Capítulo setenta y dos «ángel...»

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Pero... jamás lo he... visto... —negó— yo... no tengo uno.

Lo tienes... —la mujer tomó suavemente el pequeño ángel de porcelana girándolo— a veces no tienen alas, pero todos tenemos uno.

¿Por... por qué... nos cuida? —JiMin miró la figura en las manos de su tía.

Porque nos quiere mucho, nos ama.

¿E-es... mujer?

No necesariamente... algunos son hombres, otros mujeres.

¿Hay alguien que... me cuida?

Sí.

¿P-por... por qué... a veces no tienen... alas? —Susurró con curiosidad.

Bueno... a veces es difícil cuidar de alguien si no puedes... umh... comunicarte... así que... —señaló las alas de porcelana— algunos guardan sus alas en su espalda... para cuidar de los que aman... muy, muy de cerca.

¿C-cómo nos cuidan?

Bueno... procuran siempre nuestro bienestar. Muchas veces es difícil, pero ellos siempre nos cuidan... aunque no estén con nosotros todo el tiempo. —Asintió sonriente.

JiMin entonces sonrió con la misma fuerza, tomó el ángel de porcelana y se levantó para colocarlo justo debajo del árbol que más le gustaba, allí estaría porque desde la habitación de TaeHyung podía verlo con facilidad. Sonrió más y se inclinó sólo para recordar los detalles del rostro. Se levantó con aquella sonrisa que seguía coloreando sus mejillas, juntó sus manos —levemente sucias de tierra— y miró a su tía.

¡Y-yo te-tengo el mío!

Sí, JiMinnie, lo tienes.

¡L-lo conozco!

¿En serio? —Sonrió la mujer— ¿Sabes su nombre?

¡Sí!

Ella, inmediatamente, pensó en el padre de JiMin, aquel hombre que hacía tiempo no veía.

¿Cuál es?

YoonGi.

La sonrisa de ella se borró.

¿Por qué crees que es él?

N-no lo creo... es él.

¿Por qué? —la mujer volvió a sonreír con calidez— ¿Y tu papá? ¿Y SeokJin? Ellos también te cuidan y te aman mucho. —Mencionó sabiendo que si nombraba a su hermana éste diría cosas que, seguro, dolerían en su corazón. Pues sólo bastaba con saber que ella no había llamado una sola vez para preguntar por su hijo, en cambio recibía llamadas de aquel chico, YoonGi, de SeokJin y del padre de JiMin. 

L-lo sé, pero am-ambos tienen sus... co-cosas... —seguía parado mirando el árbol mientras hablaba— los quiero mucho... mucho, mucho... pero ellos... a veces... no tienen tiempo y... un ángel guardián necesita... tiempo ¿No?. —Sonrió— n-no los culpo... pero creo... que... ellos... ta-también necesitan... un á-ángel guardián... y... Yoonie sie-siempre... tiene tiempo... paciencia... siempre... está pensando en mí.

La mujer no pudo evitar soltar una risa por la seguridad en su sobrino, aquel gesto estaba cargado de orgullo.

¿Cómo lo sabes?

Él... me lo ha dicho... —sonrió— cre-creo... que él... es mi ángel guardián... —mencionó mientras se acercaba a su tía— y... yo soy el suyo. —Puchereó— a... a veces tiene problemas... y... dice... que yo le ayudo mucho... —escondió su sonrisa entre sus palmas— y... él... sabe cosas... de mí que... jamás le... había contado a alguien. Quizás... no tengo... a-alas pero... lo cuido.

guardian angel ›› ymWhere stories live. Discover now