Capítulo 7

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Después de que las clases en el instituto se dieran por finalizadas, arrastré a JungKook al centro comercial sin siquiera pedir su autorización. Aparte de que necesitaba un nuevo corte de cabello, había algunas cosas que debíamos cambiar en JungKook y aúnque no creía que fuera necesario, si soy muy objetiva, las personas siempre entran visualmente y de eso depende que tan bien pueden llegar a tratarte los demás o al menos eso fue lo que yo comprobé la vez que cambié mi estilo por simple gusto.

¿No creen qué la sociedad muchas veces puede ser una mierda? Discriminar y remarcar los defectos de las personas si no entran en los estándares que están estereotipados y alabar a quienes cumplen los estándares establecidos. Una verdadera mierda.

Miré a JungKook por unos segundos, analizando su cabello desordenado, sus lentes rotos por la mitad y arreglados con una venda, su uniforme ordenado e impecable y su mirada perdida en las tiendas. Estaba ligeramente encorvado, como un cachorrito con la cola entre las piernas y todo en el gritaba: inseguridad y miedo. Definitivamente debía encargarme de eso.

Lo agarré de la mano y lo arrastré a una peluquería, donde esperaba hicieran de mejor manera el trabajo que intenté hacer. JungKook por otro lado me miraba asustado mientras yo hablaba con la peluquería y simplemente decía que debían hacer con él, JungKook no protestó o se opuso cuando la peluquera se puso a efectuar su trabajo, al parecer no mentía cuando dijo que haría todo lo que lo dijera.

Sonreí de costado y una vez terminado el proceso de su cabello, seguimos derrochando dinero en más tiendas de estética, reventando mi tarjeta de crédito mientras que Jung Kook, miraba las cifras que gastaba con detenimiento y juraba que me pagaría cada centavo.

La verdad, que me pagase era lo que menos me importaba, ya que, todo lo hacia por que yo quería, no porqué él estuviera en una deuda conmigo, aparte, valía la pena cada centavo pues cada vez que salía de una tienda veía un proceso nuevo en él. Además, yo era una persona de muy buena situación económica, no es que me afectara mucho pagar unos cuantos billetes.

(...)

Miré a JungKook en cuando salió de la última tienda que visitariamos hoy y con la que terminaríamos "su cambio de estilo". Él me devolvió la mirada para luego desviarla, mirar sus lentes y tirarlos a un basurero, ya no los necesitaría ya que le había comprado lentillas que los remplazarían.

Debía admitir que se veía realmente bien y al parecer el también sentía bien con eso, porque en cuando se miró a través de una de las vitrinas de las tiendas, sonrió.

Me quedé mirándolo atenta mientras él se recorría con la mirada e involuntariamente, una sonrisa sincera se asomó por mis labios.

(...)

Nuevo día y al igual que ayer, me encuentro parada en la entrada con los brazos entrelazados y apegados a mi pecho mientras miro al piso en espera de JungKook. Esta vez no lo estuve esperando de forma involuntaria, sino que, él mismo me había pedido mediante mensajes que nos encontráramos en ese lugar luego de cambiar nuestros números el día de ayer. He de admitir que estoy muy feliz de al fin tener su contacto.

Suspiré mirando a mi alrededor, distrayéndome con las diferentes caras desconocidas que se adentraban a la institución, esto hasta que dí con unas conocidas y etiquetadas que se dirigían hacia mi a paso rápido. La chillona, la oxigenada y la superficial estaban frente a mí, rodeándome y mirándome con desaprobación. ¿Y ahora qué?

—¿Así qué aparte de dejarnos para irte con ese fenómeno golpeas a nuestro TaeHyung? —la chillona era quién me dirigía la palabra, aparentemente molesta.

—El rumor está por todas partes, ¿cómo es posible que hagas algo así? ¿quieres llamar la atención no es así? —la oxigenada hablo luego.

Me encogí de hombros sin darle mucha importancia a su pregunta, aúnque estaba comenzando a cuestionarme quién era TaeHyung realmente como para que los rumores sobre él se esparcieran tan fácilmente. La chillona pareció molestarse tras mi indeferencia, por lo que me empujó ligeramente, haciéndome retroceder unos pasos.

—¿Quieres llamar la atención, verdad? —volvió a hablar la chillona mirándome con cierta superioridad estampada en su rostro.

—Pues ahora te enseñaremos tu lugar. —intervino la superficial, quién parecía liderar el grupo porque en cuando nombró aquellas palabras, todas se me acercaron.

Sonreí con cierta diversión estampada en el rostro, ¿ellas me pondrían en su lugar a mi? Por favor, estaban totalmente equivocadas si pensaban que me pondrán un dedo encima. Nadie lo haría. Analicé al trío de superficiales dispuesta a reaccionar ante cualquier movimiento que estas efectuaran, cuando oí a una de estas soltar un suave grito ahogado y a las demás, contener la respiración. Todas parecían mirar hacia mis espaldas, por lo que me volteé encontrándome con un JungKook totalmente arreglado que analizaba la situación con una expresión indescifrable.

—JungKook, llegaste. —mencioné como si nada hubiera pasado, divagando un poco con la mirada para detenerme en sus manos, temblorosas y echas puños. JungKook realmente debe haber tomado valor para estar parado donde está—. Vámonos, llegaremos tarde.

Entonces lo agarré del brazo y tiré de él praticamente obligándolo a seguirme. Sus piernas respondieron después de los tirones y así nos adentramos al instituto encontrándonos en la entrada a TaeHyung quién nos recorría con la mirada sin pudor alguno. Rodee los ojos, pasaría de él totalmente.

(...)

—No pensé que llamaría tanto la atención. No sé si está era mi idea de un cambio. —JungKook jugaba con sus manos con la mirada en estas.

Desde que habíamos entrado a la escuela todas las miradas estaban puestas en JungKook y su nombre estaba en la boca de toda la institución desde que se enteraron, por medio de la lista, que aquel chico guapo era Jeon JungKook. Básicamente, estaba bajo la mirada de todos.

—Tranquilo JungKook, recuerda tus propias palabras, ¿me prometiste algo, no? —enfoqué mi atención en las manos ajenas que detuvieron su jugueteo.

—Sí, ama. —contestó totalmente decidido y yo sonreí totalmente satisfecha.

Editado.

Mi mascota; JJK (en edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora