Diez

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Me senté en el suelo, dejando escapar todo el aire que tenía en los pulmones antes de volver a cogerlo bruscamente, sonando a sollozo. Dejé que mi espalda cayera contra la pared de la piscina vacía y con brotes verdes y grafitis por todas partes, incluso el suelo.

No iba a mentir. Lloré. Lloré por al menos diez minutos, pero odiaba llorar en espacios abiertos, odiaba llorar en cualquier lugar que no fuera sola, encerrada en el armario de mi habitación o escondida entre las sábanas de mi cama. Así que solo me permití diez minutos de sollozos indiscriminados, después me obligué a mí misma a parar.

Pensé en poner música. En sacarme el móvil del bolsillo y poner música, también pensé en levantarme del suelo e ir hacia los sofás y el colchón que estaban en el centro de la piscina vacía, pero no hice ninguna de las dos cosas.

Me quedé quieta, abrazada a mis rodillas con los ojos ya secos, esperando a que pasara un poco más de tiempo para que fuera la hora de cenar y pudiera largarme a casa a comer y a tirarme en la cama. Quizás le daría explicaciones a Seulgi de porqué tenía que decir que, efectivamente, estaba con ella si alguien le preguntaba. Pero por ahora, solo estaría aquí sentada un poco más, mirando los asientos vacíos y los escombros de las hogueras que solíamos hacer en el centro.

Me centré en lamentarme de mí misma, pero sin pensar en la novia de Yoongi o en que él tenía novia, o en él... Lo intentaba.

Una sombra saltando sobre mi cabeza me hizo brincar sobre mí misma, y pegarme aun más a la pared de la piscina, temiendo que cayera sobre mí. Pero la sombra aterrizó en el suelo, tomando forma, mirando hacia todos lados antes de girarse hacia mí.

Taehyung apretó los labios al verme, intentando recuperar el aliento, como si hubiera estado corriendo por mucho rato. Parpadeé con rapidez, pasándome las manos por las mejillas, alegrándome de que estuvieran secas.

— Taehyung —susurré. Él soltó un suspiro, acercándose mientras yo me incorporaba con un tambaleo y me ponía de pie. — ¿Qué haces aquí?

— Estaba buscándote —jadeó, aun con su pecho subiendo y bajando por la respiración, como si hubiera venido corriendo.

— ¿Por qué? — Se detuvo frente a mí, encogiéndose de hombros y mirando hacia otro lado.

— Quería saber si estabas bien. — Abrí los ojos con fuerza, tensándome, parpadeando con rapidez. Suplicando porque no tuviera los ojos hinchados y no notara que había llorado. Sentí que en el nudo de angustia de mi estómago se formaba otro de vergüenza.

— ¿P-por qué no iba a estarlo? — Taehyung suspiró, girándose, dándome la espalda durante unos segundos.

— No te hagas la tonta... Todos sabemos lo que sientes por Yoongi —soltó, haciendo que inmediatamente me mordiera el labio inferior y retrocediera. Sí, sabía que todos lo sabían, pero no quería que supieran que estaba afectada.

— ¿El resto sabe que estás aquí? — Él negó con la cabeza y yo sentí un peso menos en el pecho. Que supieran que iba a molestarme que Yoongi tuviera novia lo aceptaba, pero que supieran que necesitaba a alguien porque estaría desconsolada me ponía el estómago aun más de al revés.

— Solo les he dicho que me iba.

— Vale, pero no hacía falta que vinieras —susurré, rascándome el brazo. Sin preguntarle cómo sabía que estaba aquí. ¿Esto quería decir que nadie se había creído mi historia de Seulgi?—. Estoy bien. No es para tanto.

— ¿Te apetece tumbarte en el colchón? —preguntó, removiéndose en su sitio.

Parecía nervioso, más nervioso de lo que estaba yo por haberme encontrado en esta situación. Asentí, encogiéndome de hombros, despegándome de la pared para comenzar a acercarme hacia el colchón del centro de la piscina.

Hana, dul, set - Kim Taehyung, Min YoongiWhere stories live. Discover now