—¿Qué hizo?

—El que apuñaló a Mía.

No sé qué decir y es una suerte que haya aparecido la enfermera para preguntarle cómo se sentía y darle algo para ayudarla a subir la presión y el azúcar porque necesito un tiempo para reaccionar. La mujer nos vuelve a acercar a ella y le pido que se explique, me lo cuenta todo y lo único que quiero es matar a ese tipo.

—Lo quiero ver destruido, no quiero que tenga más poder sobre mí —dice con un hilo de voz—. Lo... lo  voy a denunciar, por todo lo que me hizo.

—Primero vamos a tranquilizarnos, ¿sí? Hay que intentar pensar todo con claridad, por ahora descansa y cuando lleguemos a casa hablamos bien.

—No puedo tranquilizarme, tengo... tengo que hacer algo.

—Sí, haremos algo, los dos pero lo importante ahora es tu salud. Te llevaré a mi casa porque está más cerca y el toque de queda está a punto de empezar, te haré comer de una vez por todas y hablaremos con David para que nos guíe un poco en toda la parte legal de esto.

—¿Qué tanta influencia tiene el padre de Alex aquí?

—Mucha, diría que hasta más que Sarah. Si no hubiese sido por el incidente que ocurrió con Mía y Alex y el accidente, él sería el alcalde y con muchos votos a favor.

—¿Crees que querrá ayudarme si lo busco? No creo que hagan nada contra Gabriel si no tengo a alguien grande respaldándome.

—Christian es un muy buen hombre por lo que sé y estoy seguro de que querrá ayudar, sobre todo si ese energúmeno le hizo algo a Mía.

—¿Sabes cómo puedo hablar con él?

—No tengo su número pero sé que Theresa sigue conservando el de su hijo aunque lo niegue. Puedo encontrar la forma de conseguirlo.

Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora