12.- Nada era suficiente.

80 5 0
                                    

Gabs abrió la puerta e inmediatamente su boca se abrió formando una perfecta 'o'. Nos miraba a mí y a Allen conmocionada, ni siquiera respiraba, estaba en shock. Sonreí ante su reacción y ya que ella no iba a hablar, lo hice yo.

-¿Podemos pasar?- Hable pero ella ni siquiera reaccionó con eso y me di cuenta de que ahora ya no me miraba a mi, si no que solo a Allen y por alguna extraña razón, eso me enfureció. Levante mi brazo tronando mis dedos delante de sus ojos pero no parpadeo, así que me interpuse en su mirada frunciéndole el ceño enojada. ¿Porque rayos estaba enojada?

Mire de reojo a Allen que sostenía los libros de Heather y mi mochila. Se había ofrecido a llevarlos hasta la puerta y me parecía raro. Era como conocer una nueva faceta de él y esta faceta, que no incluía que me llamara loca, me estaba gustando mucho. Nuestros ojos se encontraron y aparte la mirada rápidamente.

Empuje a Gabs para pasar y escuche los pasos de Allen que me seguían hacia el interior de la casa de Heather. Era una casa bonita, de esas antiguas que van de generación en generación y los muebles, a pesar de estar en un buen estado, parecían más viejos que yo. Esos diseños ya no se hacían.

Olía a incienso y aunque me resultaba desagradable ese olor, tanto que me quería arrancar las fosas nasales, a este hogar le daba un toque cálido y lindo para vivir. Sí que quedaba con la personalidad de Heather, callada, tímida, cálida y amable. Todo a la vez.

-¿Dónde dejo esto?- Sentí un cosquilleo desde mi ombligo que descendió y tragué saliva ante su voz. Me encantaba su voz, siempre baja, sexy y un poco ronca dándole un toque muy masculino. Aunque todo en el gritaba que era muy masculino. Se sentía un poco extraño haber venido con el.

¿Por qué se había ofrecido a llévame? No tenía ningún compromiso conmigo. ¿Acaso se sentía culpable o simpatía porque padecía de mis facultades mentales? Lo volví a mirar de reojo.

-Oh, puedes dármelos.- Gabs se acercó a él y le quitó los libros. No pude evitar sentir una punzada de celos al ver que ella también se estremecía cuando lo tocaba. A él no parecía importarle porque se retiró lo antes posible. ¿Por qué siempre estaba tan frío? No sé porqué pero me gustaba eso. Tenía que dejar de lado estas emociones que estaban de más. Yo no le gustaba a él y él a mí solo me atraía. Como un imán a un metal, de esa intensidad. Pero aprecia que había otra cosa aparte de nosotros, aunque no quisiera; él siempre estaba ahí, justo cuando lo necesitaba. Como si de alguna forma fuera mi súper héroe personal.

-Tengo que irme, hasta luego.- Me miro una última vez y salió de cada dejando mi mochila en el suelo. Lo vi alejarse hasta que la puerta se cerró y aún así sentía que lo tenía justo a mi lado. Era extraño y patético, pero lo sentía así. Como si no se fuera en realidad.

Gabs se dio la vuelta suspirando de placer y yo la seguí aun con mi cara molesta. Se adentró a una habitación y lo mismo hice. Ahogue un grito cuando entre.

Estaba todo desordenado, parecía que un tornado había pasado por aquí y destruido todo a su paso. Habían cosas rotas en el suelo, regadas, ropa por todas partes, olía a sudor y a encerrado. Incluso habían libros por el suelo. ¡Libros en el suelo!

-¿Qué pasó aquí?- Pregunté alarmada viendo todo con horror.

-Heather, eso pasó.- Gabs camino hacia la cama donde había un cuerpo oculto bajo las matas y golpeó su trasero, creo. El cuerpo emitió un sonido como entre gemido de un animal moribundo y un gruñido de León anciano con problemas de respiración.

-¿Por qué está así?-

-Por su hermana, ya te lo dije. ¿Acaso tienes cerebro de espagueti? Ella ama a su hermana, lo era todo para ella y de un día para otro solo...ya sabes. ¿Qué pasaría si te quitarán todo lo que amas tan repentinamente?- Di un paso hacia atrás por su potente mirada de enfado, creo a Gabs también le caía muy bien la hermana de Heather.

Alas y sangre (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora