Prólogo

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° El inicio °
[Editado]

Un hombre apareció en la esquina, era alto, delgado y muy anciano, a juzgar por su pelo y barba plateados, tan largos que podría sujetarlos con el cinturón.

Llevaba una túnica larga, una capa color púrpura que barría el suelo y botas con tacón alto y hebillas

El nombre de aquel hombre era Albus Dumbledore

Albus Dumbledore no parecía darse cuenta de que había llegado a una calle en donde todo lo suyo, desde su nombre hasta sus botas, era mal recibido. Estaba muy ocupado revolviendo en su capa, buscando algo

—Debería haberlo sabido — Encontró en su bolsillo interior lo que estaba buscando

Parecía un encendedor de plata.

Lo abrió, lo sostuvo alto en el aire y lo encendió, la luz más cercana de la calle se apagó con un leve estallido.

Lo encendió otra vez y la siguiente lámpara quedó a oscuras. Doce veces hizo funcionar el Apagador, hasta que las únicas luces que quedaron en toda la calle fueron dos alfileres lejanos

—Hagrid se retrasa imagino que fue él quien le dijo que yo estaría aquí, ¿no?

— Sí — dijo la profesora McGonagall — Y yo me imagino que usted no me va a decir por qué, entre tantos lugares, tenía que venir precisamente aquí

—He venido a entregar a Harry y a _____ a su tía y su tío. Son la única familia que les queda ahora

—¿Quiere decir...? ¡No puede referirse a la gente que vive aquí! — gritó la profesora, poniéndose de pie de un salto y señalando al número 4 — Dumbledore... no puede. Los he estado observando todo el día. No podría encontrar a gente más distinta de nosotros. Y ese hijo que tienen... Lo vi dando patadas a su madre mientras subían por la escalera, pidiendo caramelos a gritos ¡Harry y _____ Potter no puede vivir ahí!

—Es el mejor lugar para éllos — dijo Dumbledore con firmeza — Sus tíos podrán explicárselo todo cuando sean mayores les escribí una carta

—¿Una carta? — repitió la profesora McGonagall, volviendo a sentarse — Dumbledore, ¿de verdad cree que puede explicarlo todo en una carta? ¡Esa gente jamás comprenderá a los Mellizos! ¡Serán famosos... una leyenda... no me sorprendería que el día de hoy fuera conocido en el futuro como el día de Harry y ____ Potter!. Escribirán libros sobre ambos... todos los niños del mundo conocerán su nombre

— Exactamente — dijo Dumbledore, con mirada muy seria por encima de sus gafas — Sería suficiente para marear a cualquier niño ¡Famosos antes de saber hablar y andar! ¡Famoso por algo que ni siquiera recuerdan! ¿No se da cuenta de que será mucho mejor que crezcan lejos de todo, hasta que estén preparados para asimilarlo?

La profesora McGonagall abrió la boca, cambió de idea, tragó y luego dijo

— Sí... sí, tiene razón, por supuesto. Pero ¿cómo van a llegar los niños hasta aquí, Dumbledore?

—Hagrid los traerá

—¿Le parece... sensato... confiar a Hagrid algo tan importante como eso?

— A Hagrid, le confiaría mi vida — dijo Dumbledore

— No estoy diciendo que su corazón no esté donde debe estar — dijo a regañadientes la profesora McGonagall — Pero no me dirá que no es descuidado Tiene la costumbre de... ¿Qué ha sido eso?

Un ruido sordo rompió el silencio que los rodeaba.

Se fue haciendo más fuerte mientras ellos miraban a ambos lados de la calle, buscando alguna luz. Aumentó hasta ser un rugido mientras los dos miraban hacia el cielo, y entonces una pesada moto cayó del aire y aterrizó en el camino, frente a ellos.

The Magic Love  [Draco Malfoy Y Tu] Where stories live. Discover now