Capítulo 18: en su casa

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Me bañe y espere a que dalas venga por mí, el me cuido mucho aunque no debía, y eso me encanta de él, que me cuida y me quiere, soy su hermanita pequeña, aunque según Abraham no, el me cela, sé que me cuida, pero celar, tal vez el sólo hecho de que es hombre, hoy me gustaría ponerlo a prueba, quiero jugar, ya me siento de ánimos, nunca tuve un amigo así, y me encanta, me encanta cuando me abraza, me acaricia el pelo, siempre estamos muy juntos y me gusta, un alarma dentro de mí se activa, he dicho que me gusta, me gusta demasiado y esas no son cosas de amigos, o si, tal vez con demasiada confianza, uuuy soy una tonta, no quiero perderlo pro un estúpido enamoramiento, no, nunca me ha ido bien en las relaciones y no quiero arruinarlo, quiero que todo siga así, no quiero que se canse de mí y me deseche, sé que es distinto, pero el salió de una relación hace poco y por lo que dijo aun le duele, aún la quiere. No quise engancharme con eso, busqué un vestido negro, el cual me tape los brazos, y me maquille el cuello, aunque se seguía notando demasiado, debería usar bufanda o chalina, algo que me tape, aburrida le mande un mensaje a dala preguntando donde quedaba su casa, que iría en taxi, al contestarme, calce mis cascos y comencé a reproducir mi lista de OMFG, era especial para subir el ánimo a cualquiera esta música, tome un taxi y fui a la casa de Dalas. Una vez que llegue toque timbre y espere a que abriera, quería darle una sorpresa, apenas abrió salte le di un abrazo koala haciéndole perder el equilibrio teniendo el que apoyarse a la pared sino nos caeríamos.

Dalas: ¿me extrañaste? - preguntó riendo.

Yo: mucho, siento no haber contestado tus msjs - dije aun sin bajarme.

Dalas ¿quieres bajarte?

Yo: ¿peso mucho? - el negó - entonces no me pienso bajar.

Entre risas ingresamos así a la casa podía verlo todo, tenía mis brazos enlazados en su cuello, era obviamente más grande que mi departamento, bueno el mio podría considerarse un mono ambiente, el tiene cocina comedor, sala de estar y creo que dos habitaciones era todo muy ordenado y limpio, raro en un hombre.

Dalas: ¿qué tal la inspección, estoy aprobado? - sonreí en respuesta y lo miré a los ojos, estábamos a la misma altura, me gustaban sus ojos, de lejos eran marrón claro, casi canela, pero con la luz podían verse verdes con algo de miel, eran tan únicos, asentí y me acerqué a él para llenarlo de besos su cara, lo que le hacía reír aún más, adoro su risa. Luego me llevo hasta el sillón y se sentó quedando sentada sobre él, era raro, estar así con él, me miraba, y se que miraba mi hematoma, agache la cabeza tratándose de ocultarlo con mi pelo, en eso el saca una de sus manos de mi cadera, y la apoya sobre mi mejilla, la sana, hace que eleve la cara, y lo vea acercando a el de a poco, no se que pretende, creo que me besara, no sé que hacer, sólo cierro los ojos, y siento sus labios sobre mi hematoma, da otros dulces y suaves besos ahí, para luego alejarse, me mira y con una sonrisa triste me dice - mañana debemos ir a que hagas tu declaración, sino podrían liberarlo, se que es duro, pero podría volver a hacerlo, y si llega a salir juro que lo mato con mis propias manos por hacerte hecho lo que hizo - lo callé comiendo mi mano sobre su boca, no quería que pensara en eso.

Yo: mañana vamos, ahora quiero agua - dije pero cuando trata de apartarme para levantarse no lo dejo y me mira sin entender, me sujeto otra vez a él enlazando mis brazos en su cuello, para que me lleve con él, con mucho esfuerzo de su parte pudo levantarse e ir hasta la cocina, ahí me deja sobre la encimera mientras me sirve agua.

Dalas: aquí tiene mi princesa - dice haciendo una reverencia exagerada, lo cual nos hace reír a los dos - ¿y la princesa que quiere cenar? - respondo hundiendo los hombros, me da igual.

