Capítulo 39

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Narra Jack

Pitch lleva tres días fuera de la esfera, Flame parece haber desaparecido y su madre sigue debilitándonos. Nada está a nuestro favor.

Con dos pequeñas bebés en el Polo, una mujer que recién dió a luz, un rubio somnoliento haciendo compañía a su mujer, un guardián que apenas y ha podido comer, un gordito risueño que en estos momento está que hierve de furia, una hada con migraña, un par de guardianes heridos que están quedándose sin fuerzas, un canguro, un reno y un muñeco de nieve contra una ninfa que resultó ser una bruja, el rey de las pesadillas suelto y su hijo deambulando por ahí, el cual, por cierto, iguala en poderes a los de sus padres juntos... Está claro quiénes están en desventaja.

Ni hablar del clima. En todo el mundo está lloviendo. Justo ahora, cuando necesitamos de un buen clima para salir a buscar a la familia Black -si es que se les puede llamar así-. ¿Coincidencia? No lo creo.

Cuando por fin decidí levantarme de la cama, volé al comedor para ver qué podía desayunar. Había muchos asientos vacíos, de hecho sólo dos lugares estaban ocupados por Elsa y Kristoff. Estaban abrazados. Ella escondía su cara en el pecho de el Misterioso mientras él le acariciaba la espalda. Sinceramente me molestó. Pero lo que de verdad me enfadó fue cuando él le levantó el mentón y le beso la coronilla, se sonrieron y volvieron a abrazarse.

Ése es mi mentón.

Solté la charola de metal que tenía en manos, provocando un estruendoso ruido que los hizo apartarse y mirarme. Ella tenía los ojos rojos, como si hubiese estado llorando. Y yo sólo puedo decir que... Mi rostro era todo un poema.

Jack- ¿Qué demonios hacen? -gruñí.

Kristoff- No hacemos nada malo -frunció el ceño.

Jack- Oh, entiendo -pateé la charola hasta hacerla chocar contra una pata de la mesa. -Entonces sigan en lo suyo.

Me dí la vuelta algo brusco dispuesto a irme, pero ella me detuvo.

Elsa- Jack, ¿qué sucede? -preguntó de forma suave.

Jack- ¡Nada! ¡No me pasa nada! -me solté violentamente de su agarre y escuché un gemido de su parte, no sé si por miedo o por qué. Sinceramente no sabía qué me estaba pasando. -No te preocupes por mí, mejor sigue con Kristoff, terminen lo que hacían.

Elsa- ¿Lo que hacíamos? Jack, ¿qué tienes? -preguntó sollozando. -¿Qué está sucediendo contigo?

Jack- ¡Nada! -me volteé y caminé amenazante hasta ella, haciendo que retrocediera y su espalda chocara contra la pared. -¡No me sucede nada! -grité y Kristoff se acercó.

Kristoff- ¡Hey, déjala! -me ordenó tirando de mi brazo que estaba a un costado de la cintura de mi novia. Inmediatamente hice chocar la punta de mi cayado contra el piso, creando una ráfaga de viento que llevó al rubio lejos de mí.

Elsa- ¿Por qué haces esto? -cuestionó dubitativa.

Jack- ¡Porque creí que eras mía! -grité atrayéndola a mi torso. -Pero veo que no.

Elsa- Jackson, soy tuya -negué con un gesto de enojo. -Amor, por favor, esto no tiene sentido -suplicó.

Jack- Nunca has sido... -la miré de los pies a la cabeza con dolor. -Mía.

No podía controlar mi furia, eso era algo muy extraño. Entonces, como no quería lastimarla, fruncí el ceño por última vez y salí del comedor. De nuevo la solté de una forma no muy cuidadosa, lo que me hizo odiarme.

Por supuesto que no pensaba marcharme por completo. Tenía que ver qué hacían, así que me dediqué a mirar por el pestillo de la puerta.

Kristoff- Hermana, ¿estás bien? -cuestionó a mi novia ayudándole a levantarse del suelo. No ví cuando cayó ahí. -Dime que no te hizo nada.

