42. Buscándolo

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Maratón 1/?

Dedicado a : CarolHeartfilia12 gabycncowner228

No podía hablar, si lo hacia perdería más aire. Joel me miro desesperado sin saber que hacer, desde que era pequeña no me daban estos ataques.

–¡Dime donde está por favor! –gritó acercándome más a su pecho.

Cómo pude señale la puerta de mi habitación. El entendió rápidamente y me dejo con delicadeza en el suelo antes de salir corriendo en busca del inhalador.

Sentía que el aire me faltaba cada vez más y mi pecho comenzaba a doler por la presión.

–¡LO ENCONTRÉ! –escuche el gritó de Joel. Pero ya no podía respirar, me había quedado sin airé.

[...]

Abrí mis ojos poco a poco, mi vista estaba un poco borrosa pero aún así podía ver.

–¡Dios mío! Hasta que despiertas, me tenías preocupado –Joel se lanzó encima mío con cuidado de no lastimarme, me dio un abrazo a lo que yo reí.

–¿Qué pasó?

–Volvieron los ataques Liv –me miro preocupado–. Ya lo habías dejado atrás, no se que pasó, o porque volvieron.

Si, de niña solía tenerlos constantemente y fue en milagro que de un día a otro me recuperara. El doctor había prometido que no volverían y si lo hacían serían más fuertes y tendría que estar yendo a constantes revisiones.

–No quiero Joel –susurré, me dio una mirada de tristeza.

–Ya hablé con papa, el lunes iremos con el doctor a ver que tal estas o si sólo fue un susto –asentí aunque por dentro no quería ir, no quería volver a ese lugar.

–¿Y dónde está el?

–Estuvo un rato contigo, pero después salió a lo del médico.

–Bueno –mire el techo tomando una larga respiración.

–¿Qué pasa?

–Necesito un favor.

–Si, claro. ¿Cuál?

–Tienes que ayudarme a buscarlo –me miro por unos segundos sin entender.

–De que hablas...

–Christopher, tenemos que buscarlo.

[...]

Me abrazaba a mi abrigó, el día de hoy estaba muy frío. Caminaba junto a Joel buscando a Christopher, pero pareciera como si hubiera desaparecido.

–¿Estas bien? –preguntó.

Asentí, cada quince minutos preguntaba como me encontraba y era una cosa demasiado fastidiosa.

–Tiene que estar cerca –suspiré.

–Pues si. Pero no creo que esté durmiendo en las calles, tal vez esté con uno de sus amigos y si es así, nunca lo encontraremos, no conozco sus amistades, por lo menos yo.

Tenía razón, como no había pensado eso antes.

–¡Jake! –exclamé.

–¿Quien?

–Jake. Su amigo, debe estar con el, es lo más seguro –me miró a los ojos y después asintió. Caminamos hasta su auto, donde inmediatamente prendió la calefacción.

Le indique por donde tenía que ir, la verdad había ido un par de veces pues Christopher solía emborracharse los fines de semana y quien era la que lo cubría, si, yo.

Al fin llegamos, las luces estaban encendidas. Salí del auto y corrí hacia la puerta principal, comencé a tocar la puerta desesperadamente.

–¡Basta! –se quejó una voz desde adentro–. Ya voy.

La puerta se abrió mostrándome a un Jake completamente arreglado, como si estuviera apunto de salir.

–Olivia –dijo en voz alta.

Lo aparte con mi mano derecha y corrí hacia la habitación del chico. La verdad nunca me había gustado la amistad de estos dos pero no podía hacer nada al respecto. Abrí la puerta y si, efectivamente ahí se encontraba Christopher.

–¡Chris! –su vista se posó en la mía. Rápidamente se levanto de la cama.

–¡Liv! ¿Qué haces aquí? –me agarró de los hombros y me sacó de la habitación–. No te quiero ver, entiéndelo, sal de aquí.

–¿Chris? –escuche la voz de Joel, Chris asomó su cabeza logrando ver al moreno.

–Joel, llévatela por favor –pidió a mi hermano, el subió rápidamente las escaleras y me tomo del brazo.

–Vámonos –pidió Joel.

–No. No lo dejaré aquí, y menos con ese sujeto –señale a Jake, me lanzó una mirada de odio y cerró la puerta de un portazo, pronto se dirigía hacia nosotros.

–¿Porqué? Por lo menos lo trato bien, no como tú –río en mi cara, Joel me jalo hacia atrás y se posó frente a mi, quite el rastro de saliva del tipo quien había hablado tan brusco que salpico mi cara con sus repulsivas babas.

–Eso no es cierto –me defendí.

–¡YA LARGATE DE UNA BUENA VEZ! –grito Christopher enojado, toqué la espalda de Joel. Era hora de irnos.

–Bien –susurré, tome la mano de Joel y juntos bajamos las escaleras.

Antes de salir por la puerta le dedique una última mirada a Christopher, su amigo sonreía victorioso, sabía que estar con el le hacia mal, no era buena compañía.

–Adiós –así, salí de aquella casa, con mi corazón roto, no sólo se sufría por amor, no sólo te rompía el corazón aquella persona que amas, también lo hacia la familia y eso dolía mil veces más.

No entiendo |Erick Colón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora