Capítulo 7: Nuestro nuevo comienzo

5.5K 395 8
                                    

KATE

—Sorpresa —dice Gabe cuando salgo de la habitación, el olor a comida me obligó a ir a la cocina y él estaba ahí.

—¿Y esto?

—Te dije que este seria nuestro nuevo comienzo y estoy poniendo mi mayor esfuerzo.

—Gracias por el desayuno —le sonrío, el maldito ya me está convenciendo otra vez, sabe perfectamente que cederé tarde o temprano. Y me odio por ser tan débil.

Luego del desayuno me voy a duchar y me visto lo mejor que puedo, como los días están calurosos me decido por un vestido floreado que mamá me regaló en mi cumpleaños pasado y unas sandalias con tacones; suelo usar tacones ya que sin ellos soy lo más parecido a un minion. Comienzo a arreglar mis cosas mientras Gabriel entra al baño, sale a los cinco minutos duchado y vestido, creo que nunca entenderé cómo es que los hombre pueden estar listos en tan poco tiempo.

—No conozco ni un poco esta ciudad pero haré mi esfuerzo para no perdernos e irte a dejar.

—Me estás sorprendiendo, Cooper.

—Es la idea, Walker.

Salimos del edificio, no sin antes saludar a Austin quien mira aún con desconfianza a Gabe. Caminamos hacia la estación del metro más cercana, él intenta tomarme la mano pero yo no lo dejo; aún necesito tiempo para pensar. Nos demoramos quince minutos en llegar a la estación más cercana a la academia, que está a unas cinco cuadras de distancia.

Comienzo a sentir mariposas en el estomago mientras más nos acercamos y sé que Gabe siente mi nerviosismo porque a pesar de mis intentos por alejarlo me abraza para susurrarme al oído que todo estará bien y que los sorprenderé a todos. Cosa que dudo.

Entro y mis nervios aumentan al doble al ver lo hermoso que es el lugar, parece un verdadero museo de arte; veo entrar a algunas personas y enseguida noto que son muy distintas a mi, está claro que ellos no recibieron una beca porque pueden pagar todo esto. Aún así, hay otras que se ven más normales y por suerte para mi son la mayoría. A pesar de ser una prestigiosa academia, no creo que los hijos de las mejores familias vengan aquí, por lo general terminan estudiando algo que los padres quieren y que les genere más dinero. El arte es algo que debes amar porque no te dará muchos ingresos, pero si la satisfacción de crear belleza a través de tus manos y eso es lo que me hace sentir completa.

—Buenos días, soy Cassidy Brooks y les quiero dar la bienvenida a este nuevo año que estamos comenzando —dice la señora de unos cuarenta años que está de pie frente a nosotros—. Me verán como su profesora del taller de lenguaje visual I este semestre y del II en el segundo semestre.

Nos explica un poco de lo que va a tratar su taller y cuales son los objetivos: conocer las diferentes perspectivas y alcances de los estudios en Lenguaje Visual. Luego nos hace una especie de prueba de diagnostico en la que nos pide realizar un boceto de lo que queramos, lo que se nos venga a la mente, una fotografía que recordemos, cualquier cosa es valida.

Me concentro y me pierdo con el carboncillo en la mano, en un principio me demoro un poco en decidir que hacer y casi entro en pánico al creer que mi mente estaba bloqueada, pero luego sin siquiera saber lo que hago comienzo a trazar líneas y poco a poco comienzo a reconocer lo que estoy haciendo. Fue algo que vi en un sueño, un sueño que he tenido mil veces; me veo escapando de algo, no sabría decir si es humano, animal o fantasma, lo único que distingo siempre es una sombra tras de mi; llega un momento en el que no puedo continuar escapando ya que llego a un precipicio; observo hacia todos lados y veo la hermosura del paisaje, es un poco oscuro y tétrico, pero para mi es perfecto. Intento imitar lo mejor que puedo toda esa escena y al parecer obtengo resultados buenos. El final del sueño siempre termina igual, yo decidiendo si es peor lanzarme al vacío o ser atrapada por la sombra; siempre tomo la misma decisión y con los ojos cerrados salto hacia lo desconocido. Es ahí cuando despierto.

—¿Terminaste? —Cassidy está de pie frente a mi atril mirándome fijamente, veo hacia todos lados y no hay nadie. Debo haberme ido a la luna una vez más.

—Sí —digo nerviosa, entregándole mi trabajo—, siento la demora.

—No te preocupes, cuando la inspiración llega no hay cómo detenerla —mira mi dibujo y ahoga una exclamación de asombro— ¡Dios! Esto es fantástico ¿tomaste lecciones de arte antes de venir aquí?

—No, pintaba o dibujaba en mi tiempo libre pero nada más.

Me salto la parte en la que, dibujar fue lo único que me mantuvo cuerda el tiempo que estuve en rehabilitación, lo único que me hacía olvidar donde estaba y por qué.

—¿Significa algo lo que dibujaste? Parecías bastante concentrada, como si estuvieras plasmando algo desde lo más profundo de ti.

—Es...Es solo un sueño que tengo desde hace unos años, nada importante.

—Toda fuente de inspiración es importante y si dices que lo has soñado más de una vez debe ser por algo —se aleja a su escritorio—. Tú eres la chica de la beca completa ¿no?

—Sí.

—Muy bien. Estoy comenzando a creer que no se equivocaron, tienes mucho talento. Espero me sigas sorprendiendo.

Salgo de la sala con una sonrisa, no puedo creer que le haya gustado; debo admitir que me gustó como quedó pero no pensé que a otras personas les gustara, según mi criterio, quedó un poco tenebroso pero bueno ¿qué le voy a hacer?

Esto de haberme demorado tanto, no me permitió hacer vida social con nadie y con lo nerviosa que me pone no conocer a nadie estoy entrando en pánico nuevamente. Me obligo a tranquilizarme y me voy a sentar a una banquita en el patio, saco mi teléfono y decido enviarle un mensaje a Gabe.

"¿Cómo va tu primer día en la ciudad? Mi primera clase ha sido genial"

"Aburrido, instalándome en la casa de Fry. Me alegro de que lo estés disfrutando. Nos vemos en la tarde"

No le respondo nada más y abro una de las aplicaciones que más uso en el teléfono: Instagram. Es mi vicio, no puedo estar un día sin verlo; sigo muchas cuentas de pintura y danza que me puedo pasar el día viendo fotos de eso; igual que con Tumblr pero siempre preferiré instagram. Veo fotos de mis antiguos compañeros, todos salieron un año antes que yo y ya van por su segundo año de universidad o trabajo. Todo el tema de la rehabilitación me hizo perder un año de colegio y no me pude graduar con mis compañeros de toda la vida, aunque la verdad nunca fueron tan amigos míos. O más bien yo me alejé de ellos cuando caí en las drogas.

—¿Podemos sentarnos aquí? —dos chicas preguntan apuntando la banca y yo corro mi bolso.

Me comienzan a hablar y luego volvemos a clases, seguimos hablando durante el resto del día hasta que termina nuestro primer día, caminamos juntas a la salida y yo voy un poco distraída hasta que una de las chicas, Brenda, habla.

—¡Oh Dios! Que romántico —apunta hacia un chico que lleva flores en la mano y un globo gigante, tardo unos minutos en darme cuenta de que son para mi.

—¿Gabe? —camino hacia él quien me espera con una sonrisa— ¿Qué es todo esto?

—Ya te dije que es nuestro nuevo comienzo.

Me entrega el globo y cuando lo veo, veo que tiene algo escrito: Eres la mujer de mi vida. Te amo, Katie. —Gabriel.

Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora