Capítulo 2

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Ahora o nunca.

Sentía la garganta seca. La sed le había despertado, se incorporó como pudo sentándose en la cama bajando los pies en el suelo. Sentía su cuerpo muy pesado y cansado. Y a juzgar por su aburrida cita, no tenía demasiados ánimos. 

De repente se acordó de Derek, tenía entendido que era sábado y todos los viernes se quedaba a dormir hasta el lunes. Luego se quedaba algunos días a la semana. Ahí no tenía días fijos.

Giró su cabeza para buscar sus pies al lado derecho de su cama y el Alpha no estaba. Era raro que no se haya quedado, pero pensó que seguramente solo quería quedarse en su loft.

Entonces se armó de fuerza en las piernas y se levantó de la cama, tenía que tomar agua. Caminó hacia la puerta y la abrió. Había mucho silencio. No se escuchaba la televisión de nadie, ni los gemido de Allison que ya había escuchado algunas veces. Supuso que eran más de las tres de la madrugada.

Bajó las escaleras a regañadientes, atravesó la sala, arrastrando sus pies descalzos y entró a la cocina. 

- Agua, agua, agua... - murmuró buscando un vaso en la alacena. Lo agarró y se sirvió agua del disperserJadeó a gusto cuando se tomó el agua en tres segundos, nunca sintió el agua tan deliciosa.

Una vez lavado el vaso, lo colocó para que se secara y tomó rumbo de nuevo a su cuarto. Al pasar por la sala, vio un bulto en el sofá. Estaba todo apagado, la escasa luz de la luna alumbraba lo mejor posible para no chocar con los muebles u otras cosas, pero no lo suficiente para saber que era lo que estaba en el asiento. Se acercó lentamente... alguien estaba durmiendo en el sofá.

De pronto se abrieron los ojos de esa persona, eran ojos rojos... luminosos... sobrenaturales. Los ojos de Derek. 

- ¡Mierda! - gritó en lo bajo, dando varios pasos hacia atrás. - ¿Qué demonios haces aquí? - interrogó poniendo las manos a la altura de su corazón.

Una vez que Derek extendió su mano y encendió la lampara que tenía en la mesita de alado. Se levantó despacio y se sentó.

- Dormir. - dijo volviendo a poner sus ojos normales.

- Creí que te habías ido a tu apartamento. ¿Por qué no fuiste al cuarto? - cuestionó sentándose a su lado.

- No quería entrar y molestarte. - se excusó encogiendo los hombros con cierta mueca incómoda.

- ¡Oh, por dios! ¿Creiste que iba a tener en mi cama a mi cita? Porque eso me haces entender. Además ésta es tu casa, Derek y jamás le faltaría el respetó a tu hogar. - farfulló.

- Yo no dije eso... -

- Pero lo pensaste. - reprendió apuntándole con el dedo. - Además apenas fue la primera cita... tal vez la última. - divagó.

Derek sintió algo raro en el estómago al escuchar aquello. Arrugó el entrecejo y lo miró. - ¿Tan mal te fue? - preguntó. Fue lo único que se le ocurrió decir, probablemente quería preguntarle de alguna otra forma, pero solo se limitó a decir eso.

- Vamos. - exclamó el castaño poniéndose de pié. - No vuelvas a dormir aquí. Si no es en mi cama, que sea en tu loft. - continuó, agarrando ambas muñecas de Derek para levantarlo.

Derek, al escuchar la última frase se sintió más extraño aún. Realmente le estaba pareciendo agradable el trato que estaba recibiendo. No entendía porque, pero se dejó hacer y se puso de pie.

Stiles lo llevó de una muñeca hasta llegar al cuarto, encendió la luz y cerró la puerta con seguro, como siempre.

El mayor caminó hasta el armario de Stiles y lo abrió. Sacó un short deportivo que lo usaba más que nada para dormir. Tenía varias prendas suyas en el armario del chico. Tanto ropas para dormir como para uso diario y para salir. Así se ahorraba el trabajo de ir hasta su loft a buscar ropa.

Beat of my heart | Sterek |Where stories live. Discover now