Mientras tanto, las compañeras de Yuki se habían puesto en movimiento, en su mente, lo que iban a hacer era lo correcto, no conocían mucho de ella y no les importaba, solo habían escuchado rumores de ella, rumores de otras chicas cuyos novios habían roto con ellas por la aparición de Yuki, si bien ella nunca anduvo con alguien, el simple hecho de que fuera tan popular entre el sexo masculino era suficiente para estar molesta.

Se dirigieron a la habitación que sabían se había convertido en la guarida de los raros, raros por el hecho de que se hablaban bien con Yuki a pesar de que ella solo los estaba utilizando.

- Hola chicos, queríamos ver si nos acompañan a la disco, vamos a bailar un poco y a olvidar lo que ocurrió en la habitación, ¿Vienen? - las sonrisas falsas y una que otra risa suelta no se hicieron esperar.

Silvia y Eduardo se miraron de reojo, no parecía ser una buena idea.  sin embargo, Yuki estaba ansiosa por crear nuevas amistades, por lo que no importaba que fuera una trampa, ella aceptaría si de esa manera ellas podían hablarlo, no deseaba interferir en la relación que apenas había construido Silvia y Eduardo.

- Eso suena divertido. - dijo Yuki, sus amigos se rascaron la nuca, ella no comprendía en la situación que se encontraba.

- Excelente, vamos entonces.

Tardaron un poco ya que debían cambiarse de ropa, Silvia esperaba que Axel no se tardara en llegar, era necesario poner las cosas en su lugar y hacer que Yuki aprendiera que no todos son sus amigos.  Pedía en silencio que Axel no tardara, sería bastante problemático si las cosas se salían de control.

Llegaron a la disco, todos luciendo ropas bastante llamativas, las chicas mostraban sus vientres y piernas, algunas mostraban un escote pronunciado, los conjuntos eran bastante ajustados; por su parte, Eduardo llevaba jeans de mezclilla con una camisa de color negro con rayas grises y unos tenis bastante cómodos, era un look casual pero se veía bastante bien, algunas chicas estaban envidiosas del novio de Silvia, quien vestía con un conjunto de falda a medio muslo con una blusa rosa sin mangas; Yuki por su parte traía puesto un vestido simple de color azul cielo, era bastante simple, aun así, por las líneas de su cuerpo parecía bastante sugestivo, el escote llegaba justo donde los pechos se juntaban por lo que no mostraba mucha piel, cosa que molesto a las presentes un poco, sería más difícil encontrar a alguien con quien involucrarse.  

Cuando finalmente se sentaron en la mesa, comenzaron con su plan, las bebidas comenzaron a llegar, limonadas, Khalúa, rompope, cosas inofensivas por el momento, debían ganarse la confianza de los entrometidos, no tardaron mucho tiempo en que bajaran la guardia los novios, su plan estaba funcionando, las habían dejado solas por un momento con Yuki mientras ellos bailaban.  Trajeron las bebidas con alcohol.

- ¿Verdad que está linda? se llama "Sex in the beach", casi no tiene alcohol, prueba. - acercaron el baso a sus labios, debían obligarla a embriagarse, algunas chicas alistaban los celulares y las cámaras de vídeo.

- Es lindo, pero no bebo, no me gusta el alcohol.

- No pasa nada, anda bebe, no le diremos a nadie. - y un trago entró en sus labios, Yuki tuvo un gran esfuerzo al tomarse aquello, se tuvo que aguantar las ganas de vomitar, sonrió de manera forzada, sin saber que ese trago sería el primero de muchos otros.

Yuki tuvo que probar muchas bebidas que no conocía que existían, desde cerveza hasta una Yarda, una bebida bastante colorida que tenía un vaso bastante largo y delgado, con tragos de diferentes grados de alcohol bastante coloridos, inclusive le hicieron tomarse un caballito de tequila; una de las chicas vio a su objetivo, un chico que no paraba de observarlas desde hace rato, Silvia y Eduardo seguían en alguna parte del lugar, posiblemente estaban teniendo un momento erótico, habían puesto una pastilla que encendía las pasiones en sus bebidas, así que hasta que el efecto pasará no les estorbarían.

- ¿Esto no tiene alcohol, verdad'  Me siento algo mareada. - decía Yuki sonriendo de manera torpe.

- Tranquila, no hemos pedido cosas embriagantes, son tragos suaves recreativos. - contestaron mientras le daban una piña colada con una pastilla para dormir que un tipo dijo usaban con las chicas para poder acostarse con ellas; no era necesario una pastilla para pagarle el favor con su cuerpo, después de hacer aquello se encontrarían con él en el hotel.

- Hola, sabes, a mi amiga le gustas mucho, solo que no sabe como venir a presentarse, piensa que dirás que es una cualquiera, pero de verdad que le gustas.

- Ah, si... ¿A cuál de tus amigas? Es que tengo malos ratos, pero no malos gustos.

- Eres gracioso.  Sabes, dice que si no es mucha molestia, ¿pueden verse en un  lugar más privado?  Quiere mostrarte algo.  Esa chica tiene bastante experiencia con los chicos pero esta harta de ellos, dice que quiere probar con un hombre y tu no pareces una mala persona.  Mi amiga es la del vestido azul. - la chica apunto con su dedo, Yuki sonreía sonrojada gracias al alcohol, parecía divertirse, aquel hombre buscó con la mirada a la pareja que estaba hace rato con ellos, se encontraban en una esquina, besándose de forma desesperada, por un segundo las miradas de los hombres se cruzaron, el mayor cerró los ojos, respiro de forma profunda y se puso de pie.

- Hola, eres muy linda, ¿Te gustaría ir conmigo a un lugar más callado?  Vamos a conversar. - le extendió la mano, las chicas la empujaban para que fuera con él, algunas fingían estar ebrias, habían obligado a Yuki a que tomara todas las bebidas de una u otra forma, la diversión apenas comenzaba.

- Eres extraño. - rió Yuki, hablando con aquel hombre como si lo conociera, realmente se volvía una persona diferente cuando tomaba, alzó la mano y se sostuvo con esfuerzo del hombre; éste le ayudó a ponerse de pie y a caminar, Eduardo y Silvia estaban bastante excitados, debían regresar al hotel, aquel hombre y Yuki subieron a un coche bastante lujoso de un color cobrizo, parecía que tenía bastante dinero, algunas se reprocharon por haberle conseguido un hombre que aparte de ser bien parecido tenía dinero, pero era el único que las miraba de manera incesante, no pudieron negarse.

Llegaron a una habitación de un motel kilómetros más adelante, el hombre había hecho reservasiones, nadie los molestaría, acostó a la chica sobre la cama, se encontraba algo adormilada, pero eso no importaba, el sentimiento que tenía dentro era demasiado fuerte, se quito la corbata, dispuesto a utilizarla si ella se resistía, comenzaría la diversión, se colocó encima de ella en la cama, ver sus ojos cristalizados, con esa mirada tan tierna, los esfuerzos que tenía para enfocar la vista indicaban el grado de alcohol en sangre que poseía, se relamió los labios, besó sus labios, acarició sus pechos por sobre el vestido, Yuki emitió un pequeño gemido, el hombre sonrió halagado, continúo besando su cuello, ahora comenzaría lo bueno.

Un reemplazoWhere stories live. Discover now