Q u i n c e

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Noviembre 12, 2017.

R A C H E L   P R I C E.

Chris llega hasta a mi, no presta atención a mi presencia cuando coloca el café sobre la mesilla.

—Su orden, señorita.

—Gracias, Chris.

—Oh vaya, ¿qué te trae por aquí? —alzo una ceja—, digo, vienes muy seguido, ¿no?

Me río a secas—. Así es.

—¿Puedo preguntar la razón?

—Me gusta el café —me encojo de hombros.

—¿Y...?

Dejo mi mirada en la suya un segundo antes de dar un sorbo.

—Me gusta la compañía, supongo. Julia es... como una abuela para mi, ¿sabes? Se ha ganado mi cariño.

En parte es la verdad, la otra es que no soporto el silencio que penetrando mis oídos tan temprano por la mañana.

—Bueno, pues es mi abuela de verdad —dice. Señala la silla del frente—, ¿puedo?

Muevo la mano—. Adelante.

—Cierto —retomo—, pero nunca te había visto por aquí antes.

—Tal vez sea porque no vivo aquí.

—¿Eres extranjero? —lo inspecciono—. No lo pareces.

—Vaya, gracias —se ríe—, no lo soy, vivo a unas horas, en California.

Alzo una ceja—. ¿Mahattam no es un lugar aburrido para ti, chico playero?

Chris ríe. Antes de poder oír su respuesta, es llamado por su abuela.

Se levanta pero duda un segundo antes de irse.

—¿Qué sucede?

—Sabes... mis amigos y yo haremos una pequeña fiesta en unos días, en la casa de uno de ellos, te caerán bien —acota—, ven si quieres.

Suena un tanto tentador. Pero...

—No lo creo —declino.

—¿Estás segura?, pareces querer alejarte un momento. Piénsalo, ¿de acuerdo? —saca un cuadernillo, donde supongo anota las órdenes, y garabatea algo—, éste es mi número. Llámame si cambias de opinión.

No digo nada pero si agarro el papelito que me extiende y lo guardo en el bolsillo del jean.
Me regala un asentimiento de cabeza antes de irse.

[...]

Aprieto mis puños y toco.

Trato de lucir como si me importara un bledo, pero creo que no es tan cierto como quisiera.

¿Quién?

Abro la puerta sin contestar.

—¿Piensan salir o se van a quedar ahí sentados?

—Oh vaya, castaña. Has vuelto. Ven, siéntate un rato con nosotros —da palmadas al sillón. Muy a mi pesar, mis ojos vagan por la habitación, sin encontrar lo que buscaba.

¿Quieres ser mía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora