Erick sufre de bullying en el colegio por su orientación sexual, por lo consecuente no tiene ningun amigo y su padre se averguenza de el, por lo que el necesita un nuevo amigo, aunque sea uno desconocido.
Joel se notaba nervioso, su mano junto con la carta temblaba, miro la cara de Joel y este cierra los ojos, al mismo tiempo que deja la carta sobre la mesa, no puedo ver el número, puesto que Joel e levanta, robando toda mi atención, noto que aún no abre los ojos y pone sus manos sobre el elástico de su bóxer.
Joel: Sin meter los dientes Erick. – Dice abriendo los ojos y sonriendo pervertido. Se baja el bóxer dándome una espectacular vista de su miembro.
Desvió la mirada de esa escena tan explícita y miro a otro punto en la habitación, Joel al notar mi reacción suelta una risita burlona.
Erick: Nunca creí que... - dije con las mejillas rojizas.
Joel: ¿Nunca creíste que verías algo tan genial? – dice mientras se deshace completamente de su ropa interior.
Erick: Estoy nervioso. – balbuceo.
Joel: Oh, no tengas miedo, no muerde. – dice acercándome a mí. – Escoge con que quieres acompañarlo. – dice y miro la charola con los cuatro ingredientes.
Erick: Chocolate fundido. – cuchicheo. Joel sonríe y toma el recipiente con dicho ingrediente.
Joel: Ven. – pide. Sentándose en el sofá donde antes se encontraba.
Lo miro intentando no mirar su entrepierna, nunca creí que estar en esta situación seria tan incómodo, me acerco a él y me coloco de rodillas, sin quitar mi mirada de sus ojos.
Trago saliva y tomo el recipiente, ahora sí, enfoco mi mirada a su miembro el cual se encontraba impaciente. Miro nuevamente a Joel y observo como este se muerde el labio inferior, con los ojos cerrados, ese era el momento de salir corriendo quizá. Poso mi mano tomando el cucharon con fuerza y derramando el dulce liquido sobre la punta de su masculinidad. Este gime al sentir como el líquido resbala por todo el largo de su "Joey".
Joel: Mierda, te tardas demasiado. – resopla.
Erick: Perdón. – dije listo para empezar, imagino que es un delicioso helado y procedo a lamerlo como si se tratara de una paleta o un helado cubierto de chocolate, observo como Joel encorva su ancha espalda.
Vuelvo a lamer esta vez procurando limpiar todo el chocolate que se encontraba sobre él, no tarde ni un minuto en dejar limpio todo el miembro del mayor, lamí mis labios limpiando los residuos del dulce y procedo a meterlo en mi boca, primero la mitad, después un poco más hasta que toco base, siento las manos de Joel sobre mi nuca, desesperado porque no abandonara mi postura, el sonido de las arcadas hace que el chico permita dejarme respirar nuevamente.
Nuevamente lo meto en mi boca esta vez sacando y metiendo, los gemidos de Joel pronunciando mi nombre, eso me decía que todo iba bien, que lo estaba haciendo espectacular.
Saco su miembro solo para escuchar a Joel decir las palabras.
Joel: Erick, abre la boca, voy a terminar. – decía con los ojos cerrados, nervioso hago lo que me ordena y siento como el líquido de Joel falla en su intento de llenar mi boca y manchando toda mi cara, sentí... ¿Nauseas? Al principio.
Erick: Mierda Joel. – dije limpiando mi cara, el mayor sonríe al ver mi rostro cubierto de su esencia.
Joel: Te encanto, debes admitirlo. – dice una un tono de voz agitado. Cubre su miembro con ambas manos y yo me levanto, ¿en verdad yo lo había disfrutado? Joel al notar la expresión en mi cara, hace una mueca. – Vamos Erick. – dijo mientras me atraía hacia el tomándome de la cintura.
Erick: ¿Qué Joel? – digo sonriendo. Me sienta sobre sus piernas, quedando yo con las piernas abiertas.
Joel: Lo siento. – balbucea. Sin entender trato de sonreír y arqueo las cejas. – ¿me porte demasiado macho?
Erick: Oye no, estuvo bien. – dije sobando su mejilla. – me gusto. – el negó con la cabeza, avergonzado.
Joel: No debí obligarte. – hace un puchero. - ¿Me perdonas?
Erick: Te perdono si... - dije susurrando a su oído. Al escuchar mi petición, sonrió
Me bajo de sus piernas solo para que yo pudiera deshacerme de mi ropa interior. Me volví a subir en la misma posición, solo que esta vez el contacto de mi piel con la suya era directo, no había nada que estorbara.
Joel: ¿Entonces es tu primera vez? – dice susurrando en mi oído. - ¿Te dolerá?
Erick: Obvio Pimentel. – dije aferrándome a su espalda, sentía la dureza de su miembro en mi entrada, sentía las manos de Joel, acomodándose para entrar en mí.
Joel: Creo que en esta postura te dolerá más. – dice abrazándome.
Erick: Me gusta más así, quiero ver tus gestos. – dije para después cerrar mis ojos, Joel procedió a entrar en mi lentamente, lo más cuidadoso posible.
Narra Joel Pimentel.
Note la cara de dolor de Erick, sentía que me desgarraría la espalda, pero no dije nada, no podía imaginarme el dolor que en ese momento sentía, seguí entrando más y más, hasta que, entre completamente en él, manteniéndome un buen rato así.
Necesitaba que se acostumbrara a mi presencia, Erick no paraba de gemir, no sabía si eran de placer o de dolor, pero al sentir las uñas del menor clavarse en mi espalda, deduje que eran de dolor.
Joel: ¿Todo bien? – susurre a su oído, quizá el escuchar mi voz lo tranquilizara.
Erick: Duele Joel. – dice con dificultad.
Joel: Mierda Erick, es todo. – dije saliendo de él. Lo miro y el evita el contacto con mis ojos.
Erick: Lo siento. – dice asustado.
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