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Cuando Johnny levantó la mirada de su almuerzo, se encontró con Kim DaHee. Lo miraba como si no quisiera estar ahí y no la culpaba, en su situación tampoco se sentiría bien. Pero si lo pensaba apropiadamente, estaba seguro que -de ser ella - no hubiera hecho ninguna de esas cosas. Dejó los palillos de lado y la observó, expectante. 

  —  YoungHo, discúlpame por todo lo que te hice— masculló, casi entre dientes. No era la disculpa más sincera pero estaba seguro de que eso era lo máximo que iba a conseguir y se sentía conforme con ello. Al menos, todo el colegio se había enterado de que ella aparentemente se arrepentía de sus bromitas. 

  — Está bien, no hay rencores— la miró con una sonrisa tranquila. Al fin las cosas en su vida se ponían en orden. Ella hizo una mueca y se marchó tan pronto como pudo. 

La polémica había sido tal que la muchacha había decidido dejar de ir a la escuela, porque bajo sus palabras habían mancillado su orgullo. Sin embargo, no fue la única repercusión que tuvo aquello. El presidente de su clase había sido amablemente invitado a dejar su posición y ahora una muchacha bastante más simpática ocupaba su cargo, aunque fue una cosa bastante improvisada estando tan cerca de la graduación del tercer año. A pesar de que el muchacho si seguía asistiendo a la escuela, Johnny sentía que tenía cierto resentimiento con él y no entendía la razón. Después de todo, el enojado debería ser él. 

TaeYong se aclaró la garganta y todos se voltearon a verlo. 

  — ¿Cómo creen que le fue en los exámenes de admisión?— preguntó, con sus dedos batiéndose nerviosamente sobre la mesa. Chittaphon comenzó a hablar animadamente acerca de algo gracioso que le pasó. YoonOh y Johnny se miraron mutuamente, había algo raro ahí. 

— Ya, suéltalo. Nos conocemos desde hace tres años y sé cuándo quieres decirnos algo y das vueltas para evitarlo— espetó JaeHyun. 

— Presenté mi examen para otra universidad— soltó de pronto.

Todos se quedaron congelados, como si no pudieran creerlo. Ten primero sonrió, deseando que fuera una broma, pero pronto se dio cuenta que el muchacho estaba diciendo la verdad. TaeYong pestañeaba rápidamente, parecía que quería llorar, pero nadie entendía muy bien el motivo. 

  — ¿Por qué hiciste eso?— cuestionó YoonOh.  

  — Mis padres me dijeron que tenía que entrar a esa universidad sí o sí— al terminar de hablar, soló un suspiro y hundió su cabeza entre sus manos. 

Quizás era algo un poco tonto, pero para ellos, jóvenes que creían que habían planificado su vida universitaria perfecta; era algo devastador. No sería lo mismo sin TaeYong allí. Pero todos sabían que el muchacho no iba a contradecir a sus padres y no podían hacer nada en contra de eso. Aunque eran personas amables, también eran estrictos y decididos. Seguramente, había alguna clase de razón entendible o tradición familiar que le impedía ir a la universidad con ellos. 

Johnny lo entendía, así que intentó mantenerse positivo como siempre. Insistió en que nada cambiaría en su dinámica, que podían seguir viviendo juntos. Pero entonces, TaeYong entregó la segunda pare de la mala noticia: la universidad a la que iba a asistir no estaba en Seúl. Eso solo significaba una cosa, verse físicamente sería una cosa bastante complicada. 

Incluso YoungHo no pudo mantenerse firme en su posición cuando TaeYong les comunicó que se iría pocos días después de la graduación para acostumbrarse al ambiente y conseguir un trabajo de medio tiempo. Ni siquiera iban a tener unas últimas vacaciones de verano juntos y la idea de no tener una despedida digna, lo hacía entristecerse. Pero iba a hacer lo posible porque disfrutaran juntos ese último tiempo que tenían. 

YoonOh insistía en que tenían kakao talk y todas las redes sociales del universo a su favor. Además, la ciudad a la que se mudaría estaba sólo a un par de horas de distancia. Aunque era mucho, algún que otro fin de semana podrían ser capaces de juntarse como en los viejos tiempos. Inmediamente, los muchachos se pusieron a reorganizarse en torno a la distancia que se interpondría entre ellos. 

Pero a Johnny se le cruzó un pensamiento por la cabeza mientras, casi un par de meses luego, se encontraban sacudiendo sus manos para despedir a su amigo. 

 TaeYong no parecía tener mucho entusiasmo por seguir en contacto con ellos.  

Sacudió la cabeza para intentar espantar ese pensamiento de su mente y abrazó a Chittaphon quien -incluso si lo intentó con todas sus fuerzas- no pudo evitar soltar un par de lágrimas. Era imposible que algo como eso fuera cierto. Porque todos eran amigos sinceros. 

El coche que se perdía rápidamente entre una multitud de autos. El muchacho que estaba dentro y se iba lejos de sus amigos porque tenía que cumplir con el deber que se esperaba de él, como todo un adulto. Johnny sentía que una parte de su juventud se iba con él. ¿Era esa la sensación del comienzo de su adultez? YoungHo se preguntó si la vida pudo bajarlo de "la etapa más feliz de su vida" sin tener que quitarle a uno de sus mejores amigos y dejar una sensación extraña en la punta de su estómago. 

Con Chittaphon bajo su brazo derecho y YoonOh parado sobre su lado izquierdo, se dio cuenta que ya no tenía motivos para estar frente a esa casa, excepto para molestar al perro tonto que TaeYong dejó atrás. 

aWhere stories live. Discover now