No

17 4 0
                                    

No, nunca aprendí a volar. La caída será demasiado como para sanar.

No, no quiero tus campos de absurda felicidad, ¿no ves que la temo? Me da miedo.

No, no puedo darte algo de lo que yo carezco, no quiero tus esperanzas, no sirven de nada, no ahora, no para esto.

No, no puedo darte calor, pero puedo ofrecerte un infierno en el que morir de quemaduras graves en tu corazón.

No quiero tus plumas, no necesito las mías, toma, te regalo las que me quedan, al menos tú las usarás.  Busca otro pájaro, un bonito colibrí, con el que volar, volar alto, no quieres hacerlo conmigo. Así que yo me vuelvo a mi inmenso nido de ramitas de agonias o a mi campo abrasado y bañado en cenizas. Puedes llamarme cuervo si quieres, yo seguiré siendo rosa negra. Puedes creer en una ilusión llamada libertad que nos inventamos para llegar a una inexistente felicidad, mientras yo me quedo aquí conformandome con las cenizas de lo que fui.

Palabras de una negra flor. Where stories live. Discover now