Capítulo dos

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–Bien, abran su libro en la página 239.

La maestra florea si que quería matarnos, nos ponía a trabajar en cosas sin sentido. No servia de nada leer y escribir toda una página si no explicaba.

–Puedo ir al baño? –pregunto Shari, creo y comprendí su señal, pronto me levanté de mi asiento y con cuidado tratando de no notarme salí del salón.

Ahí estaba Shari sentada en las sillas que quedan frente al salón.

–¿Pasó algo?

–Si, me he enojado con Joel.

Mi cerebro se paralizó por un momento, nunca en la vida se habían enojado. Shari era la mejor amiga de mi hermano, era imposible que se enojaran, se amaban. Pero pronto llego a mi cabeza el nombre de Jazmín, ella era la odiosa novia de mi hermano y si algo había pasado entre el y Shari la razón y consecuencia era jazmín.

–Pero... Que paso? Podrías contarme.

–Estaba con Joel en el campo Jhon's, le llego una llamada y salió un momento para atenderla, mientras que yo estaba sentada mirando el paisaje, cuando de pronto llego gritando y se le notaba lo alterado que estaba, me dijo que era una perra por haber dicho cosas de Jazmín y hacer que sus padres la prohibieran de ver a Joel, nunca dije nada, ni hablé mal de ella por más que la odie y tu lo sabes, Joel no quiso créeme, me tomo fuerte de los brazos diciendo que no me metiera en su relación, al parecer terminaron por mi culpa, sin embargo no entiendo nada de lo que esta pasando.

–Maldita perra, hablare con Joel, esto no se queda así.

–¡NO!

–¿Qué? Porqué no –me miro con tristeza y bajo la mirada.

–Quisiera que todo se quedará así, no quiero arreglar nada con el, Liv. El me lastimó, hirió mis sentimientos, no confió en mi y aún lo más importante rompió todo sentimiento que tenía hacia el.

Las palabras de Shari llegaron a mi corazón, en estos momentos sólo pensaba en Joel, cuando reflexione y quiera arreglar las cosas con ella, se topará con que no lo quiere ver cerca y ahora lo odia, literalmente.

–Te lo has pensado bien? –pregunte a Shari. Simplemente asintió y miro hacia el salón de nuevo, se despidió de mi y entro tocando la puerta, sin embargo me quede un rato más afuera, puede que la señora florea se de cuenta de que salí sin permiso por lo cual decidí quedarme afuera el resto de las clase. De mi bolsillo saqué dos monedas una de $10 pesos y otra de $5 de ahí alcanzaría para comprar un agua en la máquina de refrescos.

C15, eran los botones que debía oprimir para obtener mi agua, una vez dentro el dinero y con dichos botones oprimidos espere por mi agua, pero mágicamente no salió de la máquina.

–Estas de broma cierto?! Porqué a mi –grite dándole unos golpes, $15 pesos perdidos, genial.

–Estas bien? –pregunto alguien detrás de mi, gire encontrándome con el chico del bus.

–Se quedo mi refresco atascado, no puedo sacarlo.

–A ver, déjame a mi.

Golpeó la máquina con su puño derecho, provocando una pequeña grieta, pero gracias a eso el agua por fin llego a mis manos.

–Muchísimas gracias, enserio –dije agradecida.

–No hay de que bonita –se despidió y salió de mi campo de vista, me había... El me había dicho ¿Bonita?

–Rubia! –un grito provoco que me sobresaltara, era Lucas, mi compañero de clase.

–Que pasa?

–La maestra está buscándote, creo que estas en graves problemas.

(...)

–Señorita Pimentel, si ya no quiere seguir en esta institución favor de decírnoslo por favor. Ya no podemos seguir cubriendo sus irresponsabilidades y malos comportamientos, hablare con sus padres de esto seriamente.

–Ellos no están...

–Que ha dicho Pimentel? Cómo que no están.

–Llegan tarde del trabajo, creo que tendrá que hablarlo con mi hermano.

–Y porque con el?

–Es mayor de edad, eso lo hace como un tutor más.

–Lea, ve por el señor Pimentel por favor.

La secretaria asintió y salió del despacho en busca de mi hermano. Yo estaba más que nerviosa, podía que Joel en ciertas veces ocultara mis llamadas de atención pero creo esta vez estará más que molesto, mordía mis uñas con desesperación hasta que el grandioso momento llego y Joel entro.

–Buenos días se... Olivia?

–Hola –dije en un susurro mientras me encogía en mi asiento, el me miro con enojo y comprendió el que hacia aquí.

Después de que la directoria tuviera una larga plática con mi hermano, acordando cosas, el acepto la responsabilidad como hermano mayor y según esto tendría que ayudarme. Tomo mi mano algo fuerte a decir verdad y salimos de la escuela, no tomamos el bus está vez, sólo caminamos, o más bien me jalaban.

–Basta –grite é intente que aflojara el agarre –. Se que he hecho mal, pero no tienes el porque tratarme así.

–Tienes dieciséis años Olivia, ya estas grande, porque sigues comportando como una niña pequeña, me avergüenzas.

Aquel me avergüenzas tuvo un fuerte sentimiento, sentía como lloraría en cualquier momento y no lo dejaría tener la satisfacción de verme. Corrí alejándome de el, escuche sus gritos llamándome pero sinceramente decidí ignorarlos, después de tres cuadras decidí parar, no iba rumbo a casa así que supuse que el no me seguiría hasta acá, me senté en el suelo abrazando mis piernas y al final pude sentir las lágrimas cayendo, no porque el fuera buen alumno y tuviera excelente calificaciones tenga que obligarme a ser como el, siempre mis padres dicen el haber deseado que yo saliera como Joel, inteligente y con muchas ganas de triunfar, era un asco. Cada quien es diferente, algunos a su manera claro pero seguía siendo lo mismo.
Dolía saber que tus padres quieran que seas algo que claramente no eres, que sólo por eso tengan una preferencia, de igual manera siempre lo supe, todos los padres tienen un favorito aunque siempre lo nieguen, y creo que ese alguien preferido era Joel.

No entiendo |Erick Colón Where stories live. Discover now