Elsa- ¿Viste sus ojos? -lo miró llorando. -¡Estaban rojos, no era él!

¿Rojos? Tendré que mirarme al espejo, pero no ahora.

Kristoff- Era él -la abrazó de nuevo.

Elsa- ¡No, Kristoff! ¡No entiendes! -le gritó llorando. -Ella lo está destruyendo y todo por mi culpa.

Kristoff- No es por tu culpa -le acarició el cabello.

Elsa- Flame me quiere de su lado y está usando a su madre para debilitarlos a todos -se separó de Kristoff. -Debo ir a buscarlo y pelear contra él y su padre, cueste lo que me cueste. No puedo permitir que les haga daño -se tiró al piso de rodillas. -Tan sólo míralo a él.

Kristoff- Eso es muy peligroso -negó con la cabeza. -Sólo con ver la furia de Frost temo por ti. ¡Pudo haberte golpeado!

Elsa- No me importa -contestó con la cabeza gacha.

Kristoff- Elsa, te lastimó la muñeca -me quedé paralizado.

Elsa- No fue su intención hacerlo -dijo seria sobándosela. -Estaba cegado por la magia de Lilian -derramó otra lágrima. -Por esto precisamente te estaba contando que necesito hacerlo, necesito ir a buscarlos, sólo así ustedes estarán seguros.

Al decir lo último lloró más fuerte. Así que era por eso que ella lloraba. Kristoff sólo la estaba consolando.

Me siento como el más estúpido de los hombres por haber hecho ésa escena de celos... Por lastimarla. No interesa que estuviera bajo algún hechizo de Lilian, yo la herí, y eso es algo que jamás me voy a perdonar.

Volé hasta la habitación en donde mi princesa dormía conmigo y luego me desvié a la mía. Me metí al baño y miré mi reflejo en el espejo. Era cierto, mis ojos no eran azules, eran color rojo, un rojo enfermizo.

Me dió tanta rabia recordar lo que el maldito poder de ésa mujer me obligó a hacer que comencé a golpearme. Tiraba de mis cabellos hacia enfrente y hacia atrás con tal brusquedad que no faltaba mucho para que me arrancara la cabeza... Pero eso no era suficiente para mí, entonces comencé a azotar mi frente contra la pared, insultándome por lo imbécil que fui.

Sentía la sangre brotar de diferentes partes de mi rostro o de mi cuerpo... Pero tampoco importaba eso.

Seguí haciendo esto hasta caer de rodillas al suelo. Lilian y Flame querían verme muerto, ni hablar de Pitch... Y saben que la forma más dolorosa de castigarme es con ella. Pero juro que por lo que sea, lo que suceda no importa, no volveré a golpearla. Jamás. Antes muerto, no quiero hacerlo, definitivamente nunca quise lastimarla... Le debo mil disculpas.

No estoy al tanto de cuánto tiempo ha pasado, pero, lo que sí sé es que está anocheciendo, entonces aquella estúpida escena de celos fue hace más de cinco horas. Me levanté del piso y me dirigí a la puerta de Elsa. Luego de tocar escuché un leve "pase" y entré a su alcoba.

Se levantó de la cama y se llevó ambas manos a la boca, mirándome con terror, yo cerré la puerta y suspiré. Abrió los ojos como platos y comenzó a palidecer mientras yo daba un par de pasos en falso, y luego...

CONTINUARÁ...

Yo sé que me he tardado mucho ésta vez, perdón, pero había problemas que definitivamente no tenían solución, tales como que el Wattpad borró lo que iba a actualizar de todas mis novelas y tuve que volver a escribirlo 3 veces, en este caso. Pero ya está el capítulo.

Les agradezco infinitamente que ya somos más de 20 K, nunca creí que llegaríamos a esto.

El Origen  De Los Guardianes 2: Los 2 Bondadosos Y... La Reina De Las Nieves?Where stories live. Discover now