Erick sufre de bullying en el colegio por su orientación sexual, por lo consecuente no tiene ningun amigo y su padre se averguenza de el, por lo que el necesita un nuevo amigo, aunque sea uno desconocido.
Sentía el ardor en mis nudillos, podía sentir la poca sangre resbalar por ellos.
- ¿Qué te paso Joel? – corrió Yoandri al ver el rojo intenso de la sangre.
- Estoy bien. – respondí. – Richard ¿Tienes vendajes? – pregunte guardando la calma.
- Amor ¿Qué sucedió? – pregunto ahora Elizabeth.
- Vamos, hay en la sala. – dijo corriendo.
- ¿Y Erick? – pregunto Christopher.
- Esta adentro. – dije sin tomarle importancia.
Les contare lo que paso por mi mente cuando golpee mi puño contra la pared.
Cuando tenía 14 años, mi carácter era muy explosivo, me enojaba con facilidad, creaba pleitos de la nada, era difícil de controlarme, vi un terapeuta, y me ayudo, pero su ayuda no duro mucho.
Un amigo que murió no hace más de un año, me dijo que el desquitaba su odio y su furia, golpeando los puños contra la pared. Eso me ayudo a controlarme, el dolor me hacía sentir frágil ante una situación de peligro en las que solía meterme sin pensar en las consecuencias.
Más que eso, lo hice porque preferiría mil veces hacerme daño a mí, que lastimar a Erick.
- ¿Estas mejor? – pregunto Zabdiel vendándome la mano.
- Gracias Zabdi. – le sonreí.
- ¿Nos contaras que te paso? – pregunto Johann sentándose en el sofá que se encontraba frente a mí.
- No pasó nada.
Vi como Erick se acercaba a la sala, sin poder mirarme. "Creo que es mejor que me valla" lo escuche murmurarle a Chris.
- ¿Mi presencia te molesta? – llame su atención.
- Joel, tranquilo. – hablo bajo Elizabeth.
- No, para nada, es solo que al parecer esto dejo de ser una fiesta, preferiría que arreglaran esto entre ustedes. – contesto el ojiverde.
- ¿Quién dijo que esto dejo de ser una fiesta? – le sonreí. – Cuéntale Zabdiel. – mire al chico que se encontraba en cuclillas frente a mí.
- Cuando cumplí 16 años, Joel se fracturo una mano, se cayó mientras estábamos jugando, ebrios. La fiesta continuó y lo llevamos al hospital una vez terminada la fiesta. – dijo riendo.
- Yo me caí de cara en una de nuestras reuniones hace dos años, y la fiesta continuó aun con el rostro todo raspado. – agrego Johann.
- Ni olvidar el día en que Christopher se cortó la mano tratando de hacer malabares con cuchillos. – comencé a sonreír. – le cubrimos la herida con mi bandana.
- Y seguimos tomando. – siguió Christopher.
- Y seguimos tomando. – dijimos todos en unísono.
- Lo que tratamos de decir, es que una fiesta nuestra, no es una fiesta, hasta que hay un herido. – sonrió Yoandri.
- Ahora eres parte del grupo Erick. – dijo Elizabeth.
- Es verdad. – conteste. – no te hemos conocido lo suficiente aún.
- Pero nos gustaría hacerlo. – dijo Richard. – pareces un chico lleno de buenas historias, quizá no las recuerdas, pero están ahí.
Narra Erick Brian
Ahora sentía lo que era realmente estar en un grupo de amigos, aunque estaba un poco confundido, Joel me sonreía, ¿Debía hacerme falsas esperanzas? Claro que no.
- Entonces ¿A la alberca? – dijo Richard corriendo hasta el patio.
- Espera Erick. – me detuvo Christopher. – No quiero que pienses que te invite por que siento algo por ti. – Mierda, dimelo hasta ahorita. – Pero quería disculparme por hacerte sentir mal siempre, quería que conocieras a mis amigos.
- Gracias Christopher. – sonreí dándole un leve golpe en el pecho.
- Ponte tu traje entonces. – dijo saliendo.
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