- Es extraño que estés tan callado. - susurró acariciando lo largo de su espalda. - Pero se que cuando vuelvas a la normalidad no te callarás un segundo. - el animal gruñó. - Sabes que me gusta escucharte, tonto. - se excusó.

En un momento dado, Derek tomó la manta que Lydia dejó cerca del sofá y le colocó sobre Stiles pero este rápidamente agarró la tela entre sus dientes y la estiró destapándose.

- Por supuesto... Disculpa, con todo ese pelo debes estar muriendo de calor. - el lobo movió la cola indicándole que tenían razón. Entonces de pronto se incorporó y empezó a lamer la mejilla del moreno sacándole unas risas que podían escucharse en toda la casa.

Horas atrás...

Aquel maestro que jamás soportó por la forma en que le trataba resultó ser el causante de que su padre casi muriera, incluso él o Jughead. ¿Por qué todos se empeñan en buscar venganza por cualquier estupidez? ¿Lo odiaba por ser simpático? ¿En qué mundo cabía eso? Pero está bien... Stiles por fin lo entendía. Podría vengarse en nombre de su padre, ya que si él moría no iba a significar nada y la regla de no matar de la manada no implicaba en aquel aspecto.

El demonio volvió a su forma original como Mary y trepó ágilmente el árbol y Stiles se transformó en hombre lobo completo con el entrecejo pronunciado y bellos en las patillas. No tardó mucho para trepar también en árbol y empezar a perseguirle.

Por desgracias la mujer era muy diligente y daba saltos ligeros de árbol en árbol escapando fácilmente de Stiles. Pero cuando por fin lo atrapó, el profesor Ádrian volvió a presentarse.

- ¡No puedes contra mí, Stilinski! - gritó y lo empujó haciéndole caer al suelo.

El castaño empezó a sofocarse apretando los puño con rabia. Una increíble ira recorría cada célula de su cuerpo. - Voy a hacerte pedazos. - amenazó.

- Soy un demonio. No puedes matarme solo así, imbécil. - musitó sonriendo socarrón.

- Tal vez... Pero en mi opinión te será más difícil andar con miembros faltantes. - murmuró intensificando el ámbar de sus ojos y de repente dio un salto en su lugar destruyendo toda su ropa en segundos, convirtiéndose en un enorme lobo con pelaje blanco y ojos amarillos.

El Súcubo abrió los ojos impresionado. - ¿Qué cara...? - no terminó de expresarse ya que el animal se lanzó sobre él y sintió como encajaba los dientes en su hombro, desgarrándolo concisamente. Trató de zafarse pero el lobo era demasiado fuerte. Quizás hubiera podido escapar si lo veía venir antes.

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- Derek... Derek... - escuchó que lo llamaban en voz baja. - Despierta, Der. -

Abrió los ojos lentamente con dificultad encontrándose con los hermosos ojos miel de su Stiles. Sonrió al verlo tapado a su lado con la manta que había tirado al suelo cuando estaba convertido en lobo. - Buenos días. - susurró levantando la barbilla de su novio con dos dedos para besarle en sus labios. Deslizó la mano por su cintura y lo abrazó al instante al sentir que estaba frio. El pobre estaba desnudo.

- Buenos días. - respondió el menor respondiendo al abrazo. - Hey, Der... - llamó su atención en un susurro.

- ¿Sí? - inquirió cariñoso besándole de bueno en los labios varias veces.

- ¿Me acompañas al bosque? Anoche perdí mi celular... junto con toda mi ropa... y mis tenis preferidos. - añadió.

- Primero hay que ponerte algo de ropa. - sugirió acariciándole la espalda. - Yo preparo algo de desayunar antes de salir. ¿Te parece? - preguntó abrazándolo aún más fuerte sin querer soltarlo.

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