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 YoonOh frunció el ceño.

— ¿Acaso eso no contradice el derecho natural?— preguntó, con su nariz arrugada mientras acomodaba sus lentes.

— Pero recuerda que según... ¡Hey, YoungHo!— exclamó alegremente TaeIl, recibiendo con cariño el beso que Johnny dejó muy cerca de su mandíbula. 

— Hasta dónde sé no hay ningún YoungHo importante en la historia— bromeó, divertido. Johnny le sacó la lengua mientras se sentaba al lado del mayor de todos. 

— ¿Qué es lo que haces invitando a mi novio a casa cuando no estoy, uh?— inquirió el americano, con un falso tono de andar buscando pleito. 

YoonOh seguramente iba a responderle con alguna otra broma cuando su cerebro procesó sus palabras. 

— ¿¡Ya son novios!?— miró de hito en hito a los dos muchachos frente a él, sorprendido.

— Estuve parado cinco minutos en el hall pensando la forma más cool de decirlo— admitió Johnny entre risas.

— ¡Ten!— YoonOh habló un poco más fuerte de lo usual.— ¡Ya es oficial!

Dos minutos después apareció Chittaphon, con su pijama ya puesto y el cabello húmedo; pero con una gran sonrisa en su rostro. Se tiró sobre los dos muchachos para abrazarlos fervorosamente. 

— Pensé que luego del otro día las cosas estarían, ya saben, ugh, tensas— comentó, sentándose junto a YoonOh.— Pero me alegro mucho por ustedes, chicos.

— ¿Ya se lo dijiste a tu papá?— preguntó JaeHyun, olvidando los apuntes que estaban repasando.

— No, aún no. Planeaba comentárselo el fin de semana, ya sabes que siempre voy a comer con él. Aunque me sigue dando nervios como se lo tome.

— ¿Por qué? Tu papá es cool— acotó Ten, frunciendo ligeramente el ceño.

— No lo sé; supongo que en su cabeza asumió que nunca estaría con nadie. ¿Entiendes que ya depositó sus esperanzas de tener nietos en Mark?— contó entre risas.— Pobre chico, deben estar desesperados porque salga con YeRim. Pero bueno, no sé qué tal se toma mi relación con un hombre.

— Si quieres puedo ir contigo— murmuró el mayor. Johnny lo miró bastante sorprendido.— E-es decir que... que si quieres, porque bueno, ah, esto... y-ya sabes, es mejor enfrentarlo de a dos, sí. Uhm, eso. 

— No, está bien. No te lo propuse porque pensé que era demasiado pronto, pero si quieres.


TaeIl pensó que lucía como un jodido muñeco de nieve. Obviamente, el manto blanco cubría el país desde comienzos del mes. Pero ese día hacía demasiado frío y, con tantos abrigos encima, pensaba que si se caía ni siquiera lo sentiría. Así, tan abrigado que apenas podía mover sus brazos, había decidido conocer a su suegro. 

Mientras tanto, Johnny lucía casual y elegante con un sobretodo oscuro y una gruesa bufanda color vino. 

TaeIl quería tirarse al piso y rodar escaleras abajo. Su imagen no era nada de lo que él querría para la pareja de un hipotético hijo.

— Encima tengo la voz tomada— se quejó el mayor, aguantándose las ganas de hacer una pataleta.— Tengo voz de quinceañera. Tu padre no me querrá porque tengo voz de colegiala— se hubiera abrazado a sí mismo si hubiera podido mover sus brazos, pero como no podía, escondió su rostro en el hombro del menor.     

— Tu voz es preciosa y mi padre la amará así como todo de ti— Johnny lo confortó, con su voz suave y una mano enguantada sobre su cabeza. 

La puerta se abrió de pronto y TaeIl se alejó tres metros de Johnny de un salto. Un rostro igual al de Johnny, pero mucho más maduro, apareció del otro lado del umbral. Aunque ya había visto muchas veces a George Seo, ésta vez no era una reunión por cuestiones laborales. Sin ninguna tesina que respaldara su relación con John, se sentía desprotegido y nervioso. 

— ¿TaeIl-ssi? ¡Qué sorpresa verte con John!— habló, bastante confundido, pero los dejó pasar.— Lo bueno es que no sé calcular proporciones para la comida, porque éste chico no me avisó que vendría con alguien más. Así que hay kimchi para todos.

A medida que se iba quitando sus abrigos y los dejaba en el perchero, se iba sintiendo más y más intimidado. Quizá porque, ahora que le prestaba atención al Señor Seo, era mucho más intimidante de lo que recordaba.  

Los invitó a la mesa y los movimientos de ambos fueron muy torpes, por lo que el padre estaba comenzando a sospechar que tenían algo para decirle. De pronto, mientras comían en un silencio bastante incómodo, Johnny apoyó sus codos sobre la mesa, sobresaltando a todos.

— Papá. 

— ¿Qué pasa? 

— TaeIl y yo somos novios. 

TaeIl había preparado mil escenarios en la cabeza. Hasta había pensado tirarse al piso a hacer una reverencia total para pedir la bendición de aquel hombre. Pero no contaba con que YoungHo lo soltara tan de golpe. 

El silencio se extendió por unos segundos en los que el hombre los miraba anonadados.

— Oh, vaya...— fue lo primero que dijo. TaeIl no respiraba, iba a ponerse azul en cualquier momento.— ¿Tú sigues siendo... asexual, hijo?— Johnny asintió. Su padre parecía bastante confundido.— Creí que nunca saldrías con alguien pues... por eso. Pero, está bien, estoy bastante sorprendido porque el mundo es un pañuelo; pero espero que sean felices, chicos.

TaeIl al fin pudo respirar con relativo alivio, pero antes de que pudiera hablar. El señor volvió a tomar la palabra.

— De cualquier forma espero que se cuiden si es que deciden... ya saben. Y, tú, Moon TaeIl. Tienes que cuidarlo. La última persona que vino a mi casa en calidad de pareja resultó ser alguien bastante desagradable, aunque a ti si puedo darte un puñetazo. 

— Señor Seo, preocuparse es su deber y sé que todo esto es muy reciente... para todos. Pero haré mi mejor esfuerzo para hacer que YoungHo sea plenamente feliz. 

Johnny sonreía inevitablemente, hasta que el chasquido de las llaves sonó y vio a Mark y a MinJae ingresar al departamento. Ella traía un pote lleno de ramen, su sonrisa vaciló cuando vio a Johnny junto a aquel muchacho que desconocía. 

— Oh, querida, llegas a tiempo. 

— ¿Qué pasó, cariño? 

— Él es TaeIl, Moon TaeIl. Es el novio de John. 

— Oh, vaya. ¡Qué lindo conocerte!— hizo una pequeña reverencia junto a una sonrisa. 

Pero esa sonrisa era falsa. Johnny lo notó. TaeIl lo notó; pero más importante que eso, Mark lo notó. 

aHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin