Un reemplazo

Trampa

Regresó a la escuela del asunto de Víctor una semana antes de los exámenes finales del semestre, había sido un arduo y difícil camino ya que debido a todos los acontecimientos que ocurrieron en ese año; los preparativos para la boda de su hermana que termino siendo la suya,  la luna de miel, el percance de Víctor; a Yuki le había costado bastante poder ponerse al corriente en sus estudios; si bien a la mayoría de los profesores no les molestaba su ausentismo ya que tenía buenas notas, había un profesor en particular que no miraba con buenos ojos las actividades extracurriculares de la niña.  Había encontrado una vez a Yuki trabajando hasta tarde en una panadería y el trabajo en los estudiantes no era algo que le gustará, los niños debían estudiar no trabajar y eso era todo para él.

- Pero les digo que esa alumna está trabajando.

- Sebastian, ya quedamos en claro que la panadería donde la viste es de sus padres, es obvio que ayude un poco en el lugar. - declaró en protesta el director, un hombre grande y canoso, comprensivo con las situaciones de todo el alumnado y sus familiares.

- ¿Qué hay con el tipo que viene a recogerla en carro? - eso también lo había estado pasando de largo, pensando que posiblemente fuera su hermano o alguna clase de familiar, sin embargo comenzó a escuchar extraños rumores de que aquel hombre tenía intimidad con ella y eso rebasaba las cosas que un adolescente puede hacer, la niña se estaba prostituyendo, acaso al director no le importaba la integridad de su escuela, qué tal si el rumor de que los alumnos se prostituyen se esparce por todas partes, ningún padre desearía dejar que sus hijos estudiaran en el lugar.

- Mientras no tengamos pruebas de ello, la expulsión de la alumna es un tema que no se discutirá.  Ya le has costado bastante a la escuela con tus presunciones arbitrarias, si te vuelves a equivocar, no importa si somos familia, te voy a despedir y me aseguraré que no te den empleo en otra escuela, ¿Queda claro? - el director recordaba como su sobrino al exagerar le había costado una fortuna al denunciar ante la policía a un alumno que supuestamente estaba vendiendo mercancía robada y dulces alterados, siendo que cuando la policía investigó, el chico vendía sus cosas y dulces para costearse el precio del viaje de fin de año de su grupo.

Esteban mordió su labio inferior, no era su culpa que el chico al que acusó con la policía tuviera tan buenas coartadas que no pudieron acceder en su contra, pero en esta ocasión estaba seguro de que podía hacerle ver que su intuición y observación no estaba equivocada, esa alumna no era un buen ejemplo para sus compañeros.

De esta manera comenzó a ver sus movimientos de manera más detallada, era imposible que una niña de esa "clase" tuviera buenas notas solo por su cerebro, debía haber algo detrás de todo esto, sabía de buena mano que muchas chicas utilizaban sus cuerpos para manipular a los profesores, esperaba de corazón estar en lo correcto y lo primero que debía hacer era precisamente recopilar datos con sus propios compañeros de trabajo.  En la sala de profesores antes de la clase que seguía después del almuerzo comenzaría con las investigaciones.

Allí estaba Santiago, maestro de la clase de Yuki, él debía saber algo sobre ella.

- Santiago, estoy haciendo una investigación que me pidió el director, puedo hacerte unas preguntas.

- Claro, pero no tengo mucho tiempo, se breve. - dijo, realmente no tenía poco tiempo, pero realmente no le agradaba Esteban, siempre estaba pensando mal del alumnado, siempre intentando darle un lado oscuro a la adolescencia, quizás porque fue victimado cuando era estudiante, pero los tiempos cambiaban y eso, parecía no poder comprenderlo.

- Entiendo que en tu clase hay una chica bastante llamativa en tu clase, ¿Te suena el nombre de Yuki? - preguntó tomando nota de sus propias palabras, deseaba tener todo documentado para poder analizar la situación y dar una respuesta más lógica al torrente de preguntas que le haría su superior.