Capítulo 2: el comienzo

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A través de la fila de pasajeros que estábamos abordando venía a mi familia en el fondo, me sorprendieron con carteles que hacían hecho para mí, decían cosas hermosas y más me emocionaba, no pude evitarlo y les saqué una foto a todos allí, me sentía más por dejarlo pero a la vez sentía cosquillas en mi estómago por la emoción de viajar en avión por primera vez, miré una última vez para atrás y les grite ¡LOS AMO A TODOS, SON LOS MEJORES! Tirando muchos besos en su dirección...

4 de enero

Eran las 16:00hs en España y estaba tan lindo, fresco pero muy lindo me coloque una campera que tenía en mi mochila ligera y me fui a buscar mis maletas. Luego 40 minutos al fin las encontré, le pedí a uno de los muchachos que me ayude a subirlas a un taxi ya que eran muchas y no podía con todas, me encanta el acento de los españoles, el muchacho al reconocerme enseguida comenzó a decir –eh che boludo que haces guacho- solo nos reíamos de ambos y las imitaciones que hacíamos.

Una vez en el departamento, estaba tan feliz, perfecto para mí, no es ni grande ni chico, espacioso y acogedor, era tipo mono ambiente. La señora Acedo es quien me alquila, es muy amable hasta me recibió con unos cupcakes de bienvenida, una vez que me dejo las llaves se retiró y comencé a desempacar, ya había dormido mucho y necesitaba estirarme un poco, comencé con las cosas de cocina que me traje y luego los adornos para sentirme en casa, aun amueblado se veía tan vacío, era raro, no aguante más y deshice las maletas acomodando la ropa en su lugar, para cuando termine ya eran las ocho de la noche y me había olvidado contactar con mi familia, lo primero que hice fue conectar la laptop y encendí Skype, apenas llame me contestaron, eran cerca de las tres de la tarde allá. Charlamos un rato les mostré la ropa ya acomodada y el mate en la cocina, solo quedaba llenar la despensas, me di un golpe mentalmente, pues tuve que comprar apenas llegara y ahora ya era tarde para eso, bueno tenia mate y los cupcakes de la señora Acedo, luego de hablar con toda mi familia entre un poco en facebook y subí las fotos del aeropuerto y algunas que tomamos en la casa, y obvio la del alerón del avión en el despegue, me desconecte y me acosté en mi nueva cama, en mi nuevo hogar.

5 de enero

Hoy desperté por la luz que reflejaba de la ventana, se veía tan bonito la mañana, una vez despierta prendí la laptop y puse música en youtube a todo volumen para escucharla mientras me bañara. Hoy iba a ser un buen día, estaba feliz y bailaba por toda la casa. Luego del desayuno tome mi cartera y me fui a hacer las compras.

Hoy es martes y no se encuentran muchas personas ya que es horario laboral y también es época de clases acá, es tan distinto a Argentina.

Ya saliendo del supermercado, iba con los cascos oyendo música y con una sola bolsa en la mano con lo esencial, pues a lo demás pedí que me lo lleven en delivery a la puerta, ya que era mucho. Iba caminando en mi mundo cuando me choque con alguien que estaba agachado, me tropecé y caí al suelo, vamos todo un espectáculo, que vergüenza por Dios. De tal caída me torcí el tobillo, comencé a sobármelo ya con lágrimas en los ojos, soy una maricona si lo sé, no quería ver a la persona a la cara, estaba roja de vergüenza no sabía en dónde meterme.

Xx: ¿Estás bien? – me preguntó el extraño, estaba al lado mío, me sentía tan incómoda él estaba observándome demasiado cerca.

Yo: Si, si, perdón fue mi culpa – aún no levantaba la cabeza, no le quería ver, de seguro re reiría.

Xx: Déjame ayudarte, mi nombre es Daniel, ¿te duele el tobillo? – tenía una linda vos, y sonaba sincero, no parecía burlarse, entonces levante la mirada y vi a un chico, él estaba atento a mi pie, menos mal que no me veía así podía ver cada uno de sus rasgos – Oye tía sigues aquí? – Dios, que vergüenza me había pillado embobada, estaba roja sin saber dónde meterme.

Yo: Si, perdón, estaba repasando mentalmente si dolía mucho o no para pararme – fue lo único que se me ocurrió decir.

Daniel: ¿Te ayudo? – me tomo por los codos con suavidad pero firmeza a la vez, se sentía tan cálido su agarre, yo solo podía asentir con la cabeza - ¿puedes sostenerte en pie? Voy a recoger tus cosas – pero cuando me suelta, al tratar de mantenerme parada sola, sentí un gran dolor en el tobillo y volvía a caer, solo pude cerrar los ojos y esperar el impacto el cual nunca llego, en vez de sentir el duro pavimento sentí unos brazos fuertes rodearme – Ostia tía, ¿estás bien?.

Yo: Me duele mucho.

Daniel: ¿Vives muy lejos? No puedo dejarte así, sola.

Yo: No te preocupes, puedo tomar un taxi, por las dudas ¿no tendrás el número de alguno? – Él negó con la cabeza, pero luego tomo las cosas y pasó su brazo por mi cintura sujetándome - ¿Qué haces? – se rió como si fuera obvio lo que hacía.

Daniel: Vamos, te acompaño, por mi culpa estas así.

Yo: Está bien – dije rendida.

Ya en casa.

Yo: Gracias por todo de verdad, ya te puedes ir, has de estar muy ocupado – por más extraño que fuera no quería que se valla, pero no lo conocía.

Daniel: Venga, déjame curarte, debes ponerle hielo antes de que empeore – y se va al refrigerador, claro no tuvo que preguntar dónde queda la cocina si todo se puede ver desde la entrada,  Daniel volvió con un repasador con cubitos dentro, y lo puso sobre mi tobillo, mientras yo hacía muecas por el frio y el dolor.

Yo: Gracias Daniel por todo.

Daniel: No es nada pero ¿me harías un favor?

Yo: Lo que quieras – luego de decirlo me arrepentí al instante y me puse roja.

Daniel: No es nada grave, solo que es raro que me llamen así, dime Dalas – lo dijo con una sonrisa en el rostro – Dalasito Pambisito a tú servicios – luego me dio un giño del cual solo pude contestar con una gran risa.

Yo: Jajaja, Meredithsita Pambisita a la orden – luego de eso, ambos reímos a carcajadas sin poder evitarlo.

Dalas: al fin sé tu nombre, Meredith ¿no?, es raro – yo solo asentí - ¿eres pambisita? - negué con la cabeza, no sé qué significa.

Yo: sólo lo dije por que tú lo dijiste - respondí hundiéndo los hombros.

Una Nueva Vida (Cancelada)Where stories live. Discover now