Entonces llama a un delivery y pide no se que la verdad, yo solo procuraba no verlo demasiado jugando con el bordado de mi vestido. Luego él se acerca posicionándose entre mis piernas y apoyando sus manos sobre mis caderas - espero que guste la comida china- la verdad nunca la probé, volví a hundirme de hombros y sonreí, volví a alzar las manos pero esta vez me cargo a cocochito en su espalda, y me llevo hasta el sillón de la sala, se tiró sobre mi, quedando toda aplastada por el, comencé a golpearlo hasta que se acomodó mejor y ya no me aplastó, encendió la tele y comenzó a buscar alguna peli, y justo estaba una de los X-men y pedí que la dejara, no puso ninguna objeción ante eso, de vez en cuando me preguntaba por los personajes, creo que no le gustaba .

Yo: ¿ quieres cambiar de canal? Creo que no te gusta - el negó.

Dalas: no me gustan mucho las pelis, hagamos algo - dijo dándose vuelta aún estando encima de mi.

Yo: ¿algo como que? Tú di - dije, sin esperarme un ataque de cosquillas, él tenía ventaja pues me tenía atrapada, luego de suplicar un rato que parara me encontraba agitada, y con pequeñas gotas de sudor en la frente - mejor hablemos porfa, no doy más - supliqué

Dalas: okey, habla, ¿que has hecho de interesante mientras ignorabas al mundo?- que podría decir, nada, pero justo recordé lo de la cafetería y me puse roja - te pusiste roja! Anda cuenta - sería una anécdota graciosa pensé.

Yo: okey, hoy fui a una cafetería en la cual también hay libros para leer, y uno me llamó la atención, comencé a leerlo y trataba de una chica que trataba de rehacer su vida y que posaba para fotografías artísticas, osea desnuda - al decirle eso sentí mis mejillas arder - luego conoce un muchacho quien fue enviado por su padre para que la cuide sin que ella se entere, y el muchacho sólo aceptó por la belleza de la chica. La primer vez que se vieron el la alcanzó a su casa, y ya luego la invitó a salir y todo eso, lo que no me esperaba es que tenga escenas tan fuertes! - su cara era de no entender - ¡ era una novela erótica y yo ahí lo más pancha leyéndola en una cafetería! El bochorno que sentí al darme cuenta de que la que me atendió si sabía lo que leía, y cada vez que había una escena así me ponía roja! No puedo negar que me gustó hasta la terminé y se que hay una secuela pero Dios, lo leí en un lugar lleno de gente!- dije lo último tapandome la cara y fue cuando Dalas largó una gran carcajada, se reía de mi! En mi cara!.

Dalas: que inocente eres! Es la primera que lees? - yo solo asentí apenada - y te gustó leer del sexo explícito?- volví a cubrirme la cara, estaba roja, por la pregunta, y por el echo de que si me había gustado - eu no hay nada de malo nena, de algo se aprende lo que uno le gusta, algunos con práctica, y otros informándose con literatura - dijo todo con voz muy suave, cuando me descubro la cara,- ¿qué fue lo que te gusto?- el apoya su antebrazo en el sillón u su otra mano a baja del respaldar a mi cadera, su mirada era tan intensa, no podía apartarla, su mano continuo bajando hasta mi cintura, y de ahí suavemente a mi cadera, y continuaba, baje mis brazos hasta posicionar los codos sobre el sofá, y las manos sobre su camisa, no sé qué hacíamos, pero no quería parar, quería averiguarlo, su mano continuó por mi pierna la cual subía, sentía como habían acabado la tela de mi vestido, por la posición y la gravedad mi vestido estaba más bajo y tenía su mano en mi muslo, él solo siguió acariciando, con su otra mano con el antebrazo apoyado al lado de mi cabeza, acariciaba mi frente, y comenzó a acercarse lentamente, él miraba mis labios, sabía que me besaría, estaba segura, y estando a sólo milímetros de distancia de probar sus labios tocan el timbre, pude notar el cambio en su mirada, volvieron a llamar el timbre, sólo me miro y se alejó, no quería que se fuera, tomé su mano pero el dio un leve apretón y fue a atender, me senté bien, acomode mi ropa e intente acompasar mi respiración.

¿Qué fue eso? casi nos besamos...

Una Nueva Vida (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora