- Mierda Sean, me duele -resople haciendo que una risa varonil saliera de su boca.

- Quiero besarte. -dijo de repente.

- Esto se volverá mas intenso como siempre. 

- No dejare que se me salga de control.

- Mmm, me gusta. -Sonreí mirando sus labios.

Él sonrió de lado y me tomo de la cintura con sus grandes manos.

- Erika... -soltó en un gemido viendo mas allá de mi abdomen.

Acerque su cara a la mía y uní nuestros labios.

Sin embargo, solo duramos unos pocos segundos cuando de repente, la puerta se abrió.

Sean, me puso rápidamente detrás de el de forma posesiva mientras me cubría con sus enormes brazos.

- Siempre que los veo, están besándose -dijo burlón Aaron en la puerta.

- Sal de aquí, Aaron -dijo en un gruñido Sean.- Eres un aguafiestas Sean, a excepción tuya, hermosa -dijo Aaron guiñándome el ojo.

- ¡Deja de coquetear con mi chica! -exclamo enfurecido Sean

- Oye tranquilo... -dijo Aaron levantando las manos en son de paz -No te ha dicho Sofia que tienes que compartir conmigo ¿ah? 

- ¡Ya basta! ¡Lárgate de esta habitación y vete a dormir! -volvió a gruñir Sean. Aaron le hizo caso y se fue riéndose. -Cámbiate, te esperare afuera -dijo Sean en tono serio mientras me daba un corto beso en los labios y salia de la habitación.

Me cambie rápidamente y me puse mis Converse.

Me peine dejándome el cabello suelto.

Abrí la puerta para salir y ahí estaba Sean parado frente a mi.

-¿ Nos vamos? -me pregunto.

***

Cuando llegamos al centro comercial, Sean me tomo de la mano y juntos caminamos a la primera tienda donde decía ''Tecnología y mas''.

-Quédate aquí, entrare solo por un momento, ¿de acuerdo? 

Asentí y el me me dio un beso en la frente para después entrar por aquella puerta.

Camine hacia unas bancas que estaban por ahí y me senté viendo a cualquier parte buscando una librería.

Después de unos minutos de buscar por aquí y por allá, encontré una a pocos pasos de donde estaba.

Me levante, dispuesta a caminar hacia aquella librería pero la voz de Sean me detuvo.

-¿A donde planeabas ir sin mi, belleza? -dijo en mi oído causándome escalofríos por todo el cuerpo.

-Solo quería ir hacia allá -apunte hacia donde estaba el local.

-Pues entonces, vamos -respondió tomándome la mano para empezar a caminar a donde quería ir.

Al llegar, entre casi corriendo para mirar los estantes repletos de libros.
Todo era hermoso

Comencé a pasar los dedos por cada libro que estaba acomodado en las grandes repisas.

-¿Se te ofrece algún libro? -me pregunto un chico a lado mio.

-Ah... no... yo... solo estoy viendo... -musite nerviosa.

Todos los libros tenían un precio muy alto.

-¿Segura? -hablo el chico.

-¡Erika! -exclamo Sean.

Gire mi cabeza a su direccion. El me sonrio.

-¿Que sucede? -murmure avanzando hacia el.

-¿Te gusta un libro? -murmuro tomando un mechón de mi cabello para ponerlo detrás de mi oreja.

-Hum hay uno... pero

-Tómalo - dijo Sean apuntando con su cabeza los libros.

-¿Que?

-Agarra uno, va por mi cuenta - Esbozo una sonrisa ladeada y coqueta.

Una gran sonrisa aprecio en mi rostro. Lo agarre de la cara con las palmas de mis manos y lo bese cortamente.

Camine rapidamente hacia el libro que me había cautivado y lo lleve a pagar pero no veia a Sean.

Mierda.

Me hubiera dado el dinero para pagarlo yo.

Que verguenza tener que estar esperando aquí, con un libro y sin dinero.

-¿Me buscabas preciosa? -Sean me tomo de la cintura posesivamente y me dio un beso suave en los labios.

-En realidad, estaba preocupada por los billetes -sonrei inocentemente. El blanqueo los ojos- ¿Por que haces eso? Se supone que ya maduraste -hable riendo.

-Madurar no significa que ya no pueda jugar contigo, mi pequeña mujer -hablo rozando sus nariz con la mía suavemente.

Mire de reojo al chico del mostrador y este estaba levemente sonrojado.

-Sean, solamente paga, estas torturando al chico -susurre en sus labios.

Sonrió y separo su rostro del mio para ver al chico.

***

Después de comprar mi libro y comida china, caminamos al carro para irnos a casa.

Nos subimos a este y nos quedamos un momento en silencio.

-Sean... -hable, preparada para lo que iba a decir.

-¿Mm? 

-¿Sabes donde... ? - suspire entrecortadamente. Estaba dispuesta a ir y arreglar lo que sea que haya sucedido en nosotros- ¿...sabes donde vive Diego?

Mi pequeña mateOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz