53: Traidor.

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POVValeri.

-Que bueno que te encuentro.- Le dije a Alex mirándolo fijamente a los ojos para que se diera cuenta de que era yo. -Sígueme.- Empecé a caminar hacia un callejón oscuro sabiendo que el vendría detrás de mi.

Era de noche, así que eso nos daba aún más privacidad. Cuando nos encontramos al final del callejón me sacudí de la forma que había adoptado para pasar a ser yo de nuevo.

Troné mi cuello y quise sacudirme de la horrible sensación que era pasar de una piel a otra, pero había aprendido con el tiempo a controlarme.

Aunque eso no me quitaba el asco que sentía. No se lo recomendaba a nadie.

-El líder está convocando a todos en Inglaterra. Ya sabe que estamos aquí.- Me acerqué a el hablando en voz baja para que nadie nos escuchara ni por error.

-Lo sé.- Fue su única respuesta y lo mire incrédula por la poca preocupación que tenía.

-¡Lo que significa que tenemos que hacer el trabajo rápido! Será el último movimiento, Alex. No habrá fallas está vez.- Lo golpee en el hombro para que reaccionara.

Teníamos que tener mucho más cuidado que la última vez. Debíamos de ser más brutales, sin piedad. Acabar con todo de una vez y también con el que se interponga en el camino.

-Valeri, en realidad...- Suspiro pasándose la mano por la barbilla y mirando a un costado como si quisiera huir de mi. -No estoy seguro de hacer esto.- Negó con la cabeza mirándome finalmente.

-¿Que?- Pregunte deseando por el bien de ambos que haya escuchado mal.

-Me salgo, no voy a hacerlo.- Me dijo esta vez con la voz firme y vi en su mirada determinación.

-¿Sabes lo que estás poniendo en juego? ¿Qué hay de la ganancia?- Hable tratando de persuadirlo y que siguiéramos con el plan inicial.

Era una locura rechazar esa oferta.

-¿Realmente crees que es posible lo que nos prometió? ¡Piénsalo aunque sea un poco!- Alzó los brazos hacia mi como si no tuviera un cerebro, pero era él el que no lo tenía.

-¡Somos vampiros, Alexander!- Le grite empujándolo contra la pared de ladrillos con enfado. -¡Todo es malditamente posible!

-¡Ese es precisamente mi punto! Ya somos inmortales, ¿por qué buscar otra cosa?- Preguntó sin entenderlo. Realmente estaba idiota.

-¡Yo quiero más!- Me señale mirándolo con rabia, sentía como mis ojos se empezaban a tornar rojos y como mis colmillos hacían su aparición. -Mucho más.- Termine tratando de calmarme.

Me vino a la mente la idea de rebanarle el cuello a mordías, pero si consumías la sangre de un vampiro cuando tú eres uno es como ingerir un veneno mortal que te mata lentamente y del cual no hay cura alguna.

-Pues tendrás la recompensa para ti sola, porque yo estoy fuera de esto.- Alzó las manos señalando su punto y me di cuenta de que nada lo haría cambiar de parecer.

Ni siquiera la inmensa recompensa que el trabajo nos daba al final.

-El jefe ira detrás de ti, lo sabes.- Le dije antes de que empezara a caminar hacia la salida. El mismo nos había advertido que si no completábamos la tarea podíamos despedirnos de todo lo que conocemos. Si el maldito podía darnos todo lo que prometía, también podía quitárnoslo todo. -Va a matarte.- Le avise cuando el ya sabía las consecuencias.

Alas y sangre (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora