·XXI· Parte 2

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Todos se sientan en círculo para escuchar atentamente al monje, aunque algunos seguían dudando de su poder.

-Ya veo que has conseguido reunir a todos –le dice Ik-Soo a Yona.

-Sí, han sido muy amables al aceptar mi egoísta deseo.

-¡Para nada, princesa! ¡Hemos nacido para servirte! –Aclama Kija.

Los otros Dragones asienten haciendo sonreír a Yona.

-No es que quiera estropear el momento pero... Si podemos ir al grano, mejor –manifiesta Mio, seria.

-Las ganas del saber supera la paciencia de una milenaria, ¿verdad? –El comentario del fraile genera que la chica frunza el ceño.

-Señor monje, ¿podría comenzar? La hermanita ha estado mucho tiempo esperando una respuesta.

La peliazul le mira de reojo. Zeno siempre había sido atenta con ella y se percataba de cómo se sentía o lo que pensaba sin necesidad de mediar palabra alguna.

-Está bien, habéis hecho un largo camino hasta ahora... –Guarda silencio aumentando el misterio– ¿Qué os parece si empiezo contando un cuento? –Levanta un dedo y ladea la cabeza.

Al quitar todo el drama caen al suelo al destensarse. Mio está conteniéndose para no espabilarle con unas cuantos guantazos "cariñosos".

-Hubo un tiempo en el que 5 Dragones convivían en el cielo tranquilamente y...

-La historia de Hiryuu nos la sabemos de sobra, adelanta –exige la inmortal.

-Vale –ríe–. Pues... ¿sois conscientes de la existencia de otros seres similares a ellos?

Los Dragones entre ellos se miran y por las caras que ponen la respuesta es que no.

-Hay especies de felinos, aves, cánidos. En este último grupo se encuentra alguien que fue cercano a los Dragones... ¿Os hacéis alguna idea de quien os hablo?

-¿Una loba? –Responde dubitativa Mio y él asiente– ¿Y cómo es que nunca había escuchado de ella?

-Buenos hombres mueren sin haber sido reconocidos por sus hazañas por "x" razones.

-¿Cómo cuáles? –Cuestiona Yoon.

–Tal vez los humanos solo querían que orasen a cierto ser y los demás cayeran en el olvido para no crear conflictos religiosos por quien podría ser mejor.

-La verdad es que no me extraña –comenta Hak.

-¿Qué relación tenía la loba con ellos? –Interroga esta vez Yona.

-Pues... según la leyenda ella bajó al mundo terrenal para ayudarles con su sabiduría. Una vez que topó con el primer mortal, éste fue a atacarla llevándose consigo uno de sus ojos azules. La Loba volvió de nuevo perdiendo la fe en los humanos y convirtiéndose en alguien solitario... Poco tiempo después, ella ya se había regenerado pero no olvidado el suceso con aquel ser, fue entonces cuando el Dragón rojo la visitó para apoyar su superación. Desde entonces la loba se sintió siempre en deuda con él y juró que le acompañaría en cualquier objetivo que tuviera en mente. Su voto de fidelidad fue otorgar su poder fraccionado a cada uno de los Dragones y cuando luchara junto a ellos, realizar el pacto.

Todos guardan silencio tras el discurso de Ik-Soo y comienzan a procesar lo que ha dicho. Aun así había algo que no entendían.

-Y esto... ¿Tiene algo que ver cuando mencionan La Espada y El Escudo? –Cuestiona el inmortal.

ℓα ℓσвα ףυє αмαвα α ℓσѕ ∂яαgσиєѕ · AKATSUKI NO YONAWhere stories live. Discover now