34: Indefenso baño

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-Hola, chicas.- Saludé cuando me estaba poniendo el cinturón de seguridad.

Ya se había vuelto habitual que ellas vinieran por mi a mi casa y aún no me animaba a pedirles que me enseñarán a manejar.

Ahora Heather estaba tras el volante y manejaba más despacio que una anciana; con cuidado y evitando charcos y piedras, mientras que Gabs más adrede pasaba por ellos manchando a los demás autos.

-Hola, ¿que tal dormiste?- Preguntó Gabs girándose un poco para verme mejor.

No habíamos podido coincidir para ir al cine o a cualquier otro lugar, ya que los padres de Heather se sentían mal por haberse sumido en el dolor de perder a una hija sin darse cuenta de que también perdían a otra.

Me seguía sintiendo mal por no descubrir más sobre Monick, pero algo me decía que de todas formas no se los hubiese dicho si involucraba o incriminaba a los Collingwood.

-Bien. Bien. ¿Que tal tu Heather?- Gabs rodó los ojos aburrida y miro a su amiga.

-No te va a contestar, cuando maneja ignora a todo el mundo. Dice que la distrae y podría ocasionar un accidente. Es una exagerada.- Supe que Gabs decía eso para presionarla a que hablará, pero Heather parecía que ni siquiera la escuchaba.

-Sabes que Heather es muy responsable.- La defendí y pude ver qué mi castaña amiga sonreía en agradecimiento.

-Como sea, de todas formas seguimos esperando que nos digas sucios detalles de Allen y tú. ¿Es el típico chico malo o solo es serio?-

-No es nada de lo que se imaginan.- Mire a la ventana recordando lo cerca que habíamos estado anoche.

-¿Y si están juntos?- ¿Por que no podría ser un trayecto silenció?

Pensé de nuevo en una canción cualquiera por si Allen fisgoneaba en mis pensamientos.

-¿Que te hace pensar que estoy con él?-

-Toda la escuela lo dice; de que algo pasó entre ustedes mientras Heather y yo no estuvimos.- Rodé los ojos.

Ya habían pasado no sé cuántos días y aún seguían hablando sobre que Allen y yo teníamos un vínculo. Los detalles variaban bastante.

¿Por que parecía que a la gente le gustaba hablar más sobre algo que no sabían? ¿Que mierdas les importaba​?

-También dicen que el Sr. Rodríguez se acuesta con la señora del aseo y no se ha demostrado nada.-

-¡O que la señora Armstrong, del almuerzo, le hecha uñas de los pies a la carne de hamburguesas!- Fruncí la nariz cuando arcadas aparecieron en mi estómago.

Esa señora daba miedo, con toda esa piel colgándole de todas partes, en especial del cuello.

-No necesitaba escuchar eso, Gabs.-

-Adivinen quien tendrá una cita con el buenorro de Steven Johansson.- Vi que la cabeza de Heather temblaba por querer mirar a su amiga, pero mantuvo la vista al frente.

-¿Quien es Steven Johansson?- Gabs chilló de la emoción y se quitó el cinturón de seguridad para saltar hacia el asiento trasero, dónde estaba yo.

-¡Gabs!- Gritó al fin Heather frenando de golpe haciendo que su amiga se estrellara contra el asiento a mi lado.

-Ya, tranquilízate.- Gabs se acomodó mirando al frente mientras Heather le daba el paso a una anciana que caminaba más lento que una tortuga.

A este paso no llegaríamos nunca a clases.

-Lo conocí en un restaurante de comida rápida. Pedí una hamburguesa doble con soda grande y papas a la francesa acompañadas de quedó derretido y él me sonrió y dijo que era la única chica linda que pedía comida de verdad, que las demás iban a pedir ensaladas. ¿Quien mierda pide ensalada en un restaurante de hamburguesas? Entonces hablamos pero su jefe lo regaño y me dijo que lo viera cuando su turno acabará y volvimos a hablar. Me invitó a salir esta noche, quería verme de nuevo.-

Alas y sangre (Editando)Where stories live. Discover now