V e i n t i c u a t r o

3.8K 280 118
                                    

Diciembre 31, 2017.

R A C H E L P R I C E.

Descanse mi cabeza sobre su hombro mientras ambos reíamos de las tonterías que nuestros amigos estaban haciendo.

La noche había caído y a fuera se escuchaba el ruido de Nueva York en todo su esplendor de medianoche a vísperas de Año Nuevo.

Tomé un sorbo de mi bebida y disfruté de la vista. Las luces resplandecían con alegría en la ciudad y podía sentir que estábamos completos.

Claro que, a mi lado, era claro que Eiden no se sentía de la misma forma. Yo no lo habría hecho. Su hermana estaba... era un asunto complicado que aún no terminaba de entender pero era consciente de que era grave. Eso se notaba. Él lucia callado, y a plena vista dirías que hasta feliz, relajado. Pero yo lo notaba, notaba la tensión en su cuerpo y la forma en la que su nuez de Adán bajaba y subía constantemente marcada por el nerviosismo.

Era algo que entendía. Solía decirme que debía aprovechar el tiempo que tenía, pero ¿de qué forma podrías hacerlo sabiendo que no podrías volver a ver a tu hermana en quién sabe cuánto tiempo?

Apreté su mano buscando una clase de consuelo que no podía expresar. Su cabeza giró y sus labios se estiraron en una leve sonrisa.

—Oigan, ¿quieren jugar un juego? —Brent habló. Todos asintieron y yo le dirigí una mirada de complicidad a Eiden.

No recordaba que había ocurrido la última vez del juego, pero sabía que no solían terminar bien.

Una sonrisa traviesa se coló en su rostro y se acercó silencioso hasta que su boca estuvo a la altura de mi oído.

—¿Quieres jugar a algo más?

Caí sobre la cama y me dediqué a admirarlo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Caí sobre la cama y me dediqué a admirarlo. Ahí luciendo totalmente adictivo, dirigiendo su mirada sensual hacia acá, hacia mi cuerpo semi desnudo.

Solté una risita cuando lo vi gatear hasta estar sobre mi. Estiré mi mano y con mi dedo recorrí la silueta de su rostro y de su cuello. Todo mientras mis ojos no despegaban el mirar de sus labios. Me atraían a él, me llamaban.

Su mano se posó en mi cintura y aproveché ese momento para cambiar lugares, quedando yo arriba. Me senté a horcajadas de él y pegué mi pecho al suyo. Sus ojos se oscurecieron con ese simple movimiento y sus brazos inmediatamente me atrajeron más a él, como si hubiera algún espacio libre entre nosotros.

Sonreí contra él, y llevé mis labios hasta su cuello, depositando un cálido beso en su piel.

Mis manos ansiosas buscaron recorrer la superficie de su cuerpo, y se quedaron estancadas en sus hombros.

¿Quieres ser mía?Where stories live. Discover now