Capítulo 21.

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Ambos introdujeron su cuchara en el plato de cereal que Jimin había preparado para los dos. Los hombres de la casa se encontraban solos, disfrutando de sus cosas haciendo lo que se les viniera en mente._____junto con las gemelas habían salido a una cita con el doctor. Ir al pediatra era algo de suma importancia, vigilar su crecimiento, salud y demás cosas era lo primordial.

Tuvieron una charla, llegando a un acuerdo de no decir que fue lo que pasó anoche. Sus mejillas estaban algo rojas y un pequeño rasguño estaba ahí. Era demasiado grande y por supuesto, no faltó qué_____se preocupara. No quisieron respondes las mil preguntas que ella había formulado, decidieron decir que por estar jugando ambos se hicieron eso. Una coincidencia.

Privar del sueño era algo que desde niño siempre le pasaba. Sentir como unas manos lo asfixiaban u otra cosa era algo a lo que se podría decir que ya estaba acostumbrado. Su madre solía decir que era el propio espíritu de la persona quien se salía de su ser, ocasionando que aquel sueño fuese tan real impidiendo algún movimiento para poder salir.

Esta vez le había pasado algo similar mientras tenían un lazo de conexión con el menor de su hijo. Ambos estaban soñando de que eran raptados por una persona x, no habían podido verle la cara ni mucho menos acordarse de lo que había sucedido. Sus mentes solo les daba la capacidad para recordar el principio, de resto, todo era en negro. Quién hacia eso era una persona que lo odiara con todas sus fuerzas, haciendo que su alma actuará por si sola.

La cocina estaba hecha un desastre y, por supuesto que se llevarían un gran tirón de orejas por parte de la castaña quien era una fanática a la limpieza y el orden. Cosas que iba dejando salir a luz con el pasar de los años, de lo contrario, la pereza se adueñaría de ella y la casa sería un corral de marranos. Se levantó de la silla para subir rápidamente las escaleras para atender su móvil que se encontraba en su mesita de noche. Sonrió al ver la pantalla el nombre de su esposa.

-¿Pasa algo, cielo?- interrogó bajando las escaleras corriendo a la velocidad de la luz para bajar el volumen a la televisión que se encontraba al máximo. Jung solo lo miraba queriendo soltar una gran carcajada por ver a su padre en apuros.

-Te quería avisar que llegaremos más tarde, surgió un problema con Hani y esta se ha escondido por el hospital- la preocupación era notoria en ambos, pero si se trataba de muestras de sangre no cuenten con Hani. El miedo a las agujas siempre ha sido presente en ella, haciendo que su hermana se burlara por no ser valiente. Era algo a lo que Jimin también temía, de tal palo tal astilla.

-¿No quieres que estemos contigo?- miró de soslayo a su hijo quien se encontraba ahora jugando con los cubiertos temiendo a que este saliera lastimado. Sus manos son muy creativas y cualquier cosa que tocara era una arma mortal.

-No amor, quiero que cuiden la casa- habló_____. -Además, estás con Jung, pueden pasar un buen rato de padre e hijo- y la verdad ya lo estaban pasando, solo que con un poco de desorden que sin duda lo ve su esposa y le da un ataque al corazón. Un está bien fue la respuesta de Jimin para que diera finalizada la llamada.

Caminó hasta el armario donde guardaban las cosas de aseo y lo abrió, encontrándose con una escoba, trapero y demás cosas. Llamó a Jung y le dio utensilios para que ambos empezaran con la limpieza general. No era bueno con la escoba ya que nunca antes había tomado una, ni siquiera en su antiguo hogar y colegio. Estaba en aquellos tiempos en donde su ego era más importante ante cualquier cosa, creyendose la última coca cola del mundo ya que sabía perfectamente todas las mujeres que tenía detrás, la cuales se encargaban de hacer todo lo que él dijera.

Limpiar la cocina era algo que no se le complicaba, Jung como todo niño pequeño obedeciendo a su padre, se encontraba en la mesa limpiando aquellas manchas de leche y otras sustancias que ambos habían dejado. Ya llevaban un bien tiempo limpiando que parecía que nunca acabarán.

Tirados en el sillón de la sala dejaron escapar un suspiro cuando ya habían terminado, era medido día y sus estómagos pedían a gritos ser llenadnos por comida. Cocinar era una idea mala para ambos, dejarían nuevamente un desastre que ellos mismos tendrían que limpiar. Estaban en pijamas y un buen baño no sería para nada malo, al contrario, lo necesitaban. Tomados de las manos subieron hasta la habitación matrimonial y estando ahí empezaron a quitar su pijama.

Jimin mientras tanto preparaba agua tibia para la ducha, el jabón y shampoo era algo que siempre estaba a la mano. Cuando esta ya se encontraba como Jimin la quería se introdujeron ambos sintiendo como sus cuerpos eran acogidos por aquellas aguas. Jung jugaba con su pato de hule mientras su padre daba masajes sobre su cabeza, limpiando todo a su paso para dejar el cabello de su hijo sedoso. Podrían pasar mas días así y no se cansarian.

-Papi- llamó Jung mientras hundía su pato bajo el agua. -Quelo helado- el helado era una de las golosinas favoritas del pequeño, más si se trataba de helado de fresa. Era el helado más exquisito jamás probado por el hombre, el helado que su tío Jin le daba cuando tenían la oportunidad de versen.

-Comeremos helado después de que pidamos algo para el almuerzo- comentó. -¿Te parece?- interrogó a lo que Jung asintió.

Con una toalla envuelta a su cadera salió junto con el menor quien utilizaba la toalla como si fuese una mujer, aquel miraba con atención como su padre pasaba una cuchilla por su mentón seguido de que se echaba una especia de crema blanca. La curiosidad lo llamó.

-¿Qué haches?- preguntó Jung alzando más la mirada para poder ver mejor.

-Me afeito- lo hacia todos los días, tener vello en su rostro nunca le gustó, y para nada le gustaba a_____quien ya estaba más que acostumbrada a verlo sin vello alguno. Mantener una buena imagen siempre le gustó.

-Yo quelo- alzó sus brazos para ser cargado cosa que Jimin no hizo tras echarse agua en el rostro para quitar el exceso de crema que tenía. -¡Papi!- gritó.

-No puedes- habló. -Estás muy pequeño y aún no te has desarrollado- comentó secando su rostro con una toalla.

-¿Desarrollado?- preguntó Jung. Desconocía esa palabra y no sabía su significado.

-Así es. Cuando creces, tu cuerpo empieza a cambiar, te empieza a salir vello como yo, empiezas a gustar de niñas y muchos mas cambios que te los dire cuando seas más grande.

-¡Aline!- esbozo una sonrisa Jung.
-¿La hija de Jungkook?- interrogó. -¿Qué pasa con ella?

-Es muy dinda- cubrió su boca con ambas manos haciendo que sus ojos se volvieran una línea de alcancía.

-¡Por fin!- lo alzó dándole un beso en la mejilla. -Espera a que ambos estén más grandes y lo verás, aquella niña será muy hermosa en todos los sentidos- obviamente sus palabras tenían doble sentido. -¿Son novios?.

-Nop- negó Jung.

-¿Quieres verla?- interrogó.

-¡Sí!- escondió su rostro en el cuello de su padre.

-Entonces ve rápido a tu habitación, iremos a casa de los Jeon, tendrás comida y a tu chica- y a la velocidad de la luz Jung bajó las escaleras para vestirse rápido. Querer tener una buena imagen con la pequeña Aline era todo lo que pedía, más un helado.

#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.Where stories live. Discover now