Erick sufre de bullying en el colegio por su orientación sexual, por lo consecuente no tiene ningun amigo y su padre se averguenza de el, por lo que el necesita un nuevo amigo, aunque sea uno desconocido.
Tome asiento a un lado de la piscina, sumergiendo mis pies sobre la tibia sensación del agua. Pataleo levemente dentro del agua y observo a todos mientras platican dentro de la piscina o juegan con una pelota de hule. Creí que el día que conociera a mi némesis Elizabeth la odiaría, pero resulto ser una muy linda chica, me sorprende que le haya sido infiel a Joel.
- ¿En qué piensas? – dijo una voz estremeciéndome, esa voz pertenecía a Joel.
- Hola. – dije tímido. – en nada, solo estoy disfrutando del momento de verlos jugar. – poso la mirada en el movimiento de mis pies dentro el agua. - ¿Entraras a la piscina? – pregunto aun sin mirarlo.
- En un momento, siempre me quedo un rato en la orilla para ver la temperatura del agua, no me gusta muy fría. – ríe bajito. – Siento lo de hace rato.
- No te disculpes, yo fui el culpable de todo. Debiste golpearme. – suelto una risita.
- Si, bueno, no suelo comportarme así de cretino ¿Te parece si iniciamos de nuevo? Ser amigos. – siento su mirada sobre mí. Esa palabra "amigos" me lastimaba más de lo que yo pensaría.
- Si Joel, me gustaría que fuéramos mejores amigos si es posible. – sonreí por fin atreviéndome a mirarlo.
- ¿Olvidemos el pasado? – pregunta como si el pasado solo fueran los agrios 10 minutos en esta fiesta.
- Hay cosas que nunca olvidare Joel, serán difíciles. – volví a desviar su mirada.
- Yo los olvidare. – dice metiéndose a la piscina, la cual le llegaba al pecho. ¿Tan poco significaron para él? Ahora me doy cuenta de que sí. Sin querer una lagrima escapa de mis ojos, de pronto siento mi cara empapada.
- Oye no. – dije riendo al notar que me había lanzado agua.
- No llores. – susurro y comenzó a reír, después comenzó a nadar en dirección a Elizabeth.
- Hey palito de coco. – grito Christopher. – no estés solo, es una fiesta, ven aquí.
Yo asiento ante su petición y me lanzo al agua, nadando hasta ellos y colocándome a un costado de Chris.
- Erick, estábamos hablando de hacer algo la próxima semana, no se ir de excursión ¿Te unes? – me dice Zabdiel.
- ¿Fin de semana? – pregunto.
- El sábado en la mañana podemos salir de aquí, en la semana nos ponemos de acuerdo de a donde iremos. ¿Si? – contesta Yoandri.
- Creo que tendré que pasar, tengo clases de inglés en las mañanas hasta las dos de la tarde. – contesto haciendo una mueca.
- ¿Para que ir a clases si Joel te puede enseñar? – contesto Elizabeth. - ¿No es así amor? – miro al castaño.
- Claro, ¿Por qué no? – contesto Joel sonriendo.
- Ya está solucionado tu problema con el inglés. – contesto Johann.
- Ojalá fuera así de fácil. – conteste riendo.
- Puedes hacer un examen para valorar tu nivel de inglés, si estudias fuera solo solicítalo y lo pasas en un solo examen. – hablo Christopher. – Eso hice yo.
- Puedes venir a mi casa cuando quieras y yo te ayudo a practicar el inglés Er. – contesto Joel, después abrió los ojos como dos grandes platos al notar como me había llamado.
- Eres bipolar ¿Sabes? – dijo riendo Yoandri.
- ¿Por qué lo dices? – contesto nervioso. Ahí estaba de nuevo, ese rubor en sus mejillas.
- Te ayudo a practicar el inglés ... Er. – dijo Richard fingiendo la voz de una mujer gimiendo.
- Ya déjenlo en paz. – defendió Elizabeth. – Mi Joel sería incapaz de eso ¿Verdad? – lo mira con un puchero.
Si supiera la morra esta.
- Bueno quizá pueda faltar a una clase. – digo terminando esa discusión.
- Entonces te esperamos aquí el sábado en la mañana. – Grita Zabdiel.
- Me gritaste en el oído nalgón. – replica Elizabeth.
Yo tan solo comienzo a reír de cómo se llevan entre todos, entonces la batalla de agua comienza cuando Yoandri se acerca con la manguera (de jardín mal pensadas) y comienza a mojarnos a todos. Después todos salen siguiendo a Johann quien era el único que no se había metido a la piscina aún. Entre todos lo lanzan a la alberca y entonces es cuando todo se sale de control, todos contra todos, contra mí, yo que soy un palito de coco indefenso.
La noche cae, pero sin importar todos siguen dentro de la piscina a excepción de Yoandri y Johann quienes habían desaparecido en busca de una soda en la cocina de Richard.
Christopher, Zabdiel, Richard y yo hablando sobre las ganas de comer, Elizabeth y Joel en un lado de la piscina muy acaramelados, trataba de no mirarlos, pero un tornado arrasó con mi estómago haciéndolo sentir vacío y no precisamente por el hambre.
- ¿Alguien más ya tiene hambre? – grita Richard.
- Yo. – decimos todos al mismo tiempo.
- Comeremos hamburguesas. – dice quitando la manta a la parrilla. - ¿Quién va por la carne al refrigerador?
- Puedo ir yo. - digo saliendo de la piscina. – Solo indícame donde está la cocina. – sonrió.
Después de explicarme, tomo una toalla y entro a la casa del moreno, la cual estaba maravillosamente iluminada, me adentro a la cocina, rezando por no ver una escena traumante de Yoandri y Johann. Al corroborar que no hay nadie entro y tomo la carne del refrigerador.
- Te mentí. – dice alguien asustándome, volteo solo para encontrarme a Joel sentado sobre la barra que divide la cocina de la sala. – Trate de olvidarlo, pero no puedo Erick. – dice bajándose y caminando hasta mi posición.
Siento como las piernas comienzan a traicionarme y hacer notar mis nervios ante la cercanía del ojimiel.
- ¿De qué hablas Joel? – digo en un sonido casi inaudible.
- Que no puedo olvidar de la noche en que ambos fuimos uno solo Erick, fue lo mejor que me paso en la... - dijo y se detuvo.
- Oye. – trato de decir, pero me cubre la boca y coloca su dedo en la boca en señal de silencio. De pronto escucho unos susurros que provienen de detrás de una puerta que se encuentra en la cocina. "Cállate, se darán cuenta de que estamos aquí" escucho susurrar. Joel se dirige hasta la puerta y la abre dejando caer a Yoandri y a Johann.
- Hola. – dicen ambos chicos.
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