Capítulo veinticinco «libro»

90.4K 13K 4.8K
                                    

«♪»

El primer día había sido tormentoso, esperaba que el resto de días pasaran más rápido, pero sólo podía tachar en su calendario pequeño, que se encontraba colgado a lado de su ropero, esperando que así poco a poco pasaran los días. Como él lo había pensado, no podría ir con YoonGi, ni siquiera al parque así que su primer día estuvo simplemente mirando la ventana esperando a que el cielo se oscureciera, lo único que le entretuvo fue una corta llamada de su papá. 

Así que no vas a poder ver a tu amigo en dos semanas... —La voz de su padre sonaba un poco cortada por el ruido de los coches. 

No... —JiMin miró por la ventana y sin querer abultó sus labios. 

Eh~ —Se escuchó una suave risa— no hagas esa voz, MinMin... pronto lo verás ¿no?

Sí... 

¿Estás triste?

JiMin miró el teléfono, él sabía que decir "sí" sólo atraería la preocupación de su papá, y no quería hacerlo sentir mal, y aunque podía mentir recodó que YoonGi siempre le decía que soltar sus sentimientos estaba bien... y en ese momento no se sentía tranquilo así que podía decirlo ¿no?

¿MinMin?

Sí... me siento... solo... papá. —Sentenció. 

Mañana iré a verte ¿qué te parece? —JiMin sonrió. 

Cuando su papá fue el día, tristemente, pasó rápido, no le gustaba que cuando se divertía las horas jugaran en su contra, leyeron, vieron películas e hicieron comida juntos, y antes de que se fuera JiMin pensó en la remota posibilidad de mostrarle su libreta, sin embargo al recordar que todo era sobre YoonGi sintió vergüenza así que mejor lo olvidó. 

Decidió anotar en su libreta todos los acontecimientos importantes que vivía, incluída la visita de su papá, y no pudo evitar llenar una o dos hojas de todas las palabras que se le ocurrieron cuando encontró un nido de pajaritos cerca de su ventana, diciendo que si se pagaba mucho a esta podía ver a los pequeños bebés estirando sus diminutos picos pidiendo comida. Sí, se aseguraba de anotar todo eso, se encargaba de poder plasmar a detalle cada cosa que sentía al ver esas bonitas cosas, sólo por una simple razón, no quería que nada se le olvidara para contarle al mayor. Quería compartir todo eso con Yoongi —aunque quizá ocultaría las primeras tres páginas que estaban dedicadas a él—.

Durante el tercer día miró una mariposa que volaba, parecía subir y bajar con armonía, sus colores resaltaban más por la cálida y abrazadora luz del sol, miró como armoniosamente se posó en una florecita roja, lo pudo ver gracias a que su mamá estaba cortando algunos arbustos que rodeaban su árbol favorito, y aunque él sólo estaba en medio de su patio, sentado en una manta pues tenía prohibido acercarse a las plantas, no pudo evitar acercarse sólo un poco para admirar la pequeña mariposa que resaltaba muy bien, quiso tener algo para guardar el momento, alguna fotografía, quería, con todo su corazón, mostrarle esa bonita imagen a YoonGi, pero no pudo, así que sin perder tiempo describió dicha escena con lujo de detalle entre sus páginas.

En el cuarto día su madre salió por lo que la casa estaba muy tranquila, sólo se escuchaba el ir y venir de su hermano, él sólo le admiraba desde su sillón, estaba extrañado de verlo tan animado pero simplemente le dejó. En poco menos de una hora el timbre sonó, y por alguna extraña razón su corazón se emocionó, se levantó y caminó lentamente hasta asomarse, su sonrisa se borró sólo un poco, porque no era YoonGi, pero sí NamJoon, y aunque no fuera el primero, siempre le alegraba tener compañía.

guardian angel ›› ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora