7.- ¡Hermanos!

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Quería ponerme horquillas en los ojos para que no se me cerrarán mientras el profesor daba su clase de literatura, no podía evitarlo, ayer no había dormido nada con la sensación de que Dereck en cualquier momento se pudo haber metido en mi cuarto y ahogarme mientras duermo, no tenía que pensar así de él ya que no me había echo nada más que quitarme la atención de papa pero eso no contaba realmente.

Me di la vuelta con la sensación de que alguien me miraba y vi cómo una chica que se me hacía familiar me miraba desde el otro lado del salón entrecerrando sus ojos en mi dirección, no con enfado, si no con curiosidad. Le sonreí un poco amablemente porque era muy bonita y no puedes ignorar a una persona así, pero ella giró su cabeza bruscamente hacia enfrente mirando al profesor.

Me encogí de hombros y trate de concentrarme de nuevo pero solo deseaba que la clase acabará.

(...)

-Tienes que salir de ese caparazón, no puedes comer en el baño, es antihigiénico y asqueroso. Vamos a la cafetería.- Rodee los ojos saliendo del cubículo viendo a Gabs frente a mi. Su cabello estaba atado en una coleta y ahora sus gafas enormes eran azules con destellos aún más azules.

-No estoy comiendo en el baño, solo...estoy...ingiriendo alimentos.- Me encogí de hombros y tire a la basura el lonche de atún. Gabs ahora estaba acompañada de una chica castaña que se veía tierna y no hablaba mucho. Me lave las manos y moje un poco mi frente sudorosa. Tenía calor pero si me quitaba los suéteres tendría y frío y estaría cargada y odiaba cargar cosas.

-Necesitas amigos, tarde o temprano harás unos. Los humanos no sobrevivimos solos, así que muere o ven a la cafetería.- Me estaba comportando como una total perra y estas chicas eran tan amables conmigo. Suspiré derrotada y asentí con la cabeza. De todas formas mis antiguos amigos no me habían marcado ni por error. Salimos las tres del baño de mujeres y el frío de los pasillos me golpeó las mejillas sonrosadas.

-Me encanta el frío.- Murmuro la chica castaña que aún no sabía su nombre. Gabs le pego en el hombro de forma delicada y la castaña la fulminó con la mirada.

-Cada vez que dices que te encanta el frío, viene el frío más fuerte, así que cállate, Heather.- Me reí un poco al verlas pelear y que Heather no dijera ni pío ante el golpe de Gabs.

-Dejen de pelear y vamos a engordar.- Aún no me sentía en tanta confianza con ellas pero ya que eran las casi únicas que me insistían apresar de mi mal humor, merecían que las tratara como iguales, eso significa que las molestaría más de lo normal.

Me adelante para abrir las puertas que conducían a la cafetería y se me revolvió el estomago con los diferentes olores de la comida combinados con sudor. Odiaba a los adolescentes, odiaba todo este día.

Las chicas se pusieron en la fila para pedir su comida y como a mí se me había quitado él hambre por el asco me senté en una mesa vacía para esperarlas y que no nos ganaran el lugar.

Suspiré aliviada al saber que ya no sangraba por doquier, mire mis uñas y lo mordisqueadas que estaban y fruncí la nariz con asco. ¿Por qué tenía que ser tan poco femenina? Tenía que ir a comprar maquillaje y ropa, si tan solo tuviera un auto y supiera manejar, con eso de que ahora mi papá ama a Dereck, dudo que me deje dinero para ir.

Una sombra me tapo lo poco que entraba de luz de las ventanas ya que de nuevo el cielo estaba más negro que mi alma y después una chica se sentó en la mesa. Era la misma que me estaba viendo en literatura. Me tense en mi asiento ante su potente mirada energética.

-Hola, soy Annabell Collingwood, pero puedes decirme Anna. ¿Tú eres la nueva cierto?- Abrí la boca pero nada salió de ella así que solo asentí. Cuando mire hacia abajo vi que tenia la mano extendida hacia mi esperando que se la estrechara. Trague saliva sonoramente y note que ella se quedo mirando mi cuello y luego bajo la vista avergonzada. Sali de mi modo tonta con problemas mentales mas serios que Sanape.

Alas y sangre (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora