Las Armas Sagradas

Capítulo 1: Jaden Black. ¿Que esta pasando?

- mi nombre es Jaden Black, tengo 17 años de edad, Soy un chico normal de tercer año, estatura: 1.85, piel india, pelo crespo y ojos cafés, Normal en todos los sentidos, nada fuera de lo común. Mis padres son: Sogen Black y Roshia Moon. Mi padre Sogen es un poco cascarrabias, solo en los momentos que tiene que serlo, aunque a veces exagera con los castigos es buen padre y buena persona con quienes son buenos con él. Mi madre Roshia es la dulzura encarnada, siempre con una sonrisa en su rostro hasta en los peores momentos, trata bien a todo el mundo y cuando digo bien es muy muy muuuy bien (exagera). Bueno vamos a la parte terrorífica, mis hermanas Carin y Destil. Carin tiene 9 años pero créanme no querrían estar solos con ella en un momento en que emocionalmente no estén muy bien, porque los va ha hacer sentir mucho peor con sus comentarios, mal hasta el punto de llevarlos al suicidio. Destil es un poco más tranquila, no es que sea buena, solo es más tranquila, si Carin los puede llevar al suicidio en 1 hora, Destil lo aria en 1 hora y 30 minutos, es decir, es 30 minutos más tranquila que Carin (algo es algo no creen). Por separado ellas son así y juntas emm bueno, juntas la cosa cambia, aun no sé porque, pero mientras están juntas son el amor en su máxima expresión, no entiendo el por qué, pero así ha sido desde qué nacieron, A si, olvide decirles que son gemelas por lo tanto ambas tienen 9 años, bueno, olvidémonos de mis aterradoras hermanas y continuemos.

Hoy es el último día de clases y estoy en mi cuarto arreglándome para despedirme de mis espantosos profesores por un tiempo.

- Jaden el desayuno está listo, apúrate, ya vas retrasado- gritó mama.

- Sí, ya bajo- dije.

Estaba terminando de completar mi vestuario, tenía unos pantalones de cuero, negros y bien ajustados, un T-shirt rojo, cuello V, una chaqueta blanca, con rayas negras en los bordes y botas negras con suela blanca que robe a mi padre hehe, termine con el toque que faltaba, mi collar plateado largo, que llegaba hasta mi pecho, uno de esos que tienen los soldados con su nombre. la encontré cuando tenía 5 años en un paseo escolar y desde entonces nunca salgo sin ella, es como mi amuleto.

Miré el reloj y vi que estaba muy retrasado, baje a toda velocidad las escaleras para ir a desayunar.

- hijo, wao vaya que estas guapo, a caso ya tienes novia- pregunto mama con cara de pícara.

- Es mi hijo, que esperabas, tiene que ser guapo- dijo papá con cara de ese es mi muchacho.

- No importa cuanta ropa le pongan, los monos siempre seguirán siendo monos- dijo mi encantadora hermana Destil.

Salí a toda velocidad cuando vi que se acercaba Carin, si dejaba que me dijera algo me iba a pasar todo el día cambiándome de ropa, en serio su comentario iba a ser muy malo, créanme, malvado.

Tome el autobús directo a la mejor despedida del mundo, el gran fin de año.

Al bajar del autobús vi a Rosher, mi amigo casi hermano, es de mi estatura, pelo como chica, siempre tiene una cola, es de piel blanca y rostro perfecto, ni una sola imperfección, tiene ojos azules y muy azules. Sí, todo un modelo de revista, (se imaginan lo difícil que es andar con él y conseguir novia verdad), Rosher es un tanto misterioso a veces, lo conocí cuando tenía 5 años, el mismo día que encontré mi colgante de la suerte, ese día el también encontró un anillo dorado con una gema Roja pequeñita. solo por ambos a ver encontrado algo, ese día empezamos a hablar y desde entonces somos inseparables.

- He Rosher espera -dije.

- ah Jaden, que tal hermano, vamos, ya estamos bastante retrasados- dijo Rosher jadeando Como si estuviera cansado.

- ¿qué te pasa?.... te ves como que si corriste una maratón y perdiste- dije.

- algo parecido, es que esta mañana no encontraba mi anillo y sabes que no salgo sin él, mientras lo buscaba, el autobús paso y pensé encontrar el anillo y esperar el próximo, pero el siguiente paso y no lo alcance, ya cuando encontré el anillo era tarde y tuve que tomar un aventón que me dejo 7 calles antes y Tuve que venir corriendo, amigo - dijo Rosher, entre respiros