Capítulo 16: Marcas

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Sentí sus manos como garras quemándome todo a su paso mientras las paseaba por mi cuerpo, no podía gritar, era él, él iba abriendo mis carnes llenándome de mi propia sangre, sentía un dolor horrible, mi garganta quemaba, todo mi cuerpo quemaba, sólo podía llorar. Fue cuando desperté en una habitación apenas iluminada, quise correr, no sabía dónde estaba, era mi cama, no pude más, lloré, llore sin parar, lo que soñé, lo que pasé, lo que viví, fue todo horrible, quería mi casa, mi mama, quería sentirme segura, fue cuando sentí unos brazos cuales me llenaron de calor, era Dalas, lo había olvidado, me dejó llorar, desahogarme mientras besa mi frente y consolaba, sentía la necesidad de hablar, pero mi garganta dolía, solo llegue a decir pocas palabras, pero él me callo, creo que no quería oírlo, si no hubiera sido por él no estaría aquí lo más seguro, luego de un largo rato ya no lloraba, estaba un poco más calmada, dalas me acostó, me tapó, saltó de la cama y volvió con unas pastillas y un poco de agua, luego me unto crema en el pie, había olvidado hacerlo temprano. Se acostó conmigo, pasó su brazo izquierdo por debajo de mí, apoye mi cabeza en su hombro, y con su mano derecha acaricio mi pelo, es como una droga para mí, gracias a ello pude dormir tranquila.

Desperté sola en la cama, se sentía demasiado grande pero aún estaba calentita, tal vez Dalas se fue, obvio no podría tenerlo siempre para mí, tiene una vida, me levante y fui directo al baño, me di una larga ducha con agua bien caliente, debía lavarme las impurezas, la suciedad, aún podía sentir sus manos y sus intenciones, recordando eso me permití volver a llorar en silencio, esto fue culpa mía, no debí aceptar nada, me pasa por confiada, pero ya no más. Me envolví en toalla y comencé a desenredar mi cabello, y secarlo con el secador, luego de unos 15 minutos al fin había terminado, fue cuando me vi en el espejo, llena de hematomas, estaba horrible, mi garganta, mi mejilla, tenía también unas ojeras horribles, mis brazos, mi abdomen, me daba asco el verme, no quería que verlos, que nadie los vea. Como solo tenía ropa interior y el pijama en el baño me puse mis bragas y una bata, creo que Dalas se fue temprano, encontré unos pantalones militar holgados, una camiseta de mi hermano la cual traje infraganti, negra con una calavera, me puse un pañuelo de los grandes, hace tiempo estos estaban de moda que hasta los hombres usaban, me maquille la cara tratando de tapar los moretones, y por ultimo me puse una campera también de mi hermano, amo usar su ropa y en estos momentos me hace sentirlo a mi lado. Luego de todo esto salgo del baño me encuentro con Dalas parado en la cocina con una sonrisa forzada, creí que no estaba, o se fue y volvió no lo sé, fui a saludarlo con un beso en la mejilla y me dirigí a la cocina encontrándome con una gran cantidad de comida en la encimera, lo miré a Dalas incrédula por todo esto ¿él lo había hecho?

Dalas: quise hacerte un buen desayuno – dijo con una sonrisa tímida, es tan tierno cuando se pone colorado.

Yo: gracias, no debías, aunque... - se quedó mirándome

Dalas:¿no te gustan los waffles con chocolate? No sabía qué hacer, también hay fruta jugo – guau aquí si desayunan.

Yo: es mucho, está bien gracias, vamos – le dije sentándome en la barra, al menos ahora podía hablar aun con un poco de dolor pero si hablaba, al sentarse me dejo mi medicación junto al jugo, cierto, siempre olvido la medicación – gracias – dije agachando la cabeza, no quería que me viera así, aun maquillada se podía notar el moretón, y sé que tenía un poco morado mi ojo.

Mientras el desayudo el trató de entablar conversación, yo solo sonreía en respuesta, no tenía ánimos de hablar, y sé que no era buena compañía en estos momentos.

Estaba llena, una vez desayunado guarde la fruta sobrada el jugo, y me dispuse a lavar los trastes, podía sentir la mirada fija en mi espalda de Dalas, pero no quería enfrentarlo, me sentía débil, y, horrible., al terminar puse sentir unos brazos me que rodeaban, y su mentón apoyado en mi hombro izquierdo, sólo agache la mirada.

Dalas: ¿qué sucede? –

Yo: nada... -

Dalas: ¿por qué estas vestida así? Pareces un hombre, aun así te queda bien- era muy tierno.

Yo: sólo no quería arreglarme y hace frio –

Dalas: te escondes, está bien, pero no me mientas, puedes confiar en mi – me di vuelta y volví a abrazarlo, él era todo lo que tenía aquí – ven tengo que contarte algo – dijo tratando de cambiar de tema, y de verdad se lo agradecía – no te he sido sincero, va la verdad no te he mentido pero tampoco te he contado toda la verdad.

Yo: ¿a qué te refieres? Me asustas – él se sentó en un puff, yo en el otro y apoye mi cabeza en sus piernas, comenzó a acariciarme el cabello, amaba que hiciera eso.

Dalas: recuerdas de cuando vino Jessica, ¿y me abrazo? – me tensé, asentí en respuesta, no sé qué esperar, estarán saliendo, o es una ex, o no lo sé, podría crearme toda una historia en un segundo – sucede que ella es una pambisita – eso me desconcertó, sé que antes había dicho esas palabras pero no entendía a qué se refiere- una pambisita es una fan – una fan... quiere decir que es reconocido, tal vez famoso,

Yo: ¿fan? ¿Eres famoso? – estaba aún más perdida, yo no lo conozco entonces.

Dalas: si algo así, es de la plataforma de YouTube, hago videos y tengo gente quien me sigue, y suele haber muchos que reaccionan como Jessica o peor, pero no te he mentido con quien soy, como soy hasta ahora, me gustó el conocerte y saber que no me conocías por ser famoso, ni nada de eso, sino que me veías como una persona normal, es tan refrescante poder hacer amigos así, el conocer personas así yo sólo estaba en silencio procesándolo todo, no sabía que pensar la verdad.

Yo: ¿es tu trabajo? ¿ o que te hace famoso? – no entendía nada.

Dalas: emmmm sí, me pagan por subir videos de lo que yo quiera y eso, es bastante bueno a decir verdad lo único malo es tal vez la perdida de privacidad – yo sólo asentí en respuesta.

Yo: muéstramelo – así tal vez sería más fácil de entender, hace videos y le pagan por eso... suena como lo más fácil del mundo, aunque creo que hay que saber de qué hacer videos.

Dalas sacó su celular, ingresó a YouTube y me mostró su cuenta, habían muchos videos me mostro algunos de unos juegos y otros que no, al parecer tenía dos canales, y demasiados suscriptores, okey es muy famoso, luego de un rato me reía de sus videos, eran graciosos aunque no por sus chistes eran muy malos.

Dalas: no has dicho nada – puso pausa al video y me prestó atención.

Yo: haces chistes muy malos – le dije riendo, y el hizo una expresión exagerada de ofensa llevando su mano al pecho y abriendo la boca y los ojos a la vez, era muy gracioso.

Dalas: ¿cómo te atreves? Estúpida mi pelo idiota – dijo luego de acomodarse su largo pelo hacia atrás, no dimos más y comenzamos ambos a reír

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Una Nueva Vida (Cancelada)Where stories live. Discover now