- Creí que volvían al mediodía. - volvió a hablar un poco nervioso queriendo sonar inocente.

- ¿Algún problema con que lleguemos temprano de nuestro juego de polo? - preguntó retórico sin dejarle contestar. - ¿Interrumpimos tus reuniones patéticas con esa manada de perros apestoso? -

El demonio pelinegro se congeló al ver que su amigo se acercaba lentamente hacia él. - ¿De qué hablas? -

- Me conoces, viejo. Sabes que conmigo no puedes jugar a hacerte el tonto. - dijo metiendo la mano en el bolsillo interno del la chaqueta del otro. - Y en serio fuiste tan idiota que no te diste cuenta que te pusieron un localizador para seguirte. - bufó mostrándoselo. Jughead abrió los ojos como platos sin saber que decir.

Cheryl hizo un movimiento fugaz con la mano apuntando hacia la puerta, haciendo que esta se abriera sola, dejando ver a Derek, Scott y Stiles apunto de tocar la puerta. El castaño se rascó la nuca para disimular el nerviosismo.

- Pasen, muchachos. - concedió la chica con sensualidad. Los tres hicieron caso a la invitación y entraron. Velozmente el Íncubo de pelo negro corrió detrás de los lobos alejándose del pelirrojo que le quería arrancar la cabeza.

- Les dije que no vinieran, idiotas. - regañó Jughead golpeando suavemente a Scott y Stiles en la cabeza. Ambos lobos le gruñeron y él levantó las manos en señal de paz.

- Entonces... ¿Qué les trae por aquí, chuchos? - preguntó Archie con una sonrisa más que fingida.

- Deja los chistes para Stiles y habla como tiene que ser. - replicó el Alpha mayor con fastidio.

- Uy... ¿Al gran lobo malo solo le gusta escuchar chistes y sarcasmo de la boca de Stiles? - preguntó poniéndose frente Derek. A centímetros de él.

- Lo siento, pero de la boca de Stiles sale sarcasmo cuando de la tuya sale estupidez. - devolvió el moreno provocando que el castaño y el latino se rieran. Archie simplemente sonrió socarrón.

- En fin... ¿Qué quieren? - volvió a preguntar yendo juntos con su novia demonio. - ¿Ese traidor ya les contó nuestro plan? - dirigido a Jughead.

La verdad era que no porque él no lo sabía. - Sí. Así que dejen en paz al padre de Stiles. - ordenó apretando los puños.

Los dos contrarios miraron al lobo sin entender. - ¿El... el padre de Stiles? - preguntó riendo como si le hubiera contado un chiste. - ¿Qué plan le contaste? - preguntó al pelinegro. - Creí que les había cotilleado sobre lo del bebé de Lydia. -

- Eso también. - habló esta vez el castaño. - Pero no entiendo porque meterse con mi padre, yo... -

- Espera... - interrumpió Archie. - ¿Qué le pasa a tu padre? Nosotros no hemos hecho nada aún en contra de ustedes. - admitió.

- Basta de bromas. - bufó Derek.

- ¿Para qué querría yo hacer daño a tu papá? - preguntó obvio.

- Tú no. Pero ella sí. - se dirigió ahora a Cheryl.

- ¿Yo? - dijo la chica. - ¿De qué están hablando? - preguntó seria.

- Mi padre me dijo que estaba con una mujer, tiene los síntomas de un ataque Súcubo y solo yo puedo oler el perfume que tu usas. - enumeró.

- ¿Belladona? - preguntó y el castaño asintió furioso. La chica rió socarrona. - Lamento decepcionarte, corazón. Pero yo tengo a mi pareja. Es imposible que mis poderes funcionen estando con él. - admitió riendo. - Además, todos los Súcubo olemos a Belladona. Es nuestra esencia como mujeres demonios. -

Beat of my heart | Sterek |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora