Capítulo 32.

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Bailaba al son de la música mientras movía su cuerpo por aquel tubo de metal, un pequeño vestido portaba y aquella luz azul le daba un tema excitador. Jimin sentado en un sillón en compañía de un vaso de whisky veía atentamente los movimientos de_____. Su erección podía verse y dolía al ver tan movimientos perfectos, era la primera vez en que su mujer hacia un baile erótico y no en su casa.

La idea fue de ella, querer ser atrevida y probar nuevas cosas. Había ganado cinco rondas seguidas en el casino que ya era momento de dar el gran espectáculo a su marido, y que mejor aprovechando estando en un lugar de sexo y alcohol. Ambos estaban llevados por el trago, más ella que empezaba a perder la noción del tiempo poco a poco, mientras que Jimin simplemente era un espectador.

Lamió su labio y se sentó sobre su canto para empezar a mover sus caderas, frotando sus partes íntimas, sintiendo como Jimin se volvía loco por ver a su mujer tan entregada y diferente. No la reconocía pero le encantaba que fuera así, atrevida y una fiera en la cama, en cualquier lugar. Sus manos fueron al cierre de su vestido, lo bajó lentamente para dejarlo en su cintura y ver como sus pezones ya estaban puntudos.

-Tócame- ordenó en un susurro que lo hizo delirar unas mil veces. El pelinegro remojo sus labios he hizo caso a la orden que dio. Sus manos fueron directamente a sus senos para jugar con ellos, mientras iba dejando un camino de besos hasta llegar a donde ellos. Un sillón, un tubo y una cortina, maravillas podían hacerse.

Pese a que a los lados también habían personas en las mismas situaciones no dejaba de ser excitador para el pelinegro, disfrutará tanto de esa noche que no pensaban llegar a casa, la levantó y la pegó contra la pared, besando a su conveniencia los labios de la castaña mientras que apretaba fuertemente un seno, haciéndola gemir con tan sólo su tacto.

Jugaba con su cabello mientras sentía la lengua de él recorrer su cuello, Jimin sabía hacer de las suyas y en como tratar a una mujer a la hora de tener sexo. Coqueta se dejó caer para quedar de rodillas, besó su pene por encima del pantalón y dio caricias sobre este. Lamió sus dientes y bajó el cierre lentamente seguido de su ropa interior, dejando a la luz el pene erecto que pedía a gritos ser metido en su agujero.

Jimin cerró sus ojos al sentir como los labios de ella envolvían su pene, lamidas lentas que lo hacían volver loco y ver cosas extrañas pero excitantes para él. Tomó su cabello en una cola de caballo y la hizo meter todo su miembro hasta que se atragantara, tal cual película porno. Su lengua jugaba con su glande que sentía que a los pocos minutos se iba a correr y es que vamos, siempre ha sido buena en cuanto a chupadas.

Siguió moviendo su cabeza, colocando ambas manos en los muslos de Jimin para tener mejor agarre, el sonido que provocaba sus testículos al pegar con el mentón de ella era descomunal, la baba salía y quedaban pequeños hilos colgando, metiendo nuevamente y sacando a los segundos para chupar como si fuese una paleta de helado.

Metió todo el pene hasta el final, sintiendo ganas de vomitar por la presión que hacia ella misma, pero eso no le importó. Se levantó rápidamente y besó los labios de Jimin, dándole a entender que ya estaba preparada para ser montada. El pelinegro lamió su mano y la paso sobre su pene y la vagina de ella y sin previo aviso lo metió, sintiendo que tan estrecha se encontraba por más que hicieran el amor todas las noches.

Sus manos se vieron coger el tubo de metal para tener mejor soporte, una pierna de Jimin sobre el sillón mientras la otra estaba en el piso, sus manos sostener la cadera seguido de embestidas lentas pero profundas. Dio una nalgada y fue ahí donde empezó su lado salvaje, tratarla con cariño era uno de sus planes al igual que dejar siento de marcas como tanto le gusta.

-¡Ah!- gimió ella con los ojos levemente cerrados y la boca ligeramente abierta. Llevó su mano izquierda atrás he hizo más presión para que Jimin no parara en sus embestidas, amaba cuando le daba sexo anal.

-¡Gime más! ¡Vamos, cariño, hazlo para papi!- nuevamente cogió su cabello en una cola de caballo y la obligó a que mirara, haciéndole arquear la espalda. Los comentarios sucios y demasiados obscenos siempre eran presentes en sus actos, no había día en que no los hubiera.

Permaneció en silencio queriendo aguantar los gemidos en cada estocada, sus labios eran una línea recta y de su frente empezaban a salir gotas de sudor, mejillas rojizas y cabello totalmente fuera de su lugar. Jimin metió una última vez y sacó con fuerza para repetir la misma acción un par de veces.

Ambos dejaron salir dos gemidos potentes cuando Jimin logró correrse en su interior manteniendo sus embestidas profundas sin dejar de parar tan sólo un segundo. Besó su hombro y le ordenó que se colocara de rodillas nuevamente, aquello no había acabado y era el comienzo de su juego.

Gustosa por esperar el semen de Jimin le guiñó el ojo y lamió sus labios, empezó a masturbarse echando la cabeza hacia atrás sintiendo como salía parte de el y daba en el rostro de ella, sintiendo que era lo mejor de su vida y que lo necesitaba con ansias. Por última vez, dejó escapar un gemido cuando liberó todo lo retenido, tomándola de los brazos para que se levantara y besar sus labios, para probar sus líquidos también.

-Supongo que yo tendré el mando esta noche- lo tiró al sillón y se puso sobre él.














Traté de ser lo más explícita y espero que les guste, deseo ver varios comentarios de como quedó el capítulo, gracias por la espera. También pueden pasar a leer mi os JIKOOK, lo encuentran como eat and anorexic.

#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.Where stories live. Discover now