36. Un día normal

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Miré mi plato sin muchas ganas de probar alimentó alguno. Mis hermano comían o más bien devoraban su comida, mientras que yo jugaba con el tenedor.

–¿Estas bien? –preguntó papa. Levanté la cabeza y me miraba con preocupación.

–Si. Sólo que estoy algo cansada, no dormí bien. ¿Puedo irme? –se lo pensó por un momento pero después accedió. Dejé los platos sucios en su lugar y subí corriendo hacia mi habitación. No tenía nada mejor que hacer que ver mi serie favorita Teen Wolf, estaba en sus capítulos finales y aún no me la creía que fuera a terminar, le puse play al nuevo capítulo "6x16".

Empezó con chico pelirrojo, quien corría asustado de los chicos que tenían un plan para terminar con toda criatura extraña. Estaba tan adentrada a la serie que no me di cuenta que mis hermanos habían entrado a la habitación.

–Antes de que digas algo –se apresuró a decir Joel–. Si tocamos, pero no abriste.

Lo ignore y seguí viendo la televisión, tomaron lugar en mi cama y me lanzaron una bolsa de gomitas en la cara.

–¡Hey! –me quejé. Christopher sólo río y después se disculpó. Eran mis gomitas favoritas lo cual agradecí al que sea que las haya comprado.

–¡MALIA! LA HAS REGADO –grito Christopher cubriéndose el rostro. Había activado lo que parecían ser gases, reí por la acción de mi hermano, era tan sólo una serie, que exagerado.

Al final del capítulo me quede con la intriga de saber que pasaría, tendría que esperar una semana para saberlo, porque la vida era tan cruel conmigo y todos los fans de TW.

–Maldita serie –se quejó Joel–. ¿Quieren hacer algo? Me aburre estar aquí.

–¿Cómo que? –pregunté.

–¿Ir al cine? ¿Al parque?

–Joel. Ya nadie va al cine o al parque por diversión. Aparté de que no hay películas buenas, algo más? –hablé, Joel rodó los ojos.

–Bueno, a donde quieran. Da igual, con tal de salir –dijo ya rendido.

Miré a Christopher con una cara de complicidad. Y es que en este tiempo nos hemos llevado tan bien, teníamos tanto en común. El iba a comenzar a hablar cuando lo interrumpí.

–¡SALMON'S! –hablé o más bien grité. Los salmón's era algo así como un centro comercial al aire libre. Era muy cómodo y era nuestro lugar favorito, bueno el de Chris y el mío pues Joel aveces era un amargado y nos dejaba solos.

–Si. Está bien. Esta vez si iré, sólo porque ahora no confió en ti para cuidar a mi hermana –soltó Joel.

–Oye que también es mi hermana –le sacó la lengua. Reí y me puse en medio de ambos.

–¡Basta! Los dos son mis hermanos y a los dos los amo –dije tranquilamente, ambos se acercaron y me rodearon con ambos brazos.

[...]

–Entonces cuando quise acariciarla mi mama me gritó "no la toques, te va a morder" pero como siempre ignoré sus advertencias y cuando la acaricié, la pequeña tortuga mordió mi dedo. Y la muy canija no me soltaba, estaba gritando como loco y lo único que dijo mama fue "te lo dije" movía mi dedo de un lado a otro para que se soltara pero me mordía aún más fuerte –solté una risa al escuchar uno de los recuerdos de Christopher de su infancia. Lograba imaginármelo en esa posición y sólo hacia las cosas más graciosas, pobre niño–. Pero estoy bien, sano y salvo. No lloren por mi nenas.

Nos guiñó un ojo. Miré a Joel con gracia, algo que sabíamos con total certeza era que a Christopher no le salía guiñar los ojos para nada y en lugar de verse sexy parecía que tuviera un tic en el ojo.

Comenzamos a reír con fuerza, Christopher nos miraba sin entender cual era el chisté.

–¿Joel? –hablo alguien a nuestras espaldas. Giramos encontrándonos con una chica.

–Verónica –hablo sin mucho interés. Vi sus manos y las tenía en forma de puño. Acaricié su pierna derecha para que se tranquilizara.

–¿Me puedo sentar con ustedes? –preguntó la chica. Me encogí de hombros pues me daba igual aunque no quería que arruinara nuestro día de hermanos.

–¿Qué haces aquí? –habló Joel sin rodeos.

–Sólo vine a pasar el rato con Erick. ¿Tienes algún problema con eso?

¿Erick? Acaso estaba hablando del mismo chico...

No entiendo |Erick Colón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora