Capítulo 26

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Sorpresa.

Efectivamente, Lydia Martin estaba embarazada. En el momento en que Stiles se dio cuenta, resultaba que llevaba siete semanas de embarazo. Igual que Liam llevaba siete semanas de ser hombre lobo.

Claro que al principio la chica tenía miedo y se reusaba a aceptarlo porque decía que era muy joven para criar a un niño. Pero al ver a la manada tan encantada con el embarazo, la vergüenza o pena se le fueron. Esperaba con ansias que la criatura creciera sana en su vientre.

Desde que Stiles supo que Lydia esperaba un bebé, sintió mucho cariño por la pelirroja y entendió porque se molestaba cuando Jackson se le acercaba demasiado. Se declaró padrino del futuro niño o niña y eso nadie se lo iba a quitar. Ni siquiera Lydia.

Parrish se había puesto muy feliz con la noticia y no le sorprendió mucho enterarse de la existencia de los hombres lobo. Ya vio suficientes cosas raras en el pueblo como para asustarse por aquello.

Los días iban pasando y con ellos se pasaba momentos felices, sin amenazas en el pueblo, Theo aprendiendo a ser cazador con Allison y su padre, Mason aprendiendo de Stiles, el castaño le había regalado su bate de madera de serbal, entrenamientos entretenidos, Liam mejorando su autocontrol, y Derek celoso porque su novio le prestaba más atención a Lydia que a él.

Y así el día del cumpleaños de Stiles había llegado, y ese día prometía muchas sorpresas.

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Los aplausos, la melodiosa canción infantil pero con las desafinadas voces de sus amigos y sobretodo el aroma único de la manada lo habían sacado de su sueño, pero se sentía muy pesado al ser despertado tan temprano. Por lo tanto no quería abrir los ojos, aunque tenía que hacerlo. Se frotó con los nudillos y se sentó en la cama. La preciosa imagen de sus amigos cantándole feliz cumpleaños, con Scott cargando un pequeño pastel de chocolate con algunas fresas encima y una fina vela azul le alegraron el día. Se sonrojó ante la mirada de todos sobre él, despeinado, ojos hinchados y semidesnudo.

Pero lo que le pareció extraño fue no ver a su novio entre ellos, teniendo en cuenta que habían pasado la noche juntos y se suponía que iba a ser a él a quien mirara primero en su cumpleaños. La manada lo felicitó con abrazos y besos, para después salir del cuarto y darle tiempo al castaño para vestirse.

El último en salir fue Jackson. - Jackson, espera. - pidió el chico, el de ojos turquesa le sonrió y cerró la puerta atrás de él.

- ¿Quieres un desayuno especial? - ofreció sentándose en los pies de la cama.

- No. Yo... - recapacitó. - Sí. Sí quiero. - corrigió risueño. - Pero no es eso... ¿Has visto a Derek? - cuestionó preocupado.

- Escuché que le dijo a Cora que tenía que ir a solucionar algo en su loft. - contestó.

- Ah, esta bien. - musitó algo triste. - Gracias. -

- No quiero arruinar la sorpresa si es que hay una, pero de seguro fue por tu obsequio. - opinó encogiéndose de hombros.

- Seguro es eso. - se limitó a decir Stiles bastante desanimado.

- ¿Qué pasa? - indagó Jackson acomodándole el cabello a su amigo.

- Sin ofender y les agradezco que me hayan despertado así. Pero creí que Derek sería la primera persona que iba a ver en mi cumpleaños. - admitió cabizbajo.

- Descuida, Stilinski. Quizás te sorprenda. - replicó y se levantó de la cama después de darle una palmada en la pierna sobre las sabanas. - Vístete mientras te preparo el desayuno. -

Beat of my heart | Sterek |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora