Porque me quedé sola, al negarme a ahogarme contigo, preferí seguir nadando, me cansé y ahora soy náufrago.
Porque quise intentar salir del edificio en llamas y no quedarme allí contigo esperando a consumirme, se me calló una viga encima y tengo eternas quemaduras.
Porque quise volver a hacer de mi infierno un cielo, en vez de ser la reina de tu demonio, fallé en el intento y el resultado es un cielo destruido.
Y porque cuando me lanzaste al vacío contigo, traté de abandonarte y subir sin escalera, volví a caer a mitad de camino y ahora estoy tendida en el suelo sin nadie para levantarme y sin fuerzas para ello.
Porque eres daniño, me quemas, tan frío que muero de hipotermia, me matas. Quieres llevarme a tu negro, convertirme en reina de tu infierno, que te ayude a destrozar tu cielo, arrastrarme, que sea otro fantasma más en tu desvelo. Y aunque te alejo por mi bien, porque no puedo hundirme sin luchar, si me quedo sola sufro más. Y ahora has vuelto, esta vez para invitarme ver mi película preferida en el centro de un huracán, acomodados en el sofá. Por eso y mucho más, quizás está vez acepte; es mejor que quedarse sola y ser arrastrada por él igualmente.
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Palabras de una negra flor.
PoetryLe agradezco a mi demonio, ese que me arrastró al infierno. A él, mi ángel que nos [me] dejó demasiado pronto. A ella, la rosa roja que oscurece mis pétalos. Y, por supuesto, al invisible que siempre estuvo ahí aunque nunca lo vi. Los c...