Erick sufre de bullying en el colegio por su orientación sexual, por lo consecuente no tiene ningun amigo y su padre se averguenza de el, por lo que el necesita un nuevo amigo, aunque sea uno desconocido.
La desesperación y la impaciencia describían perfectamente a Erick en estos momentos.
Miro el reloj y 8:40
"Mierda Joel" susurró, estaba asustado, preocupado, de todo, no sabía qué hacer.
- Señor. – dijo un niño llamando la atención de Erick.
- ¿Me hablas a mí? – dijo apuntándose con su dedo.
- No hay otro señor cerca. – sonrió. Erick levanto la mirada y había una chica, tal parecía esperando al niño.
- Cierto, ¿En qué te puedo ayudar? – se agacho en cuclillas quedando cara a cara con el niño.
El chico no contestó y le entregó una nota a Erick. "Seguramente le gusté a su hermana" pensó Erick recibiendo el sobre.
- Gracias. – susurró el ojiverde acariciando el cabello del pequeño.
Vio como el niño se dirigía hasta la mujer y ambos se iban.
Había sido algo ... ¿Confuso? Erick tomo el papel y lo fue abriendo.
"Número Desconocido... Querido y amado novio, soy pésimo haciendo cartas, así que decidí fingir que esto era un mensaje más de celular, te preguntaras "¿Por qué firmarla como Número Desconocido? Es la historia de nuestras vidas, una historia que le contaremos a nuestros hijos, porque obvio quiero tener hijos, muchos hijos. Bueno no me desvió del tema, nuestros hijos se la contaran a nuestros nietos y así por generaciones, nuestra historia llena de drama será recordada, me asegurare de eso, ¿Sabes por qué? Porque te amo Erick Brian Colón. Ya vienes tarde al Millenium Park, sabrás donde estoy cuando llegues. "
Erick odiaba sentirse así, odiaba lo que sus pensamientos habían causado. Joel estaba bien, llegando seguro lo golpearía por hacerlo esperar.
Erick tomo un taxi y fue directo hasta el gran parque.
Al llegar comenzó a buscar por todos lados, el paisaje era hermoso de noche.
Narra Erick Brian
Mire a lo lejos, justo en el centro, un chico sobre el césped con una cesta a su lado y un gran mantel tendido, sabía que era Joel porque era su silueta, eran sus rizos.
Me acerque rápidamente hasta aquel chico, al parecer escucho mis pasos sobre el césped ya que había volteado a mi dirección y había sonreído, se levantó y camino hacia mí.
- Como sabes amor. – dijo Joel acercándose a mí y besando mis labios. – No tengo mucho dinero, no soy millonario.
- Yo entiendo Joel. - mordí mis labios.
- Bueno déjame terminar. – hizo un puchero. – Sabes que no soy millonario, pero puedo darme ciertos lujos a veces. – me jalo del brazo llevándome hasta el mantel donde la canasta y se sentó, invitándome a sentarme también. – Preparé sándwiches, limonada. – dijo mientras sacaba cada cosa que mencionaba. – Y pay. – sonrió al sacarlo. – Espero te guste todo, la verdad es que mi pobreza no me dej... - no lo deje terminar, pues había atacado sus labios, nunca me hubiese imaginado una cita así, al aire libre. El siguió mi beso y duramos así por unos segundos más, hasta que por fin nos separamos.
- Me encanta amor, te lo juro me encanta, nunca. – no encontraba las palabras. – nunca nadie hizo algo así por mí, contigo he tenido todas las primeras veces de todo lo posible. – dije casi a punto de llorar. – Solo un detalle... - sonreí, tratando de ahogar el llanto. – Es raro un picnic bajo la luz de la luna en un parque público de Chicago.
- Eso lo hace especial, ¿No crees? – asentí a su comentario. – A propósito, bebe, ¿recuerdas la hora en la que me mandaste el mensaje por primera vez?
- *dude por un segundo* no, no lo recuerdo. – dije avergonzado.
- Me has fallado Erick Brian. – dijo con el ceño fruncido. – 09:15 de la noche. – dijo.
- ¿Cómo lo recuerdas? – sonreí sorprendido.
- Porque soy el mejor novio que pudiste tener, y digo "pudiste" porque después de mi no habrán mas. – se acercó a mi rozo su nariz con la mía, haciéndome sentir mariposas en el estómago. – Mira tú reloj. – dijo señalando el accesorio en mi muñeca.
- Son las 09:14. – dije aun sin entender.
- Mira conmigo el horizonte Erick. – sonrió y me abrazo, ambos estábamos como tonto, mirando hacia el horizonte. – 5, 4, 3, 2. – me ponía nervioso. – 1.
La mejor vista de mi vida, cuando vi como un montón de fuegos artificiales iluminaban el cielo, no sabía si llorar, reír o tan solo dar las gracias, la emoción que sentí en ese momento no se compara con nada que sentí antes.
- Joel, Carajo. – grite lanzándome sobre él. – te amo, te amo, mucho. – dije llorando para después pegarme en sus labios nuevamente.
- Tranquilo campeón. – dijo después de habernos besado. – Aun no termino de sorprenderte. – sonrió.
- Bueno tendré que trabajar horas extras para pagar todo esto, pero no importa. – se levantó y metió su mano en el bolsillo de su pantalón.
- Joel ¿cómo crees? – detuvo mi habla colocando su dedo sobre mis labios.
- No es nada oficial, porque MIERDA. - grito la última palabra. – esta sociedad no acepta nada de esto aún, pero no me importa, no necesito firmar algún papel y hacer una gran ceremonia para pedirte esto. – tomo mi mano. – Erick Brian Colón, ¿Quieres casarte conmigo en este momento en este lugar? – dijo con nervios en su voz.
- Que pregunta tan difícil. – coloque mi dedo pulgar sobre mi barbilla, simulando que concentración. – ¿Tengo que contestar la pregunta? – sonreí.
- Erick... - hizo un puchero. – No lo arruines.
- Tontito. Obvio que quiero casarme contigo en este momento y en este lugar. – sonrió de oreja a oreja y coloco el anillo en mi dedo. Tome sus mejillas con mis manos y entonces lo bese, en un largo y apasionado beso.
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