Bajo las sabanas de seda, la peli naranja recordada cada detalle y se estremecía ya que su piel se erizaba cuando la imagen de Levi invadía su mente de aquella manera tan propia. Su fin de semana sería un completo fastidio si la oportunidad de ver a Levi no estaba en sus planes. Pero esperaría ansiosamente a que el lunes llegara, aunque le había quedado totalmente claro que no podía repetir lo del viernes, solamente deseaba ver a Levi una vez más, de lejos, con su cara amargada y su expresión aburrida, solo deseaba verlo un minuto o tal vez dos.

Para distraerse un poco y luego de terminar con sus deberes, la peli naranja planeo junto a Reiner una merecida tarde de chicas. La oji miel tenía que ponerlo al día y contarle absolutamente todo, esta vez sí lo haría, debía contarle cuanto antes sobre aquel momento y sabía muy bien que Reiner le escucharía con suma atención. A Petra le gustaba mucho una cafetería que se encontraba en el centro comercial, era sencilla y agradable y se veía como el lugar al que sus compañeras asistirían si necesitaran charlar agradablemente entre ellas. Ambos amigos caminaban abrazados y reían como normalmente lo hacían, esta vez Reiner no actuaba como un soldado con licencia para matar y estaba relajado, no vestía aquel uniforme formal de color negro y el look casual de ese día lo convirtió en un imán de miradas, tanto así que a Petra se le hizo divertido actuar como su novia para ver como las mujeres la maldecían por los cariños que ella le hacía, Reiner se contenía las carcajadas y ella simplemente rodaba los ojos y se burlaba de ellas, jamás creerían que aquella mocosa de quince años era nada más y nada menos que la dueña de aquel musculoso y secretamente afeminado hombre.

El rubio tuve que detener a la divertida oji miel y entre risas la llevo directamente a la cafetería en donde se encargaría de darle un enorme helado de vainilla y fresas para que se mantuviera por un momento en silencio. Ella tenía una gran debilidad por el chocolate y las cosas dulces y ni siquiera protesto cuando le escucho ordenar un delicioso postre frio que sin duda le encantaría. La oji miel decidió hablar de una vez y como era de esperarse, los detalles no faltaron y cabe resaltar que eran bastante explícitos, Reiner como buen receptor de información se limitaba únicamente a parpadear ante cada palabra y cuando las escenas eróticas las cuales Petra narraba con tanta emoción y sin recato alguno, el rubio sintió como sus mejillas se acaloraban al imaginarse a su pequeña y adorada señorita en aquella situación tan caliente y únicamente susurraba entre sollozos, era lo triste que se sentía por verla crecer tan rápidamente y mientras fingía secar unas inexistentes lágrimas, la oji miel hacia pucheros de ternura y palpaba sus mejillas demostrándole que estaba muy feliz de hablarlo con él, su único y mejor amigo.

Él bebía un frappuccino mientras ella devoraba su helado, la tarde en verdad era agradable para ambos, pero solo bastó un pequeño instante en el que los ojos de Petra se desviaron en las otras mesas y su corazón dio un gran brinco al ver a Levi en una de ellas, él estaba ahí, justamente a unos metros de ella y ni siquiera lo había notado ¿tan distraída era? Se veía tan guapo con ropa casual, llevaba puestos unos jeans rasgados y una camisa color negro, igual que su cabello azabache, ella estaba completamente concentrada en él y claramente Levi no perdía detalle alguno de la embobada oji miel.

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La pervertida de ojos color miel.Where stories live. Discover now