Seis

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Por fin me han enseñado a poner los guiones largos, dadles una bienvenida acogedora porque planeo que se queden por mucho tiempo.  

Iba a ser divertido ver la reacción de Namjoon cuando se diera cuenta de que era la cuarta vez que me saltaba las clases en dos semanas. Pero Taehyung había encontrado un buen método de saltar la valla, y ellos insistían en hacer cosas cuando Jungkook y yo estábamos en el instituto.

Era viernes, dentro de unas horas habíamos quedado, qué más daba.

— Quítate los zapatos y lánzalos —dijo Taehyung, con la barbilla en alto y los ojos clavados en el final de la valla, me miró mientras los tiraba al otro lado. Jimin atrapó uno, el otro tuvo que ir a buscarlo.

Jungkook se agachó delante de mí, quedándose entre la valla y yo, dándome la espalda. Me acerqué, inclinándome hacia delante, apoyando las manos en el metal y alzando un pie para ponerlo en uno de los hombros de Jungkook. La expresión "somos enanos a hombros de gigantes" me vino fugazmente a la mente, porque yo era pequeña en comparación a Jungkook e iba a estar muy lejos del suelo.

Su mano se cerró en mi tobillo y con rapidez y agarrándome bien a la valla levanté el otro pie, quedándome inestablemente de pie sobre los hombros de Jungkook, que fue levantándose poco a poco, con mis manos subiendo a la misma velocidad bien agarradas a la valla y con mis labios bien cerrados aguantando los gritos de histeria y el vértigo.

Con la altura de Jungkook de pie, el final de la valla se quedó a la altura de mi cadera. Taehyung se colocó al otro lado, justo en la misma posición en la que estaba colocado Jungkook. Madre mía, si caía desde aquí moriría. Me agarré bien al final de la valla, pasando una pierna por encima, tambaleándome, intentando no caer en la histeria desde tan arriba, hasta que mi pie rozó el hombro de Taehyung y él agarró, con más fuerza de lo que lo había hecho Jungkook, mi tobillo.

Tras una última respiración pasé la otra pierna, hasta que estuvo en el otro hombro de Taehyung y lo hicimos a la inversa, estuvimos bajando poco a poco hasta que a una distancia segura del suelo Jimin me agarró de la cintura y me dejé caer hacia atrás en sus brazos.

Jimin me dejó en el suelo con cuidado y Taehyung se puso en pie, sobándose un poco los hombros mientras se acercaba a mí al mismo tiempo en el que yo me ponía los zapatos. Estaba un poco colorado y respiraba fuerte por el esfuerzo.

— ¿Te he hecho daño? —pregunté, él negó con la cabeza, pasando un brazo por mi espalda, metiendo su dedo pulgar por la cinturilla de mi falda.

— Es increíble lo que hacen los mayores para no ir a clase.

Nuestras cabezas se movieron como un resorte, clavándose en las dos chicas que se tensaron como tablas al ver que los cuatro las mirábamos. Tenían pinta de ser de tercer año y las dos retrocedieron un paso con los ojos de par en par. Taehyung miró detrás de sus figuras, tirando de mí hacia atrás por si algún profesor venía con ellas.

¿Qué hacían unas de tercero en esta parte del patio? Había una regla no escrita que decía que esta parte semi-cubierta y escondida de los profesores estaba reservada para los de último curso o los fumadores. Y definitivamente esas chicas no tenían pinta de fumar ni cigarrillos de fresa.

Jungkook chasqueó la lengua, apoyando un pie sobre la valla, con las manos ya enganchadas a la red de hierro.

— Más os vale tener la boca cerrada —rugió, con el rostro completamente serio.

Las chicas retrocedieron un paso más y la que había abierto la boca recibió un codazo de la otra chica. Jungkook apartó los ojos de ellas, clavándolos en el final de la valla y después de una respiración saltó hacia arriba. Una mano tras otra y un pie tras otro, subiendo rápido, como impulsado, cruzando al otro lado y bajando pegado a la red solo un poco antes de saltar, cayendo de diez.

Hana, dul, set - Kim Taehyung, Min YoongiWhere stories live. Discover now