· XXVI · FIN ·

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IMPORTANTE: Leer hasta el final, vuestra decisión será importante.

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El silencio invade el lugar, los presentes tienen la vista clavada en la Loba Elemental, ni pestañean solo tragan saliva, no sabían a que se enfrentaban.

Mio se desliza por el aire arrastrando el final del vestido sin decir absolutamente nada, lo único que tiene es la mirada puesta en Soo-Won, con unos ojos indescifrables.

- Mio... – la llama Yona.

Ella no contesta, es como si hubiera perdido el sentido del oído.

- ¡¿A que esperáis?! – Exclama Han Joo-Doh – ¡Proteged a vuestro rey!

Los soldados tardan en reaccionar, pero se preparan. Los arqueros apuntan con sus flechas y el resto – los que dejan atrás el temor – corren con sus espadas hacia ella.

Los Dragones y Hak, no queriendo pasar por su pérdida de nuevo la rodean para protegerla, sin embargo, no hace falta.

La peliazul vocaliza algo sin emitir ningún sonido e instantáneamente todos los presentes, exceptuando a su grupo, el general de la tribu de Tierra, el rey Soo-Won y su guardaespaldas, caen arrodillados al suelo y no pueden incorporarse ni hablar.

- ¿Pero qué demonios...? – Pregunta por todos Joo-Doh.

- Esto huele muy mal... – sonríe Lee Geun-Tae con una gota de sudor cayendo por su frente.

- ¡Soo-Won! ¡Debemos hacer, algo rá...! – Voltea para ver la cara de su rey y al observar su rostro pálido, se preocupa.

Ella sigue avanzando y vuelve a sentenciar algo sin emitir ningún ruido, acto seguido todas las armas de los enemigos salen disparadas y se mantienen en el cielo, esta vez Yoon se ha percatado.

- ¡Es Mio! ¡Dice una palabra y se cumple!

- ¡Hiryuu! – Exclama Zeno – ¡El poder de Hiryuu es el don de la Palabra!

- Eso quiere decir... ¿Qué ha estado con él? – Pregunta Yona.

De repente el armamento empieza a caer, la pelirroja presta atención a Mio, intuía lo que quería hacer.

- Soo-Woon.

La princesa lee los labios de la Loba y al ver que se dirigen hacia el rey, grita con todas sus fuerzas.

- ¡Mio, detente!

Los objetos punzantes se detienen a un metro de su objetivo y éste retiene el aire que hay en sus pulmones.

La peliazul gira su cabeza lentamente a la posición de Yona, la cual aguanta las lágrimas que intentan brotar de sus ojos.

- No quiero... más muertes..., por favor...

La súplica de su amiga le hace volver un poco en sí, se debía a la princesa y todo lo que ella pidiese iba lo primero. Con una palabra manda lejos las armas y al instante, Mio se arrodilla ante Yona con las manos en su corazón, dándole a entender que podía hacer todo lo que ella demandara.

De pronto, siente como alguien se abalanza sobre ella y la abraza lloriqueando.

- Pensaba que te había perdido... – susurra la pelirroja.

Mio se limita a quedarse quieta, le había venido de improvisto esa acción por su parte.

Al poco la princesa se incorpora, seca sus lágrimas mientras camina hacia adelante, se detiene y calma su respiración, pega una bocanada de aire y se decide.

ℓα ℓσвα ףυє αмαвα α ℓσѕ ∂яαgσиєѕ · AKATSUKI NO YONADove le storie prendono vita. Scoprilo ora