La Sobrina de mi Vecina [CAMREN]

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P.O.V Camila.

Me dirigí al estudio, cuando llegué prácticamente todo ya estaba a oscuras, me preguntaba qué era lo que taaaanto era urgente y no podía esperar hasta el día siguiente, estacioné mi coche y entré, yo tenía un ascenso privado por la parte trasera de la galería, así que fui directo allí, cuando llegué a la oficina de Hayley ella dio un brinco al verme.

-Ya estoy aquí, qué era lo que tanto te urgía mostrarme? -dije impaciente, ya se me hacía tarde para mi cita con Lolo, lo peor, se me había terminado la batería y no podía avisarle nada a mi Lolo.

-Bueno, hoy llegaron las fotografías que habías solicitado, las originales de 1939. Y las cámaras fotográficas, las más antiguas y las más modernas. -me quedé pensando, no recordaba haber solicitado eso.

-Y sólo para eso me pediste que viniese? Podías sólo habérmelo informado por correo o yo que sé! -dije molesta.

-No se trata de eso, debes firmar los documentos después de constatar que realmente esas son las fotografías que solicitaste, así como las cámaras y todo. -dijo ella tranquila.

-Acaso ese no era tu trabajo? -respondí enojada.

-Es mi trabajo Señorita Camila, pero usted debe firmar los documentos y realizar los otros 50% del pago. -rodé los ojos y me acerqué a las múltiples cajas que habían en la oficina. Los revisé uno por uno, pasaron casi una hora desde que había llegado y revisado todas las cosas.

-Bueno, está todo en orden Hayley, ya hice la transferencia y ya firmé los documentos. Puedo retirarme ahora? -dije aburrida e irritada, Lolo seguro pensará que la dejé plantada.

-Sí, ya puede. -dijo ella revisando algunos documentos tal vez. Hasta que algo hizo click en mi mente.

-Oye Hay... Lauren Jauregui, ya se fue? -dije tratando de sonar casual. Ya que ella había sido testigo de mi escena de celos la vez que encontré a su secretaria comiéndose la boca de MÍ Lolo.

-Oh, ella no se presentó el día de hoy Señorita Cabello. -dijo Hayley levantando la vista.

-Segura? Ella dijo...-déjeme ir un momento a constatar en recepción, puede que haya venido y no me he enterado. -dijo ella levantándose y dirigiéndose a la puerta.

-No... no es necesario. -dije pero ella ya había salido.

Pasaron los minutos y ella no volvía. Miré impaciente mi reloj y me paré, me dirigí a la puerta y bajé, cuando las puertas del ascensor se abrieron me quedé congelada. Oí un disparo y me estremecí.

-Mira a quién tenemos aquí, nada más y nada menos que a Camilita Culibello. -dijo uno de los encapuchados.

-A...us...Austin? -dije sin poderlo creer.

-Es una pena que me hayas reconocido bebé. -dijo él apuntándome con el arma.

-No...no lo hagas. -dije ya sintiendo las lágrimas descender por mi rostro.

-Lo lamento, sabes mucho y me costó todo un jodido año planear esto, además, mi hermanita me facilitó el trabajo para entrar aquí. -dijo riendo y sentí hervir mi sangre. Acaso Hayley era su hermana? Por eso su insistencia en que vaya a la oficina hoy?

-Eres un enfermo mental! -dije con voz temblorosa. En eso vi como uno de sus cómplices estiraban el cuerpo de Hayley por el suelo. Ella estaba con los ojos abiertos y tenía una herida en su glabela. Me sentía muy mareada y nerviosa.

-Hasta una próxima vida, cariño. -dijo Austin, luego apretó el gatillo. Escuché el sonido del disparo y me desplomé... todo quedó a oscuras...

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