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Johnny sonrió al ver a su padre envuelto en nerviosismo mientras se arreglaba su ropa. 

Había estado saliendo por un par de meses con una mujer, casi cinco. Así que creía que la relación era lo suficientemente seria como para poder presentarse a sus hijos mutuamente. Además, todo era tan idílica que no veía el inconveniente en que se hicieran más cercanos. Sobre todo teniendo en cuenta que ya eran personas adultas y no estaban para juegos. 

Iban a encontrarse en un restaurante con Lee MinJae, la novia de su papá y su hijo, al que su padre conocía como MinHyung. Su padre estuvo muy ansioso durante el trayecto en auto, así que decidió sacarle un poco de plática para que se tranquilizara. 

  — Oye, ¿es cierto que le presentarás a Moon TaeIl a Jae?— preguntó, también por curiosidad propia.

— Uh, sí. Sé que es un buen chico, pero me gusta verlo ansioso y estudiando en su cien por ciento de capacidad— admitió con una sonrisa en su rostro.

— ¿Y qué clase de persona es?— intentó curiosear sin que se notara que era él quien tenía interés en saber acerca del misterioso muchacho que todos idolatraban. 

— Pues, no lo sé. Ya sabes, los jóvenes se comportan de forma distinta frente a los adultos que con sus pares— respondió, mirando el camino.— Pero siempre me ha parecido un jovencito respetuoso y aplicado, muy tenaz y con una gran percepción. 

Johnny asintió, eso no satisfacía su curiosidad, pero estaba seguro que sería lo único que tendría con su papá al borde de una crisis nerviosa. Así que se dedicó a tranquilizarlo hasta que llegaron al restaurante. Nunca había visto a su progenitor tan emocionado, así que estaba feliz por él porque notaba lo importante que le resultaba. 

Habían llegado unos minutos antes de la hora estimada, así que el hombre se retorcía de emoción en la mesa que habían reservado para los cuatro. Miraba a cada rato su reloj y por la ventana. 

Entonces, vio llegar a una mujer delgadita junto a un muchacho y los ojos de su padre se iluminaron por completo. La mujer que vestía un traje formal y su hijo quien lucía incómodo en una camisa a cuadritos se aproximaron a saludar. El chico parecía incluso más nervioso que todos los presentes. 

— Un gusto conocerlos— Johnny se paró con una sonrisa en su rostro, luego de hacer una reverencia, siguió hablando.— Me llamo John Seo, espero que nos llevemos bien. 

La mujer sonrió encantada con el chico, ya lo había visto muchas veces en fotografías y su pareja le había contado muchas cosas de su hijo. Se notaba lo orgulloso que su padre se encontraba de su hijo en la forma en que lo miraba. 

Le dio una palmadita a su hijo para que se presentara. 

—   H-hola, soy Mark... Mark Lee— hizo una reverencia rápida. Con sus cabellos rubios alborotados. Johnny le sonrió. 

El resto de la cena, se la pasaron hablando. Había sido difícil sacarle conversación al principio, pero luego las cosas fluyeron rápidamente. Se enteró que había nacido en Canadá y que siempre vivió únicamente con su mamá, se había mudado a mediados de año y recién se estaba acostumbrando. Aunque realmente, todavía no se acostumbraba y se sentía desencajado. 

Mark pareció feliz de conocer a alguien que también hablara inglés y se sintió identificado con el hecho de que John había nacido en Estados Unidos. De alguna forma, sentía que le aba esperanza porque al final, podría acostumbrarse a vivir en Corea del Sur. Aparentemente, iba su último año de la secundaria, por lo que la diferencia de edades no era tan grande. 

Recibió una llamada de JaeHyun en medio de la cena. Era extraño que lo llamara sabiendo que estaba en una cena, así que pensó que era urgente. 

Ni bien atendió, un grito se escuchó al otro lado de la línea y los cuatro se quedaron mirando asustados el teléfono. Hasta dónde sabía, la voz de YoonOh no era tan aguda. 

  — ¡Hyung! ¡Me va a matar!— gritó la conocida voz gangosa de DongHyuck.  

  — Oh— tapó el teléfono, para hablarle a sus acompañantes.— Es un chico que estamos cuidando con mis amigos— se giró hacia el teléfono.— ¿JaeHyun te va a matar?

— Sí, oh. Rompí su taza favorita y se enojó mucho— seguía gritando, ¿estaba llorando en serio? Johnny estaba en crisis.— ¡Hyuuuuung!

 Cuando iba a decir algo, la llamada se cortó. 

Johnny se aclaró la garganta con incomodidad. 

Todos lo miraban de forma extraña. 

— Son buenos chicos cuando no se meten con sus tazas— alegó, nerviosamente.

— ¿Son todos de tu edad?— preguntó MinJae. 

— Sí, vamos todos a la misma universidad así que vivimos juntos. 

— Bueno, si ellos no tienen inconveniente, ya tienes alguien que te ayude con las cosas que no entiendes de la escuela, MinHyung-ah— la mujer le habló a su hijo, él se puso todo colorado. 

— No se preocupe, no tenemos inconvenientes. Por mí, encantado— ciertamente, John estaba mostrando su faceta más encantadora porque quería caerle bien a la mujer y a su hijo. 

— ¿Y tienes novia?— preguntó ella, entusiasmada con la plática. 

Su padre lo miró. 

Mark lo miró. 

MinJae lo miró. 

— Oh, no. Estoy muy concentrado en mis estudios y preferí dejar un poco de lado eso— salió bastante airoso de la incómoda pregunta.

— Vaya, eres un chico muy aplicado. Una lástima, me gustaría que alguien le ayudara a MinHyung a soltarse un poco. 

— ¡Mamá!— chilló el chico.— Estoy lo suficientemente suelto— balbuceó. 

— Oh, yo no soy el indicado para esas cosas. Mi vida se resume en universidad-casa. Pero tengo un amigo llamado Ten al que le sale mejor eso.

— ¿MinHyung tiene novia?— preguntó su padre. 

— Uhm, no— respondió él, nervioso y apabullado.

— Otra lástima, hay una vecinita, YeRim, es una chica muy linda y me encantaría que salieran. Pero ninguno de los dos parece muy interesado. 

— Debe ser que él también es muy aplicado con sus estudios. 

Mark sonrió lleno de nervios, asintiendo. Johnny también sonrió. Conocía ese cuento de, soy muy aplicado en la escuela de memoria. 


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