¿Qué?

-¿Por qué crees que haría eso? -murmure volteándolo a ver. El sonrió de lado y pasó su mano deslizándola por mi abdomen.

-Porque eres mía, Erika y, además, estas aburrida, ¿verdad? -me miro pícaro.

-Mañana

-¿Mañana? -me miro esperanzado.

-Mañana te digo cuando-el blanqueo los ojos y yo me reí.

-Ya veo que contigo no se puede.

-¿Qué? -pregunte- ¿Piensas dejarme como Sean?

-¿Eh? No no no, yo jamás te dejaría, yo te amo-murmuro abrazándome.

Estúpido Sean.

Ya me volvió sentimental.

Estoy empezando a creer que Sean no me quiere. Y cuando finge hacerlo, solo lo hace para conseguir algo de mí.

-Voy a cambiarme, Erika, no vayas a ninguna parte y no le abras la puerta a desconocidos.-dijo Diego una vez que termino de abrazarme.

Sonreí y lo vi adentrarse al baño, admirando su trasero.

¿Acabo de pensar en el trasero de Diego?

Dios, soy una pervertida.

Cuando salí de mi trance decidí que también podría cambiarme antes de que Diego llegara y me pidiera un show.

Tarde en buscar un pijama decente para dormir con Diego pues no quería que me anduviera manoseando.

Después de tanto buscar y dejar toda mi ropa fuera de la maleta otra vez, decidí por ponerme un pijama perfecto.

Me quite mi ropa y después escuche un silbido.

-¿Qué te costaba hacer eso frente a mí?-pregunto Diego en el umbral del baño.

-Hijo de...

-No seas grosera, Erika-dijo Diego sin quitar la vista de mí.

¿Dónde están las malditas toallas cuando se ocupan?

-Hijo de Snow –murmure poniéndome el short y la blusa.

De pronto sentí un ardor en mi trasero.

-Oye, que lindo trasero tienes.

-¿Podrías dejarlo en paz?-musite.

-Como sea, ¿Vas a dormir así?

-¿Cómo?

-Así, con ese short, porque te digo que dormiremos juntos.-Dijo acercándose a mí.

-Sí, ¿Por qué?

-¿No te da miedo que cuando estés dormida te viole?

-No lo harías- me subí a la cama y me cubrí con una pequeña manta que estaba por ahí.

-¿Cómo lo sabes?

-Solo lo sé y ya

-¿Sabes? Ahora que lo pienso, tú nunca me has besado. Solamente lo has hecho con Sean pero nunca conmigo y eso que eh estado esperando esto desde hace dos años.

Blanquee los ojos.

-¿Quieres que te bese?

-Oh, bueno, déjame prepararme mentalmente y luego podemos hacer muchas cositas.

-Hey, estas pidiendo un beso.-dije señalándolo con el dedo.

-Rayos. Pues vas a tener que esperar porque necesito estar listo para esto.

Dios, a veces Diego parece una adolescente enamorada que sueña con que su primer beso signifique algo y que sea especial.

-Seguro que esperare toda la noche. -murmure sarcástica.

Diego se subió a la cama conmigo y gateo hacia mí.

-Estoy listo...-murmuro en mi oído para luego mirarme fijamente.

Lo sujete del cuello de la camisa y lo bese. Sus manos se pusieron en mi nuca acercándome más a su cuerpo. Entre abrí mi boca y su lengua fue ansiosa a esta, exploro toda mi cavidad bucal y poco a poco me fue recostado en la cama quedando el encima de mí. Ahora sus manos viajaron hacia mi cintura y su agarre se intensifico cuando mordí su labio.

-¡¡Me voy solo un momento y así es como me pagas!!-exclamo alguien abriendo la puerta de un portazo.

Rápidamente nos separamos y Diego fue frente a la cama de forma protectora.

Yo aún seguía enredada en la estúpida manta así que cuando me quise bajar de la cama mis pies se enredaron en esta y me caí de boca.

Me levante muy rápido para que no sospecharan que caí por mi ser tan torpe. Aunque debo admitir que si me dolió el golpe que me di.

¿Y adivinen quien era el de la puerta?

Sean.


Mi pequeña mateWhere stories live. Discover now