Capitulo 6: Lucas Hamilton.

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Un, dos, tres. Un, dos, tres... me pararé en Chase. No quiero hacer el ridículo así que, Chase, por favor deja de darme vueltas como un trompo.

Un, dos, tres... ¿alto?

Levanté la cabeza para ver su rostro; pero él estaba viendo hacia nuestra derecha y curiosa, volteé a ver.

Ahí estaba la persona más insoportable de mundo, después sigue Chase, caminando hacia nosotros con pasos lentos pero seguro. Como deseaba pisar sus zapatos de mil dólares y ver su rostro estrellarse contra mi puño... ¿o al revés?

—Chase, que gusto verte. Hace días que no nos vemos —sonrío cínicamente—. ¿Te estás divirtiendo?

Fruncí el ceño. ¿Así me había escuchado yo cuando le pregunte hace un momento? No me sorprende que Chase se haya sentido mal por esa pregunta tonta.

—Si, tengo una agradable compañera de baile.

Lucas me miro son su estúpida sonrisa de niño mimado.

—Vaya, Alaska. No has cambiado nada desde aquella noche.

Rodee los ojos.

—En realidad, cambié de gustos. Porque ahora no te veo nada especial.

Soltó una carcajada falsa y luego nos miró mal.

No podía creer el odio que se tenían estos dos, pero no me sorprende. Si Chase y yo somos agua y aceite, ellos eran Gasolina y Fuego...explotan.

—Podría hacer que cambies de opinión, solo en una noche...en tu cama.

Rio como si hubiera dicho el mejor chiste del mundo, y aunque era un payaso, ese chiste no nos pareció para nada gracioso.

—Vámonos, Alaska.

Chase me jaló de la mano y empecé a caminar detrás de él cuando a Lucas se le ocurrió hacer un comentario realmente estúpido, como él.

—Disfruta de mis sobras, Hermano.

Todo fue demasiado rápido. En un segundo estaba viendo su espalda y al siguiente, me agarró de la cintura, apartándome de su camino antes de estrellar su puño en la nariz de Lucas. Se escucharon gritos y un golpe en seco.

Creo que el señor Hamilton gritó algo como "Sáquenlo de aquí" y creía que hablaban de sacar a Lucas del salón para ayudarle con el sangrado de su nariz, pero me sorprendí cuando agarraron a Chase de los brazos y lo sacaron a la fuerza.

Miré a Dimitria y rápidamente salimos corriendo detrás de los hombres que se llevaban a Chase.

Los malditos tacones podían hacerme ver más alta y sexy pero no ayudaban en nada para seguir a unos hombres gorilas.

Vimos como metían a Chase en un auto y corrimos aún más rápido aún. Aunque yo me tropecé varias veces, Dimitria era una experta con los tacones que ni titubeó.

—¡Alto! —gritó Dimi— ¿Que creen que hacen? ¿A dónde llevan a mi hermano?

—Lo siento, señorita Hamilton, pero tenemos que llevarlo a la comisaría.

—¿Que? —exclamé entre confundida y molesta— ¿Están locos? ¡No hizo nada más que defenderme! —Dimi me miró, examinándome—. No pueden llevárselo por algo tan insignificante.

—Lo siento señoritas. Solo hacemos nuestro trabajo.

Y sin más, subieron al auto y se fueron mientras nosotras nos quedábamos solas.

—¿Ahora qué hacemos? —Preguntó Dimitria— No creo que papá lo saque de ahí y justamente hoy olvide traer dinero.

Una ventaja de mi trabajo es que me pagaban bien.

—Vamos, tengo el auto en la esquina.

La comisaría no era un lugar muy lindo. Nos topamos con muchas personas que no se ven muy agradables y todos nos miraban raro. Por supuesto es por nuestros vestidos de fiesta ya que apuesto mi paga del mes a que no todos los días ves a dos mujeres con vestidos Gucci entrando a la comisaría.

—¿Buscan a alguien?

Un oficial algo mayor se acercó a nosotras mirándonos con curiosidad.

—Si —contesté sonrojada—. Buscamos a su hermano, Chase Avery.

—Ah, el chico con la mano herida. Acompáñenme por favor.

Fuimos a su escritorio, nos hizo firmar unos papeles y pagar una "pequeña" fianza de ochocientos dólares, que Dimitria prometió pagármela después, cosa que rechacé por completo. Pues al final, yo tenía un poco de culpa en que Chase este aquí.

El oficial fue a sacarlo de la celda y cuando nos miró no dijo nada. Solo salió del edificio y nosotras salimos atrás de él, después de darle las gracias al oficial.

Caminamos en silencio hacia el parqueo y como Chase no sabía dónde estaba mi auto, tuvo que seguirme. Cuando subimos a este, Dimitria de copiloto y Chase atrás, empezaron a pelear.

—¿Como se te ocurre, Chase? —gritó Dimi— ¿No podías al menos esperar a hacerlo al final de la fiesta? Eres un impulsivo y agresivo.

—¡¿Que querías que hiciera, Dimitria?! ¿Qué me insultara y lo dejara pasar? Yo no soy un cualquiera para andar con sus sobras.

Auch.

—¿Sobras? —preguntó Dimitria enojada— Nadie es sobras de nadie. Hablamos de personas con sentimientos, Chase.

—Y la sobra está presente —grité frustrada—. Y esta sobra es la que pagó ochocientos dólares para sacarte de esa celda. Estoy exhausta, me duelen los pies, ya no soporto este maldito vestido y no quiero verte la cara por un buen tiempo, Chase. Así que sal ahora mismo de mi auto y no vuelvas a aparecerte en mi vida.

Se hizo un silencio incomodo y me pareció haber escuchado un "Lo siento" justo antes de que bajara y cerrara la puerta del auto de un golpe.

Encendí el auto y empecé a manejar. Dimitria no dijo ni una palabra en todo el viaje y cuando llegamos al edificio de su apartamento, Derek estaba esperándola afuera. Abrió la puerta y en un susurro dijo "Te veo mañana."

Cuando escuché la puerta cerrarse, no pude contenerme y las lágrimas comenzaron a caer.

Chase es un idiota y siempre lo será.

Odiaba que siempre que nos veíamos, terminaba herida por su culpa. Odiaba que tuviera la fuerza para hacerme tan débil, hacerme tan sensible a sus palabras y actos.

Pero me odiaba a mí misma por haber creído que me estaba defendiendo cuando lo único que defendía era su maldito orgullo, su ego, su poder sobre las chicas.

Porque para ellos solo eso importa, tener más chicas que el otro.

Y los odiaba a ambos.

Hamilton Origin [TERMINADA]  |Serie Hamilton| #0.0 <SIN EDITAR>Where stories live. Discover now