-Repite eso- Jesús y Daniel(Gemelier) PARTE DOS.

¡Chicaaaaaas! ¡Vale, al finaaal, como me habeis pedido muchas que hiciese segunda parte o siguiese con esta historia y tal, pues se me ha ocurrido esto... Que bueno, no creo que sean muchos capis más, pero unos cuantos sí, (Baaastantes JAJAJ) Y mientras estoy segura de que se me ocurrirán muchaaas más ideas. Aquííí lo teneis. He pensando que como había tantísimos saltos temporales en la otra historia y quedaban montones de dias en medio sin contar, pues, no sé, a ver que os parece... Espero que os encante, que la sigais leyendo y que os parezca buena ideeeea! Un besazo y muchas gracias por leer!

PD: Me apunto lo de los hijos JAJAJA y todo lo que me habeis dicho en comentarios! Ya vereis ya...

-¡Pero sujetame!

-¡Estás loca! ¿Quieres bajarte de ahí?

-Jope, juraría que lo había... dejado aquí. -Reflexiono yo, mientras intento asomarme açun más al altillo del armario.

Hoy es uno de septiembre. Voy a empezar la Universidad en nada, y estoy ya más que acostumbrada a vivir en Sevilla.

-¡Pues no lo habrás dejado! ¡Bajate de esa silla! -Me insiste Jesús.

-¡Ay! ¡Aquí está! -Chillo, emocionada, mientras cojo la caja por la que llevaba un rato preocupada-¡Si no sabias ni lo que estaba buscando!

-Lo que sé es que la silla está coja y que vas a...

No le da tiempo a terminar la frase. La silla se desplaza un poco, haciendome caer con un grito. Pero como por arte de magia, no llego ni a tocar el suelo. Jesús ha sido lo suficiente rápido como para sujetarme.

-Dios, gracias. Pensé que me mataba. -Suspiro yo, que aún sigo sujetando la caja.

-Mira que te avisé- Ríe él, que no me suelta y me da un beso en la mejilla- A ver, sorprendeme, ¿Qué es eso y por qué has arriesgado tu vida por él?

-¿Qué dices? ¡Exagerado! ¡Si me has cogido!

-Si no llego a estar yo te matabas. -Me pica él.

-Pero tú siempre estás- Me excuso, encogiendome de hombros y sonríendole.

-No tienes remedio. -Susurra, mientras me da un beso.

-¡Bueno! ¡Te lo enseño! -Digo unos segundos más tarde, sentandome en la cama- Resulta que cuando me vine en julio hice limpieza en mi habitación, porque claro... ¡No volveré en un montón de tiempo! Y encontré una de cosas que... En fin, tienes que verlas. Pero con esto del buen tiempo, de volver a verte, de las novedades y todo, se me había pasado. Ven, ven.

Jesús se sienta a mi lado.

-¿Qué es? ¿Otra como tu caja de las fotos?

-No, mi caja de las fotos es una de mis posesiones más preciadas- Explico, con una carcajada- Esto son... cosas que me da mucha pena tirar.

Y entonces abro la tapa y los dos nos asomamos en silencio a ese desorden de objetos del pasado.

-¡El primer disco! -Ríe Jesús- ¡Mira que no hace de esto...!

-Mira, la primera vez que salisteis en la bravo.

-Buf....

-No sé ni como seguían todas estás cosas en mi habitación, pero me daba nosequé tirarlas. ¿Verdad?

-Son recuerdos... -Admite él, que saca un cuaderno azul- ¿Qué es esto?

No lo dejo ni abrirlo y se lo quito de la mano.

-¿Qué? ¿Qué es? -Se sorprende Jesús.

-¡Mi diario! -Digo yo, echandome a reír. -De cuando tenía 15 años. No leas, que me da algo.