V e i n t i s e i s

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Enero 01, 2018.

B R E N T     W A L L A C E.

—¿Viste lo enamorados que estaban? —me burlo apenas entramos a la casa de Melanie.

Lanza un resoplido—. No podían quitarse las manos de encima.

Va hasta la cocina y se agacha para rebuscar entre el refrigerador. Desvío la mirada.

—¿Y tú nana? —le pregunto mientras apoyo mi cadera en la encimera.

Se endereza y trae consigo una charola de pastel de chocolate. Se me hace agua la boca apenas verla.

—Le di la semana —explica—, fue a ver a su familia, ha estado lejos de ellos.

Hago una mueca. Ella siempre hace eso, le da la semana a todos los empleados durante las fiestas a cuestas de sus padres. Y si, es un gesto noble por su parte, pero siempre se queda sola.

Tomo la cuchara y la rebanada que extiende hacia mi, y llevo una porción a mi boca antes de volver a hablar.

—Tenemos que organizar la noche de recuerdos, rubia —desvío el tema. Sé que diga lo que diga no me hará caso.

La sigo cuando empieza a subir las escaleras hasta su cuarto.

—¿Realmente tenemos que planearlo? —bufa.

Ruedo los ojos, porque no, no tenemos que hacerlo. Fue sólo una excusa para cambiar de tema.

Entra a su habitación y paso saliva cuando sigo sus pasos, a pesar de haber estado miles de veces aquí, mi cuerpo entero se tensa por primera vez.

Apenas llega se avienta boca arriba sobre la cama. Yo me coloco en el sillón frente a ella. Su cabeza cuelga mirando el techo cuando habla:

—No tenemos que hacer nada. Creo que este año ha sido demasiado pesado para recordarlo en una noche, al contrario, creo que quiero olvidarlo por un día, al menos.

Frunzo el ceño.

>>Creo que esta vez no deberíamos planear nada.

Me levanto y ofrezco un poco de pastel hacia ella. Ella asiente como niña feliz y abre la boca. Luego lo dejo a un lado.

—¿Y qué haremos entonces? —pregunto mientras tomo lugar a un lado suyo en la cama. Ella gira para verme.

Sus ojos se encuentran con los míos, tan claros, honestos y atormentados como toda ella.

—Estamos aquí, es suficiente —murmura. Su voz es un tono dulce y pausado de palabras.

>>Y Rachel está bien con Eiden, las cosas van bien.

Asiento apenas perceptiblemente.

—Creo que este es nuestro año.

Ella ríe y eso saca un sonrisa en mi.

Aleja los pocos centímetros que nos separan y pega su cabeza a mi pecho. Intento tranquilizar mi respiración y desearía que mis latidos dejaran de bombear tan rápido dentro de mi pecho.

¿Quieres ser mía?Where stories live. Discover now