Capítulo 35

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Desánimo.

¿Dónde había quedado su fuerza sobrenatural? ¿Su olfato de lobo? ¿Sus super oídos? ¿Sus garras? ¿Sus dientes? ¿Ojos?

Entre llantos, lágrimas, gimoteos intentaba abrir la puerta de su casa. Sus llaves no servían ya que del otro lado estaba puesta la llave que pertenecía a su padre. Golpeaba, empujaba y a gritos intentaba abrirla pero sus sentidos no le respondían. La desesperación le impedía usar sus habilidades de hombre lobo. Más aún tratándose de su padre.

- ¡Papá! ¡Papá! - gritaba desesperado golpeando la puerta con el dorso de la mano a puño cerrado. ¿Dónde demonio se había metido Mary? Ella había dicho que estaría con él toda la noche.

Tal vez los tenían de rehén a los dos por eso estaban encerrados, las ventanas igual. O tal vez los dos estaban inconscientes en el suelo... o muertos. La idea le carcomía el cerebro.

- ¡Apártate, Stiles! - escuchó de repente la voz de Derek. Se giró para mirarlo y se apartó para que el hombre tirara la puerta abajo con una patada.

Ingresó a la casa atropellando todo a su paso y partió escaleras arriba al sentir el aroma de su padre y a sangre. Fue directo al cuarto, encendió la luz y no había rastros de Mary.

- ¡Papá! - el Sheriff yacía inconsciente en el suelo con una pequeña cantidad de sangre saliendo de su nariz. Corrió para verificar si estaba vivo y soltó un gran suspiro de alivió cuando escuchó latir su corazón.

- Sube al auto, Stiles. - ordenó Derek aportándole antes de cargar con facilidad al alguacil en brazos. Fueron hasta el Camaro y Stiles subió primero en el asiento de atrás, dejando que el moreno metiera al señor para luego recostarlo sobre las piernas del hijo mientras él conducía hasta el hospital.

En el camino, el castaño llamó a Melissa para informarle que el Sheriff iba en camino y la mujer prometió que tendrían todo listo para atenderlo.

Realmente no sabía como las palabras salían de su boca. Todo le estaba devastando, le dolía el estomago , la cabeza, solo quería tener paz y lamentablemente la vida le estaba arrebatando a su padre.

- No debí ir. Debí estar con él. - se lamentaba el castaño apretando a su papá entre sus brazos.

El Alpha le miró por el espejo retrovisor y apretó la mandíbula sin saber que decir. Volvió la vista al camino y aceleró.

En diez minutos el Camaro se detuvo y el chico dio un respingo en su lugar al darse cuenta que habían llegado al hospital. Los diez minutos parecieron horas.

Rápidamente el moreno ayudó al chico a sacar a su papá con cuidado y Melissa apareció junto a otros paramédicos para llevarlo a emergencias.

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- Vamos a casa, Sti. - le habló Derek acariciándole los brazos desde atrás a modo de consuelo. El chico simplemente negó con la cabeza soltando un sollozo. - Ya escuchaste al doctor. No tenemos nada que hacer aquí hasta mañana. -

- No voy a dejarlo solo de nuevo. - murmuró girando sobre sí mismo dejándose abrazar por el mayor.

- Anda, mi amor. Vamos a descansar. No hemos parado de movernos desde que anocheció. Has bailado mucho. - susurró acariciando su espalda meciéndose en su lugar.

Y luego de varios minutos sollozando y desahogándose el chico aceptó. Entraron al vehículo para ir a la mansión.    

Cuando llegaron lo autos de los demás ya están aparcados en sus lugares. - ¿Ya volvieron? - preguntó el menor a Derek.

Beat of my heart | Sterek |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora